"Es un caos dulce desde que entraste en escena. Mi vida, mis sueños, mi futuro y todo, han cambiado."
—Day6 (Sweet Chaos)Jungkook soltó un suspiro dejándose caer sobre la cama de su habitación de hotel, con un gruñido de frustración se llevó las manos a la cara avergonzado por lo que había pasado en el avión. A lo largo de su vida había experimentado muchos momentos como aquel, su boca siempre lo hacía meterse en líos antes de que su cerebro pudiera arrastrarlo a la zona segura. Y por mucho que tratase de evitarlo siempre volvía a tropezar en la misma piedra, su personalidad continuaba en esa sofocante línea a pesar del paso de los años.
—Soy un estúpido — todavía con las manos sobre su cara, Jungkook se revolvió sobre la cama pensando en la conversación que había compartido con el entrenador — Es absurdo seguir insistiendo en lo mismo, ¿por qué tan siquiera quiero usar el sexo para averiguar algo que me empeño en negar? Él me lo explico bien, yo lo acepte y al día siguiente volví a pedirlo solo para obtener una negación más. Mis neuronas deben de haberse muerto por exceso de cloro, maldita sea — Jungkook se deshizo de su chaqueta antes de volver a maldecir para sí mismo en silencio — Estúpido, estúpido, estúpido... ni siquiera sé lo que me gusta pero pretendo usar a mi entrenador en el proceso de descubrimiento. No, definitivamente mi cerebro no está funcionando de la forma adecuada.
Jeon se sentó sobre la cama dejando vagar su mirada por el cuarto de aquel hotel, con movimientos lentos se acercó a las puertas de la terraza y las abrió lo suficiente como para que el aire fresco calmase la atmósfera asfixiante que la alta calefacción de su habitación provocaba. Todavía con la conversación de horas atrás penetrando dolorosamente hasta la más mínima parte de su mente, dio un par de pasos hacia el pequeño balcón. Tokio se encontraba ante sus ojos y la sensación de movimiento constante que sucedía en las calles casi le permitió sentirse levemente mejor.
Su mente no era la única funcionando sin descanso, ante sus ojos se encontraba el mejor ejemplo de una ciudad que nunca se frenaba. No importaba cuantas veces visitase aquel lugar, Jungkook siempre se sentía cómodamente insignificante allí, era alentador caminar por calles en las que el estilo propio predominaba por encima de los pensamientos tradicionales de la sociedad. Corea era diferente, Corea era mucho más difícil y más cuando se suponía que él debía ser el prototipo de hombre que el público aficionado de la natación demandaba. Ya ni siquiera podía distinguir si había nacido siendo un atleta perfeccionista hasta la médula o si por el contrario los comentarios de otros lo habían moldeado hasta convertirlo en eso, porque eso hacían las personas en el mundo. Todos los seres humanos, en un momento u otro de sus vidas, acaban respondiendo ante lo que la masa pide.
—Estúpido — repitió de nuevo — ¿Qué es lo que tengo en la cabeza últimamente?
Sus dedos se cerraron alrededor de la barandilla de la terraza y cerró los ojos dejando que la sensación humillante que le recorría el cuerpo por ser rechazado, se fuera calmando lentamente con el movimiento que el viento creaba contra su piel. Necesitaba entretenerse un poco o su cabeza acabaría llevándolo a las peores conclusiones posibles, Jungkook era el tipo de persona que podía perderse en el autocastigo por errores cometidos, incluso cuando habían pasado gran cantidad de años de sus faltas.
Recordaba todavía aquella pelea con su hermana por el mando del televisor cuando eran pequeños, de la que quedaba la señal de una cicatriz en su mejilla. Se acordaba de como Yuqi había llorado pidiendole perdón y él se había aprovechado de aquello para conseguir sus dulces favoritos, durante dos semanas la Yuqi de seis años le cedió cada uno de los pastelitos que su madre ponía en su mochila para comer durante las pausas en el colegio. Si ocurriese algo así de nuevo sin duda Jungkook elegiría calmarla en lugar de usar la ocasión para su propio egoísmo.
ESTÁS LEYENDO
𝐈 𝐇𝐚𝐭𝐞 𝐔 𝐌𝐫. 𝐇𝐚𝐧𝐝𝐬𝐨𝐦𝐞 | 𝐉𝐢𝐤𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 (𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧)
FanfictionJeon Jungkook era uno de los mejores deportistas de Corea del Sur, las estanterías de su casa estaban repletas de trofeos y medallas que confirmaban su potencia a la hora de competir... Después de tantos éxitos su principal objetivo se había fijado...