Capítulo 16

11 1 1
                                        

—Tenemos que apurarnos chicos, si alargamos esto podemos llegar a morir —"Decí /J por favor."

Casa de Eos, reunión, seguro pueden unir los hilos. Pasó un mes "No, mucho" ¿Dos semanas? "Muy poco, quizás si fue un mes", pasó tiempo desde que fue la última reunión, como las cosas se habían calmado bastante fuimos negligentes con todo esto y resulta que Liz casi se quema la cara con aceite hirviendo. Eos estaba MUY molesta, con razón y ahora nos estaba cagando a pedo como si fuéramos niños de jardín que no entienden que no pueden rayarle la cara a un compañerito.

—No sé ustedes, pero yo quiero vivir —Eos estaba muy tensa, revisaba miles de libros en busca de respuestas y los empujaba hacía nosotros para que los revisáramos igualmente— así que necesitamos averiguar como empezó todo esto y así poder hacer algo al respecto

—¿Y qué se supone que hagamos? —dije viendo uno de los libros— Vos sos la que sabe de magia, no nosotros —"Yo Dylan, no nosotros."

—¡Investigar! —gritó Eos con un tono de obviedad— Es lo único que podemos hacer y parece que lo he estado haciendo yo sola, esto es estresante y es más estresante ser la única que está constantemente lidiando con esto —al terminar de hablar se tiró dramáticamente al suelo abrazando una enciclopedia.

Estuvimos horas leyendo y buscando cosas que pudieran ayudar a nuestro caso, era completamente agotador pero casi lloro cuando Eos nos gritó así que no quería molestarla más. Incluso Nathan no se salvava de esto, Eos transformó 1/3 de los libros a braille para que tuviera que leer y los otros 2/3 en audiolibro para que fuera más rápido para él. Recuerdo escuchar como se quejaba del braille. Leí muchos hechizos tontos y bastantes leyendas de diferentes regiones hasta el punto que me memoricé un tonto hechizo de manipulación de hielo patagonico. Esto porque estuve leyendo el mismo párrafo durante 10 minutos al no entender nada. Tiempo y tiempo pasó hasta que una Flor frustrada interrumpió la lectura cuando estrelló su libro contra la mesa.

—A ver miren —dijo Flor para quitarse lo que cubría su cicatriz— quizás esto pueda ser una pista o algo —también estaba desesperada.

Siguiendo a Flor todos comenzamos a revelar nuestras cicatrices. Muñeca, palma de la mano, y el dorso de la mano cuatro veces. Me ponía muy incómodo el hecho de que yo fuera el único con la cicatriz en la muñeca. Todas las cicatrices brillaban de diferentes colores también, violeta, durazno, verde, turquesa, azul-celeste y rosa. Era más que nada una blanca con un ligero brillo de color, pero cuando estaban las seis juntas el color se intensificaba aún más. No me gustaba para nada y era incómodo que después nadie cubrió la suya. Ya era bastante consciente de mi brazo y mis heridas como para preocuparme de una cicatriz que encima brillaba, pero si esa cicatriz hacía que el resto notará más mis otras cicatrices, entonces había un problema.

—Todas brillan —dijo Eos, bastante obvio— y son iguales

—No son iguales —dije nervioso para ocultar mi brazo con mi mano, aunque luego lo vi de nuevo— ¿Lo son? —pregunté nervioso.

—¿Y qué significa? —preguntó Liz— Debe significar algo ¿No? La magia siempre tiene significados ocultos y así...

Eos asintió. Otra vez, todos empezamos a buscar y buscar algo que hablara de cicatrices brillantes iguales. Esto era estúpido. Mi cabeza empezaba a doler y en este punto estaba teniendo una conversación conmigo mismo mientras fingía leer y me perdía en mi mismo.

"Deberíamos leer" pensé con mi voz.

"Pero no lo haré" pensé otra vez, pero la voz era un poco diferente.

"Presiento que nos vamos a morir" pensé con otra voz diferente, sonaba preocupada y como una chica.

"No moriremos" repetí con mi voz real.

La CicatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora