V. Sinceramente sí

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"Inosuke corría apresurado tratando de alcanzar al pelirrojo que lentamente atravesaba los árboles de glicinia, logró alcanzarlo para pedirle que no se fuera, que lo amaba y que no quería volver a su vida sin él pero solo lo miró de reojo y de manera cortante dijo no estar interesado en lo que sea que se supone que era, dejándolo en el suelo hecho un mar de lágrimas, tal vez si le hubiera dicho antes, tal vez si hubieran tenido más tiempo juntos las cosas hubieran sido diferentes, tal vez habría aceptado sus sentimientos, pero el hubiera no existe"

Se despertó lleno de sudor, había tenido una pesadilla, no había tenido una desde lo que le sucedió a su padre doncel, no sabía qué pasaba, su pecho se sentía pesado, respiraba con dificultad, se sentía caliente y veía borroso, ni siquiera podía pensar claramente, el cuerpo le dolía horrores y su parte trasera estaba completamente húmeda, en ese momento se dió cuenta de lo que sucedía y de verdad era un mal momento para eso.

Tanjiro regresaba con una bebida que la matriarca le había dado para la resaca pero había decidido dársela a Inosuke, él se sentía lo suficientemente bien como para incluso ayudar con la limpieza pero el azabache que había dormido más allá del medio día seguro la necesitaría más, mientras caminaba de regreso pensaba en lo que le habían dicho, en cómo miraría al azabache a la cara después de haber escuchado lo que escuchó, tal vez también debería decir algo al respecto. Un aroma dulce y fuerte venía del lugar al que se dirigía, venía de la cabaña del azabache, era bastante fuerte, tanto que podía olerlo desde bastante lejos, pudo notar varios chicos que al igual que él se acercaban curiosos, atraídos por ese aroma dulce que despedía aquél lugar.

- ¡Largo! Ninguno de ustedes puede pasar así que váyanse de una vez - una mujer joven había corrido hasta el lugar intentando evitar una tragedia, había tenido que darle algunos empujones a algunos incluso, se acercó a dónde estaba Tanjiro para tomarlo del brazo y acercarlo de manera apresurada al lugar - mi nombre es Kotoha, soy la curandera de la aldea y próxima matriarca, necesito preguntarte algo y necesito que seas completamente sincero conmigo ¿sientes algo por Inosuke? Por favor, piensa bien antes de responder - el pelirrojo no sabía qué responder, estaba interesado en él claro, eso era más que obvio, aunque no sabía si estaba listo para confesarlo abiertamente pero recordó eso de que Inosuke prácticamente se había declarado la noche anterior provocando que se ruborizara intensamente, cubrió la mitad de su rostro con su mano libre y mirando hacia otro lado solo asintió sutilmente, la mujer volvió a tomarlo del brazo y lo llevó hasta la entrada de la casita mientras le explicaba que el azabache tenía su ciclo de calor, estos eran irregulares y algunos más fuertes que otros, su cuerpo era único pues tenía una absurda resistencia al veneno pero lamentablemente también a los medicamentos, no había mucho que pudieran hacer por él más que cuidar que nadie se le acercara pues el no quería que lo tocaran pero había estado gritando su nombre desde hace un rato, le explicó que por supuesto no lo obligaría a nada pero que por favor considerara ayudarlo, pues el calor en los donceles provocaba mucho dolor y como ya había dicho, mostraba gran resistencia al medicamento.

- Monjiro... - escuchó llamarlo en el instante en que entró, Inosuke estaba recostado con uno de sus brazos sobre su frente, con su rostro completamente rojo, su piel pálida cubierta por una fina capa de sudor que la hacía brillar y su cabello despeinado lo hacían ver aún más hermoso de lo que ya era - ...ayúdame Monjiro, quiero que seas tú, no quiero a nadie más - recordó la plática que había tenido con la matriarca, durante el celo los donceles no medían sus palabras y eran completamente francos, casi como si hubieran bebido un suero de la verdad pero recordó especialmente la parte en la que el ciclo se calmaría una vez el doncel llegara al climax, no acabaría por completo pero disminuiría drásticamente el dolor y lo ayudaría a volver en sí.

- Inosuke, ni siquiera en esta situación puedes decir bien mi nombre - sonrió gentilmente antes de agacharse y acariciar su rostro - ¿realmente sientes algo por mí? -

- Sí, por eso participé en la estúpida danza, sabía que me estuviste mirando todo el día y quería que lo siguieras haciendo, y lo hiciste - dijo mientras la mano de Tanjiro comenzaba a bajar por su cuello - yo quería que lo hicieras, quería que me desearas, quería dormir contigo anoche pero eres demasiado estúpido para darte cuenta, me gustas Santaro - esa era una confesión bastante directa, si realmente sentía lo mismo entonces estaba dispuesto a ayudar, no quería que siguiera sintiendo dolor y si podía evitarlo entonces lo haría. Bajó su mano y escuchó como un suspiro salió desde su garganta cuando acarició su pecho.

- Yo también, Inosuke - se acercó a su rostro para poder mirarlo directamente a esos hermosos ojos - me muero por tenerte pero no lo haré de esta manera, hoy estoy aquí solo para ayudarte, cuando todo esto pase me declararé abiertamente al igual que tú, solo entonces podremos continuar con esto hasta el final, así que por favor espera un poco más - atrapó uno de sus pezones con su mano y comenzó a masajearlo gentilmente, pudo ver como su pecho subía y bajaba cada vez más rápido, el olor que desprendía era dulce pero sutil y embriagador, lo hacía desear por más, quería poder escuchar los sonidos que haría cuando lo sostuviera correctamente pero logró contenerse, no quería que su primera vez con Inosuke fuera así, así que usó toda su fuerza de voluntad para no ceder, se colocó detrás suyo y comenzó a bajar su mano hasta su miembro, las caderas de este comenzaron a moverse adelante y atrás restregando su retaguardia contra él provocando que el también sintiera esa necesidad vehemente de poseerlo.

- Tú también - dijo girando su cuerpo para quedar frente a frente, sacó el miembro del moreno, lo tomó en su mano y comenzó a masturbarlos juntos haciendo que una corriente eléctrica recorriera su cuerpo en el instante en el que ambos se tocaron, se sentía caliente y húmedo, un calor abrasador que no se comparaba con nada que hubiera sentido antes se hizo presente por todo su cuerpo, pronto el también hacía ruidos extraños que no sabía que podía hacer, comenzaba a gruñir levemente mientras más se acercaba el climax, notó como Inosuke comenzó a acelerar los movimientos de su mano, estaba cerca así que no tenía que seguir conteniendose - ¡Tanjiro! - dijo su nombre correctamente justo en el momento en que se venía, manchandose los dos con los líquidos que escurrían de ambos.

- ¿Inosuke? ¿Estás bien? -

- Lo siento, pero aún no estoy satisfecho - dijo tirando a Tanjiro contra el suelo, haciéndolo caer de espaldas mientras lo devoraba con la mirada y acercándose lentamente para posicionarse lo más cerca de su oído que pudo, dejó unos pequeños besos ahí antes de susurrarle algo que terminó por descolocarlo - así que no tienes permitido salir hasta que haya terminado ¿Entendiste? -

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Pobre Gompanchiro 😈 lo van a dejar más seco que las plantas que según yo cuidé

Por cierto, se me murieron todas 😟
R.I.P para mis gardenias, mi plantita de lavanda, las violetas y la enredadera que según yo podé y nunca más volvió a crecer, lo siento, se merecían vivir más de un mes 😭😭😭

Hijo SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora