Capítulo 18

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Luego de que Nathan y Sol se fueran, Eddie dijo que podía quedarme con ellos un rato si lo necesitaba, pero lo último que necesitaba era que la pareja de amigos de mi hermana que estaban completamente enamorados uno del otro, me dieran asilo porque terminé con mi novia y mi crush me había golpeado, así que simplemente dije que no. Me quedé un par de minutos en la planta baja, tenía que pensar que era lo que haría ahora que no tenía casa de nuevo, y me sentía muy mal como para volver a pedirle a Liz ayuda con donde quedarme. Luego de poder poner mis pensamientos en orden, decidí lo que iba a hacer. Volví al departamento de Nathan, sentía como algo en mi mente me gritaba que me detuviera, pero si no salía yo, Nathan iba a echarme y realmente no quería eso. Al entrar intenté no hacer mucho ruido porque no quería que Miu se despertara ya que me sentiría peor si lo tenía que ver. Agarré mi billetera, una campera ya que aún hacía frío, un paquete de porros, un barbijo y un gorro. Acaricié a Miu una vez más y salí del departamento luego de dejar las llaves en la mesa del comedor. Salí del edificio y sentí lo frío que realmente estaba en la calle, después de todo era pleno invierno. Algo bueno de haber crecido en la Patagonia era que no sentía tanto frío en el invierno de Buenos Aires. Subí el cierre de mi campera y prendí un cigarrillo, entonces comencé a caminar.

Mientras caminaba casi sin rumbo por la calle, Liz me llamó, rechacé la llamada. Luego me llamó otra vez, y otra vez y otra vez, después lo hizo Eos, un par de veces más así que decidí por apagar mi celular. Decidí quedarme en uno de esos callejones que unían calles, ahí estaba relativamente oscuro y sabía que no me pasaría mucho, me senté de cuclillas ya que no quería tocar el suelo a menos que fuera necesario y primero pensé, un buen rato. Solo quería deshacerme de mis pensamientos y para acelerar el proceso terminé fumando bastantes porros. Lo "bueno" de haberme hecho adicto a la marihuana era que tenía una gran resistencia a este punto, o al menos me gustaba pensar eso. Recuerdo que terminé llorando por mucho tiempo, la cara me dolía por el frío y terminé de rodillas en ese callejón, mi nariz estaba llena de mocos y mis dedos se congelaban, pero yo solo quería llorar y quedarme ahí todo el tiempo que necesitara.

Después de una hora más o menos, me soné los mocos como podía y comencé a caminar a un kiosco que había por ahí cerca. Pasé, compré una bolsa de papa fritas, algunos caramelos, agua, guantes y decolorante. Luego de pagar por eso volví a caminar por ahí, me sentía terrible y estaba agradecido de no tener un arma conmigo. Solamente necesitaba un baño, después me encargaría del resto. Terminé yendo a la terminal, ahí pude pasar al baño donde comencé a decolorar mi pelo, sabía que quedaría horrible pero no lo quería cortar y necesitaba hacerle algo y así poder desquitarme. Cortar mi pelo estaba fuera de los límites así que lo único que se me ocurría era el decolorarme el pelo. Cuando llegué a la terminal entré directamente al baño, me hubiera gustado ir a los que son más grandes, pero tener un mental breakdown no es una discapacidad y era bastante egoísta el querer entrar a un baño grande para decolorarme el pelo. Al entrar al baño noté como tenía suerte y no había nadie, por lo que me puse en marcha y luego de colocarme los guantes comencé a poner el decolorante en mi cabeza. Tenía curiosas para saber como iba a terminar mi pelo después de que las raíces me crecieran y la tintura negra se estuviera yendo.

Esperé como 40 minutos en lo que el decolorante hacía su trabajo. Durante todo ese tiempo estaba pensando como esto había sido una muy mala idea, en especial porque intentar sacarme el decolorante con los lavamanos sería horrible. Al salir noté que habían un par de chicos, me sentí muy incómodo de inmediato por lo que me encerré nuevamente en el cubículo y esperé a que se fueran, y cuando lo hicieron salí del cubículo y contorsionándome lo más que pude logré sacarme gran parte del decolorante y con eso era suficiente para mi. Se veía horrible, mi rubio natural es muy pálido en comparación al amarillo y parches castaños y claros que me quedaron por el decolorante, pero al menos era diferente, que era lo que buscaba después de todo. Por un momento quise cortar mi pelo para verme aún más diferente, pero realmente no quería parecer más masculino de lo que ya era, así que simplemente me coloqué el gorro y el barbijo y salí de la terminal.

La CicatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora