Vol. 1: Cap. 2.2 - Plática de Chicos

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Cuando regresé al aula, no vi a Himeno por ningún lado, o algún rastro del sexo opuesto en absoluto. Sólo quedaban unos cuantos chicos en el aula, comiendo de sus bentos comprados de la cafetería.

...en el Gimnasio Nro. 1. Repito, a las 5 p.m. en el Huso horario estándar de Japón, estaremos organizando una conferencia de clubes en el Gimnasio Nro. 1. Estudiantes interesados en unirse a un club, favor de reunirse en el Gimnasio Nro. 1.

Esa fue la voz que capté a través de los altavoces cuando volví al edificio escolar. No parece que me haya perdido de nada importante, siendo el mensaje que escuché una repetición de lo que no escuché cuando estaba afuera. La voz pertenecía a una chica con una dulce voz.

Actividades de club, ¿huh? No puedo decir que no me interesa.

—¿Qué piensas, Ayanokouji? —dijo Shibata cuando volví a mi silla—. ¿Tienes un club en mente?

—Hmm, aún no lo sé, para ser honesto.

Normalmente, habría atendido la conferencia de clubes sólo por curiosidad, pero estaba considerando la cantidad de oportunidades frescas que se presentarían al ingresar a uno. Incluso podría hacer amigos en el segundo y tercer año. ¿No suena eso genial?

Por supuesto, si me registro para uno, debo dar mi mejor esfuerzo en la actividad que se pide de nosotros.

—Eres versátil, después de todo. Es entendible —respondió Shibata.

—Dije que me gusta correr y que he nadado, pero eso no quiere decir que automáticamente sea muy bueno en uno o en el otro.

—¿No estás sólo siendo humilde? Esos son los tipos más aterradores. Bueno, hay dos tipos de personas cuando hablamos de esto. Están los que hacen humblebragging, y luego están los que genuinamente piensan que sus habilidades no son nada de otro mundo. Estos últimos son unos monstruos.

—¿Realmente puedes clasificarlos en sólo dos categorías? ¿Y si simplemente soy malo y mi autoestima está por los suelos?

—No creo que seas esa clase de chico. Te ves como alguien deprimente, pero tienes muchas más agallas que varios en la clase. ¿Verdad, Nakanishi? —Volteó hacia su amigo, quien se encontraba en el asiento enfrente de Himeno. Sólo era temporal; ese no era su verdadero asiento.

—¡Pero por supuesto! En serio, para atreverte a hacer una broma durante las presentaciones. ¡La entrepierna debe pesarte mucho! —dijo Nakanishi.

—No pienso cuestionar el significado de tus palabras, pero asumo que son un cumplido —respondí—. No hice nada especial, en realidad. Fue Minamikata la que empezó; sólo seguí la corriente.

—Tienes un punto ahí, pero aún está otro factor importante. —La expresión de Shibata cambió. ¿De qué podría estar hablando?

Establecí contacto visual con Nakanishi, preguntando a qué se refería Shibata. Cuando entendió mi gesto, sus ojos se abrieron como platos y su boca se abrió tanto que hasta podrías introducir un huevo en ella.

—¡Ichinose, Ayanokouji, Ichinose! —dijo, o regañó Shibata.

—La conozco. ¿Qué pasa con ella? —contesté, aún confundido.

—Fue por unos momentos, ¡pero realmente hablaste con ella como si nada! —Esta vez fue Nakanishi el que habló.

—La atmósfera era buena, y era mi turno de hablar, así que era natural que intercambiara unas palabras con ella. Si me pidieran que me le acerque a Ichinose cualquier otro día y converse con ella, créeme que el resultado sería diferente —expliqué.

Hasta donde sabía, estaba siendo honesto en esto. Pero debo elogiar a Ichinose. Sólo es el segundo día de clases y ya se estableció como la chica inalcanzable. Con ese aspecto y personalidad, supongo que esta secuencia de eventos es bastante razonable.

—Suena convincente. —Shibata y Nakanishi contemplaron mi respuesta seriamente.

—Cambiando de tema, imagino que Shibata se unirá al club de fútbol —dije.

—Oh, sin duda. ¡Estoy emocionado! ¿Qué tipo de jugadores encontraré en una escuela como esta? —respondió el sujeto en cuestión.

—Interesante. No está nada mal tu deseo de conocer a gente competente. Es prueba de tu deseo de mejorar —comenté.

—¡Kakaka! ¿De qué hablas, Ayanokouji? La vida de un deportista sería cruel si ya no tiene ningún muro que superar. Sería genial ganar continuamente, claro, pero nada me enciende más que un rival que no caerá fácilmente.

—Espero poder hablar como tú algún día —dijo Nakanishi en una voz más baja—. Como soy ahora, sólo es deprimente que tenga a tanta gente que superar.

—¿También apuntarás al club de fútbol, Nakanishi? —pregunté.

—Hmm, aún lo estoy pensando. Creo que esperaré un tiempo para tomar mi decisión, pero definitivamente quiero participar en actividades de club.

—Tienes la ambición. Trata de mantenerla hasta el final. Muchas veces no es más que eso —aconsejé.

Aunque caigas una, diez o cien veces, la ambición será lo más importante. El talento no sirve de nada si te convences de que llegaste a tu límite, que has sido derrotado.

—Como era de esperarse de Ayanokouji. ¡Eres monstruosamente versátil! —elogió Shibata.

—Jajaja. Es un todo en uno. Desde atletismo hasta natación, y desde chistes hasta pláticas filosóficas. ¿Qué otras sorpresas esconderás? —Se unió Nakanishi.

Suspiré visiblemente.

—Aun así, asumo que irás a la conferencia de clubes —dijo Shibata.

Asentí.

—De acuerdo. ¡Vamos los tres juntos, entonces! ¡Aunque no te unas hoy, llegarás a entender la belleza del fútbol tarde o temprano, Nakanishi!

—Pero son los primeros días... Quiero comprar unos mangas que me han interesado desde hace tiempo.

—¡Tus wafles pueden esperar, Nakanishi!

—Waifus.

—¡Sí, sí, eso!

—No son sólo un "eso". —Un extraño interruptor parecía haber sido activado dentro de Nakanishi—. Uno de los mayores avances del siglo XXI en términos de guerra intelectual ha sido el surgimiento de las autodenominadas "batallas de waifus", en las cuales fans de la animación japonesa proclamaron su amor por un personaje 2D en cada show con inigualable coraje, con la esperanza de que obtenga la codiciada posición conocida como "best girl". En algunos casos, realmente no hay una lucha, pues un personaje simplemente es objetivamente mejor que el resto; un ejemplo sería Nishikino Maki de Love Live! School Idol Project.

Me perdí desde las primeras cinco palabras. Parece que aún tengo un largo camino por recorrer.

—Ahora que lo pienso, creo que Andou también estará en la conferencia. Si no mal recuerdo, dijo que le interesaba el voleibol. —Shibata ignoró el monólogo de Nakanishi—. ¿No te interesa ver qué otras chicas irán, Nakanishi?

—Bueno, el mundo 3D tampoco se ve mal —dijo él.

—¡Así se habla!

Aunque empezaba a crear vínculos más fuertes con unos cuantos compañeros, me di cuenta de que mis conocimientos actuales podrían ser insuficientes a la hora de la verdad.

Classroom of the Elite: Iris - White SwirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora