Vol. 1: Cap. 5.3.3 - Los que no ven el Monte Tai

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—Pero es algo gracioso, ¿no lo creen? —dijo Kushida—. De haber sabido que el destino de Ayanokouji-kun era el mismo, las cosas habrían sido más fáciles. No habrías tenido que preocuparte por la hora.

—Sabía que alguien más iba a asistir aparte de Ike-kun y Yamauchi-kun, pero no pensé que sería alguien de otra clase —comentó Matsushita.

—¡Y Ayanokouji-kun, de todos! —añadió Mori.

La noticia realmente se esparció, ¿eh? Sin consideraciones al punto que he enfatizado una y otra vez sobre la atención recibida, esto dejaría expuesta a nuestra clase si llega a haber algún festival deportivo o competición atlética. La gente ya sabría que Shibata, Kanzaki, y yo somos las mejores cartas que la Clase B puede jugar. Claro que aún ha permanecido oculta la información sobre los otros estudiantes que consiguieron buenos tiempos, como Okinoya y Tsube, pero sigue siendo una gran desventaja cuando el top 3 está expuesto. Tampoco es que haya tanto valor en mantener oculta esta información. Tal vez lo habría si nuevamente dieran recompensas monetarias como en la clase de natación.

Lo estoy pensando demasiado, supongo. Por mi previa conversación con Kushida, sé que Hirata es de los estudiantes con mejor físico en la Clase D, y que hay mínimo otros dos con la capacidad para igualar el tiempo que conseguí. Uno de ellos debe ser Sudou, pero no tengo idea de cuál podría ser el otro.

El punto es que no hay necesidad de ser tan competitivo. Esta escuela es extraña, pero es una escuela, al fin y al cabo.

No sabía a dónde íbamos, así que me quedé en la parte de atrás con Mori y Matsushita. Ike y Yamauchi flanquearon a Hirata por los dos lados.

—Simplemente voy a preguntarte, Hirata. ¿Estás saliendo con Karuizawa? —Ike preguntó directamente. Si Hirata es popular, debe estar preocupado de que sea un potencial enemigo en su conquista de Kushida.

—Uh...¿dónde escuchaste eso? —inquirió Hirata. Lucía un poco sorprendido, o incluso en pánico, por esa pregunta—. Oh, supongo que lo adivinaste, ¿huh? Sí, estamos saliendo.

Karuizawa atrapó el brazo de Hirata antes de que pudiera decir algo. Hirata sólo se rascó la mejilla ligeramente, como señalando resignación.

—¡¿En serio?! ¡Estoy tan celoso de que estés saliendo con una chica tan linda como Karuizawa! —dijo Yamauchi.

—Kushida-chan, ¿tienes un novio? —Ike logró redirigir la atención hacia Kushida sin perder un solo segundo. Bastante astuto, ¿huh?

—¿Yo? Oh, no, desafortunadamente —dijo ella. No es algo que no supiera ya, por los datos que recogí de su conversación con Tsube.

Tanto Ike como Yamauchi se regocijaron, desplegando enormes sonrisas. Su alegría se escurría de cada poro en sus cuerpos. Aunque también era posible que Kushida estuviera ocultando que estaba en una relación, básicamente estaba confirmando que estaba disponible.

—Oh, no, estoy llorando...

—¡Yo también podría, Yamauchi! Si no fuese porque mis lágrimas se secaron por lo de antes...

Ike, pensativo, sujetó su barbilla con su mano, arrugando su frente progresivamente.

—¡Un segundo...! ¡Mori-chan! ¿Qué fue eso de hace rato? —dijo Ike, iracundo, pero también conteniéndose al hablarle al sexo opuesto.

Tuvo que girarse hacia atrás para ver a Mori. Como dije anteriormente, sólo tres personas habíamos quedado aquí. Hirata, Karuizawa, Ike, y Yamauchi habían estado rodeando a Kushida más adelante mientras caminábamos.

—¿Ahora qué? —respondió Mori.

—¡Eso que dijiste! "¡Y Ayanokouji-kun, de todos!". ¿Cuál es tu verdadera identidad, Ayanokouji? —Sus ojos se entrecerraron cuando me vieron. Sabía que sólo me iba a librar temporalmente de su sospecha. Viendo el trato que le daban a Hirata, no podía esperar algo diferente.

Classroom of the Elite: Iris - White SwirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora