El cielo era hermoso, había sol y estaba despejado, no hacía mucho frío y había muy poca humedad, era el día perfecto. Estaba sentado en una banca en la plaza favorita de Sol mientras la esperaba para empezar nuestra cita, me sentía nervioso, tenía que reponer por lo que hice "No hice nada", tenía que reponer por lo que sentí. Me había arreglado, un jean, ropa bastante decente, zapatillas limpias y tenía perfume, aun así me sentía sucio pero esta ya era una sensación tan común en mi que la ignoraba, "Dios esto suena horrible" tengo una razón, me siento sucio hasta cuando termino una ducha de 45 minutos donde mi piel se enrojeció por la cantidad de fuerza que usé con la esponja, por esa razón empecé a ignorar lo que siento.
—Hey
Su rostro apareció frente a mi, yo al estar sentado en una banca era más bajo de lo normal, por lo que ella genuinamente tuvo que inclinarse para verme, por la pose en la que estaba inclinada su pelo caía con gracia y delicadeza a un lado de su rostro. Sus rulos 4A se veían preciosos a esta hora del día ya que el sol les daba al azul un tono violeta en los costados. Su sonrisa era preciosa, tan preciosa que el hecho de verla hizo que olvidara casi todo lo que estaba sucediendo.
—No me mires así, decí algo —dijo ella par reír y sentarse a mi lado en la banca.
Traía puesto un vestido, casi nunca la veía con un vestido, este era blanco con un patrón floral de pequeñitas flores turquesas, no sé como no se moría de frío con lo corto que era su vestido. Sus pecas se veían incluso más bellas en el sol y se notaban bastante más en la zona de su nariz, mejillas y hombros. También tenía su pelo arreglado, la parte corta estaba suelta mientras que sus dos mechones de pelo más largos estaban atados detrás de su cabeza, despejando su cara y haciendo que pareciera que su pelo era una melenita. Ella era completamente
—Sos hermosa
—Aw Dylan, vos sos precioso igualmente —dijo ella para girar su cuerpo hacía mí, cada cosa que hacía era tan delicada y después estoy yo que soy torpe hasta para servirme agua.
—¿A dónde querés ir? —pregunté para tomar su mano, se había hecho manicura también, que dedicada que es. Estuve unos segundos viendo sus manos y cuando volví a ver su cara ella habló.
—¿Te parece si paseamos por la plaza nomás? —dijo ella a lo que yo asentí— Bien
Nos paramos de la banca y la diferencia de altura era mucho más obvia, era bastante vergonzoso para mi pero tenía que acostumbrarme ya que hacían como 6 meses que salíamos juntos. Nos tomamos las manos y comenzamos a caminar por la plaza, todo se veía hermoso y aunque había bastante gente no era agobiante ni nada parecido, hacía años que no me sentía en tanta paz con alguien en público. Al caminar juntos sentí paz de nuevo, el simple hecho de verla me calmaba, ella era perfecta y si algo le llegaba a pasar no sé qué haría, por más que no era muy posible, desde que la conocí supe que haría todo lo que pudiera para protegerla y que nada le hiciera daño. Caminando noté una persona que vendía algodón de azúcar, así que con felicidad jalé el brazo de Sol mientras veía el algodón de azúcar "No sos un nene".
—¿Estás bien? ¿Qué veías? —preguntó ella viéndome confundida ya que había parado de golpe.
—Nada, nada, sigamos caminando.
Creo que confundí a Sol por mi cambio de actitud pero ella solo sonrió y seguimos caminando. Ella era la persona más amable y comprensible que jamás había conocido, era muy positiva y sabía muy bien como escuchar, esa fue la razón por la que me enamoré de ella, mi conexión con Sol estaba a un nivel que nunca nadie iba a poder igualar ¿Y cómo se lo devolvía yo? Enamorándome de otra persona.
—Quiero helado ¿Compramos helado? —me preguntó cuando vió la heladería que estaba frente a la plaza.
—Dale vamos

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La Cicatriz
FantasyDylan descubre una extraña cicatriz en su brazo izquierdo, al intentar descubrir que le sucede termina conociendo a una bruja que le deja más preguntas que respuestas. Junto a ella y un grupo de personas que conoce, descubrirán que todos tienen una...