Ayanokouji Kiyotaka llega a la Preparatoria Metropolitana de Educación Avanzada con más que su objetivo inicial de vivir pacíficamente. Como tal, es asignado a la Clase B, y ahora utilizará un porcentaje más sustancial de sus habilidades para establ...
Espera, ¿qué es esto? Por un giro —bien recibido— de los eventos, Kushida y yo salimos del aula al mismo tiempo. Sólo la vi de lejos desde mi asiento, pero confirmé mi impresión de que es muy linda estando a esta distancia.
Pero no puedo quedarme a su lado. Pensará que soy raro o que estoy invadiendo su espacio personal. Haré mis pasos más lentos hasta alejarme lo suficiente de ella. En el proceso, sin embargo...
—Ayanokouji-kun, ¿me equivoco? —dijo Kushida.
—Y tú deberías ser Kushida, ¿verdad?
—¡Wow, entonces sabes mi nombre! ¡Eso hace las cosas más fáciles! ¡La verdad, Ayanokouji-kun, es que quiero que seas mi amigo!
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Dejando de lado lo rápido que se desarrollaba todo, sus palabras me dieron una sensación de incomodidad en esa última parte. Debe ser mi imaginación.
—Eso está bien conmigo, pero ¿por qué? —respondí.
—Ah, como esperaba, supongo que actué apresuradamente. —Bajó la cabeza, con una sonrisa amarga. Hey, no puedes simplemente ir atacando a chicos indefensos con tu lindura.
—No, no es eso. Tal vez sí fue apresurado, pero sólo un poco. Siento como si aún quedaran unas incógnitas por resolver.
—Ah, ¿será que te confundió que supiera tu nombre?
—Sí, exacto.
—No es nada extraordinario, en realidad. Hitomi-chan y unas cuantas amigas de la Clase D me han contado de ti.
—Ahora estoy más confundido.
Entiendo que Tsube haya contado un par de cosas sobre mí. Sin embargo, que chicas de la Clase D también le hayan hablado sobre mí a Kushida quiere decir que la escala de esto es más grande de lo que originalmente pensé.
Kushida se vio asombrada.
—¿Podría ser que...no eres consciente de tu popularidad? —interpretó Kushida.
—Eso...
No estoy ciego, así que esperaba conseguir algo de popularidad. Quiero decir, usé mis habilidades en primer lugar para que me sea más fácil hacer amigos, pero no esperaba que incluso la Clase D y posiblemente otras clases llegaran a saber de mí.
—Más o menos. Es sólo que nunca habría pensado que hasta gente en la Clase D escucharía de mí —confesé.
—¡Te subestimas demasiado, Ayanokouji-kun! ¡Hay chicas en mi clase que están locas por ti! —"Locas" es una palabra muy fuerte. ¿Cómo es siquiera posible eso? Además de cruzarnos ocasionalmente en los pasillos, hasta ahí llegarían mis encuentros con las chicas de la Clase D.
Un momento... Ahora que recuerdo, ocasionalmente notaba miradas provenientes de otras mesas cuando iba a la cafetería o de gente de otra clase cuando acababan las clases y salía con unos amigos. Pensé que tal vez volteaban en mi dirección por el escándalo característico de varias personas en la Clase B.
