CAPITULO VEINTE

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Me encuentro en la casa de Alex para hablar de lo que nos ha pasado. Ya que a Alex le queda poco tiempo para irse. Estamos tratando de pasar tiempo juntos sin Amelia. Nosotros la queremos mucho, pero hay días que solamente queremos estar nosotros nada más, cómo hoy.

— ¡Cómo que te gusta Amelia!. — Dice Alex

— No me gusta, siento que me atrae. — Le digo.

— ¿Y si es confusión?

— No sé, pero tengo que saberlo.

— ¿Como no lo vas a saber Dyland?...

— ¿Es enserio que me estás preguntando eso?. — Le digo agarrando una gaseosa de la nevera pequeña que tiene en su cuarto.

— Mira... Sé que Ame, es muy linda. Bella, pero no significa que a mí me guste. — Me dice buscando una de sus camisas verdes oscuras en su closet.

—Es que tenemos diferentes gustos. — Le digo.

— Lo sé y Amelia es una de tus gustos. Pero Dyland, si te gusta Amelia lo mejor es que por ahora no le digas nada, hasta que estés seguro de tus sentimientos. Además estás con Clara. ¿No?. Porque Fabricio me dijo que tenías novia. Y yo no recuerdo en ningún momento que me dijeras que ojitos claros es tú novia. Además se besaron. — Dice colocándose la camisa. — Estoy orgulloso de ti hermano. — Me dice colocándome su mano derecha en mi hombro.

— lo sé, lo sé. No le voy a decir nada. Por ahora. No quiero perder nuestra amistad. No quiero perder varios años de amistad. — Le digo.

— Eso, es verdad. Lo mejor es que no le digas nada. Vamos para la cocina. Mi madre nos dejó unos Cupcakes que tan... — Lanza un beso al aire acompañado de la mano para lanzarlo. — buenísimos.

Ya en la cocina, Alex busca los cupcakes que dejó su madre antes de irse a trabajar. Cinco minutos después suena el timbre de la puerta.

—¿Estás esperando a alguien? — Le digo.

— No... Aaaah sí, cierto que venía Amelia. Ella quería hablar algo con nosotros. Mira, te comportas. — Me señala.

Amelia entra y se sienta en los muebles que están en la sala. Así que la acompañamos. Alex agarró los cupcakes y los puso en una mesita que está en el medio.

— Ok, de que quieres hablar. ¿Es algo grave?. — Le dice Alex. Por mi parte me quedo en silencio observándola. Me pierdo en su mirada.

— Esa misma noche de la fiesta... — Respira profundo antes de hablar. — Me peleé con Maxwell.

—¿Qué? — Digo inconscientemente. Alex gira su mirada hacía mí. Y le devuelvo la mirada.

— Fue por algo que no me gustó y el me dijo que él era así. Que así era su personalidad. Pero no me gustó como actuó. De verdad. Me dijo cosas que me dolieron. Además me enteré de algo que de verdad me dolió — Observo como sale una lágrima de sus ojos. Anda sensible pero para mí que le pasa algo más, pero no, nos quiere decir.

— Amelia... No quiero verte así. Y eso que te veo casi todos los días — Me siento junto a ella y le secó sus lágrimas. — Sabes... Tienes que pensar más en tí. Das mucho pero recibes poco de esas personas que no valen la pena que estén en tú vida. Por qué ellos no te aportan nada bueno. El que se fué. Se fue y listo. Que haces buscando a una persona que no muestra el mismo interés. Ni que te digan... " Es que yo soy así". No. Por qué ellos no son así. Ellos no han sanado una parte de si mismos. — Se que le dije cosas que no son del tema. Pero es la realidad que le ha pasado.

— Pero es que Dyland... — Me dice entre lágrimas. — De verdad me siento feliz a su lado, las veces que hablamos y nos veíamos me gustaba por qué ví algo en él que era diferente a los demás. Me gusta su forma de ser, la forma de salir adelante a pesar de todo lo que le ha pasado. Me gustan sus ojos verdes que se iluminan cada vez que me mirá. Me siento bien con él y no lo quiero perder. Al principio sabía que no íbamos a llegar a nada, pero ahora. ¡Mira nos, estamos saliendo!. Pero hemos discutido.

El amor de Dyland #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora