Vol. 1: Cap. 5.1 - Vecinos Disfuncionales

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Luego de tres semanas desde la ceremonia de entrada, podía decir que los estudiantes de la Clase B ya se sentían cómodos en su nuevo entorno. El ser humano se adapta rápido. A veces, sólo necesitas un par de días para saber cómo moverte con total seguridad por tierras desconocidas. Aunque, este proceso de adaptarse podría ser bastante diferente para unas personas. Para unas, podría ser color de rosa como es el caso de Ichinose, pero sé con certeza que debe haber casos opuestos en otras clases.

Digamos que, si hubiese fallado en hacer amigos, me habría adaptado para disimular mi soledad. Cuando llegara la hora de salida, me pegaría a un grupo de amigos como un parásito. Caminaría un poco por detrás de ellos; con una distancia entre nosotros adecuada para no entrometerme en sus asuntos, pero suficiente para que otra gente piense que ellos son mis amigos. Así, sobreviviría con éxito hasta llegar a los dormitorios.

Tristemente, podía imaginar esa posibilidad. Sin embargo, no puedo evitar suspirar cuando pienso en estas cosas. Pero eso no sucedió, ¿qué es lo que te preocupa?

Tal vez nunca pueda vivir completamente como un estudiante normal. Incluso si son cosas indeseables, no podré saber cómo se siente no entender la tarea o estar ansioso por los exámenes entrantes. No podré estudiar arduamente y no podré sentirme feliz o aliviado cuando obtenga una calificación alta, o tal vez llorar y quejarme cuando resulta que estudié las páginas equivocadas del libro de texto.

—Simplemente ridículo... —murmuré.

Muchos aquí darían todo por no tener que prestar atención a las lecciones o esforzarse para conseguir una buena boleta. Es sólo que la vida se compone de obstáculos y recompensas, ¿no es así? No es como si fuera por ahí buscando un desafío, pero es este contraste el que hace todo tan radiante. Es como si pasaras tres o cuatro días sin comer algo. Una vez que vuelvas a introducir comida en tu boca, volverías a enamorarte de hasta los platillos más simples, como un grano de arroz.

*Suspiro*.

—Has estado suspirando mucho desde hace rato. ¿Podrías al menos suspirar en silencio? —dijo Himeno.

—¿No me vas a preguntar sobre la causa de mi profundo pesar?

—Te aviso cuando me interese.

Ese día probablemente nunca llegaría.

—Bueno, no es como si quisiera que te preocuparas por mí o algo por el estilo. Hmph —respondí.

—No termino de entender cuál se supone que es tu personalidad. Un día eres brutalmente honesto y ahora actúas como la heroína de una novela visual.

—Tsundere. No todas las heroínas son tsundere, ¿sabes?

¿De dónde viene mi repentino conocimiento sobre la cultura otaku? Nakanishi. Si quiero ser un estudiante normal, es obvio que debería aprender sobre al menos una milésima del vasto mundo del animanga. Nakanishi me ha estado prestando los mangas que termina de leer.

—Si vas a hablarme, al menos desactiva tu "Modo Tsundere". Sólo tengo escalofríos cuando te veo actuar así —dijo Himeno, haciendo una expresión como si estuviera viendo un insecto.

—Comprendo. Los vestigios de mi comportamiento ciertamente podrían afligirla en sus sueños en el futuro inmediato. Con esa posibilidad sobre la mesa, refrenaré cualquier impulso de provocarle un solo disgusto más. Si así lo desea, puedo ofrecerle mi cabeza como disculpa.

—Realmente sabes cómo amargar el día de alguien, ¿huh? ¿Tantas ganas tienes de morir?

—No pensé que ese pudiera ser el caso. Después de todo, siempre te ves igual de molesta. Si todo el tiempo vas a estar así, no consideré que importara cuándo te hablo.

—Si es así, más bien podrías simplemente no hablarme.

—Pero quiero ser tu amigo.

—Ahí vas de nuevo con ese cuento. Si no fueras tú, ya habría pensado que están coqueteando conmigo.

En este lapso de tiempo desde que nos conocimos hasta hoy, hemos estado teniendo charlas ocasionales cuando nadie en el aula parece que va a escuchar los contenidos de nuestra conversación.

—No planeo nada como eso —contesté.

—Cierto. Con tantas chicas que te rodean, puedo estar tranquila de que no necesitas atención femenina.

—Lo haces sonar como si tuviera un harem o algo. Sólo soy amigo de varias chicas. Tampoco creo que ellas tengan otras intenciones conmigo.

—Pobre cosita.

—¿A qué vino eso?

—Tienes mucho que conocer sobre el mundo en que vivimos.

Agradecería que fuera más específica con sus palabras, pero siento que la ignorancia sería mejor en este caso. ¿O realmente algo más podría estar pasando? Por los mangas que he leído hasta la fecha, mi vida en esta escuela se ve inesperadamente cliché. Sin embargo, no creo que sean una fuente confiable.

Si es Himeno, tal vez pueda bromear un poco.

—¿Y si dijera que quiero ser tu amigo porque eres la única para mí? —comenté, tratando de sonreír burlonamente.

—¿Dónde dejé mi spray de pimienta...? —Himeno comenzó a buscar en su bolsa.

—No es posible que tengas algo como eso —contesté, convenciéndome.

—Estoy segura de que estaba por aquí...

—Okay, me rindo. Lo siento, realmente estaba bromeando. —Me incliné desde mi asiento, en pánico.

—Hmph. —¿Fue eso una sonrisa lo que vi? Sólo fue una comisura de su boca, pero eso me pareció. Aunque supongo que era más una sonrisa condescendiente que una genuina.

Classroom of the Elite: Iris - White SwirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora