Capitulo XIII

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Hace un año/pueblo de Yorkville/ Toronto, Canadá.

Suspiro, preparandome para todo lo que se viene.

Junto todas mis cosas rápidamente, hechandolas en mi bolsa de nuevo, pero ella termina arrebatandome la ultima cosa que es irrelevante y conprometedora.

Me pongo de pie sin cruzar miradas con ella, pero puedo notar de reojo como en su rostro se dibuja una gran sonrisa burlesca.

Menea su cabeza, reprimiendo una risa, antes de mirarme.

-Quién lo iba a decir, ¿he?
-La rarita, he inocente del salón...

El sarcasmó que utilizó no me agrado en lo absoluto y tuve que contenerme para no descargar mi rabia atacandola.

Solo debes respirar, recuerdálo.

1, 2...

-Mm, ahora heres muda, no te entiendo Amelie-se cruzo de brazos, recargando su cadera contra el borde del lavamanos.

Resoplé, y fue suficiente para saber que no había vuelta atrás.

-¿Qué es lo que quieres?

Ellá me miro con superioridad, sin dejar caer aquella sonrisa suspicaz.

-Pués, lo ideal para mi sería que desaparecieras del camino, para poder ser feliz con Jared, pero...

Rode los ojos.

-Dame eso.

Intente arrebatarle aquella cosa conprometedora, pero ella la escondio detrás de su espalda.

-Esto-mostro aquella cosa-es solo un estúpido obstacúlo, y yo no voy a permitir que me arrebate lo que más quiero.

Me di la vuelta, antes de postrarme frente al lavamanos, apoyando mis manos sobre el cuarzo, mientras me miraba al espejo he intentaba tranquilizarme.

-El que me quites ese objeto no podrá evitar que le cuente-susurre.

-¿Enserio crees que él se quedara contigo? ¿Crees que lo aceptara?-pregunto con burla.
-Amelie, abre los ojos.

Mis ojos se nublaron, y me sostube más fuerte del cuarzo al sentir que me desestabilisaba.

Quería creer que él no reaccionaria así.

Que él se pondría feliz, que me apoyaria en todo momento, que se quedaria junto a mi y nuestra historia no tendría está clase de final catastrófico.

Quizás soñaba demasiado alto, y la caída sería demasiado dura.

-Jared está empezando su carrera como guitarrista, está llegando a la cima del éxito. Algo así-señalo nuevamente aquel objeto-solo lo frenaría.

Mi respiración se volvía pesada, porque cada palabra que formulaba, y que sabía solo las desía para hacerme sentir insegura y mal, me estaban afectando.

-El nesecita a alguién cómo yo, que esté sana, y sin conpromisos.

Dijo con altanería, y fue suficiente porque en ese punto mi autocontrol se fue a la basura.

La encare, dejandole ver lo afectada y molesta que me encontraba gracias a ella. Eleve mi mano a la altura de mi cara, y la azote en su cara con todas las fuerzas que pude reunir.

Su cara giro, y su mejilla quedo visiblemente irritada por el inpacto, se volteo al instante con la intensión de devolverme la bofetada, pero tome su muñeca con fuerza.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2023 ⏰

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