Figg:¡Se ha marchado! —dijo la señora Figg, retorciéndose las manos—. ¡Ha ido a ver a no sé quién por un asunto de un lote de calderos robados! ¡Ya le dije que iba a desollarlo vivo si se marchaba, y mira! ¡dementores! ¡Suerte que informé del caso al señor Tibbles! Pero ¡no hay tiempo que perder! ¡Corre, tienes que volver a tu casa! ¡Oh, los problemas que va a causar esto! ¡Voy a matarlo!
Sele:me pregunto porque vinieron los dementores ¿Ese tal Mundungus ha estado siguiéndome?
Figg:Sí, sí, sí, pero por fortuna yo había apostado al señor Tibbles debajo de un coche, por si acaso, y el señor Tibbles vino a avisarme, pero cuando llegué a tu casa ya no estabas, y ahora... ¡Oh! ¿Qué dirá Dumbledore? ¡Eh, tú! —le gritó a Dudley, que estaba tumbado en el suelo del callejón en posición supina—. ¡Levanta tu gordo trasero del suelo, rápido! —
Sele:esta dementado abuelita figg
La señora Figg se inclinó, agarró uno de los inmensos brazos de Dudley con sus apergaminadas manos y tiró de él. —¡Levántate, zoquete! ¡Levántate!
Pero Dudley o no podía o no quería moverse, así que permaneció en el suelo, tembloroso y pálido como la cera, con los labios muy apretados.
Sele:Ya me encargo yo —dijo, que cogió a Dudley por el brazo y dio un tirón. Haciendo un gran esfuerzo consiguió ponerlo de pie.
Parecía que dudley estaba a punto de desmayarse. Sus diminutos ojos giraban en sus órbitas y tenía la cara cubierta de sudor; en cuanto selene lo soltó, Dudley se tambaleó peligrosamente.
Figg:¡Deprisa! —insistió la señora Figg histérica.
selene se colocó uno de los enormes brazos de Dudley sobre los hombros y lo arrastró hacia la calle, encorvándose un poco bajo su peso. La señora Figg iba dando tumbos delante de ellos, y al llegar a la esquina asomó la cabeza, nerviosa, y miró hacia la calle.
Figg:Ten la varita preparada —le dijo a selene cuando entraron en el paseo Glicinia —. Ahora no importa el Estatuto del Secreto, de todos modos, lo vamos a pagar caro, tanto da que nos cuelguen por un dragón o por un huevo de dragón. ¡Ay, el Decreto para la moderada limitación de la brujería en menores de edad!... Esto es ni más ni menos lo que temía Dumbledore.
Sele:¿Qué es eso que hay al final de la calle?
Figg:Ah, es el señor Prentice... No escondas la varita, muchacha, ¿no te he dicho que yo no te serviría de nada?
Pero no resultaba fácil sujetar con firmeza una varita mágica y al mismo tiempo arrastrar a Dudley. selene, impaciente, le dio un codazo en las costillas a el, pero éste parecía haber perdido todo interés por moverse por sí mismo. Dejaba caer todo su peso sobre los hombros de selene y arrastraba sus grandes pies por el suelo.
Figg:¡oh, cielos! —exclamó trágicamente, y empezó a retorcerse las manos otra vez—. Cuando Dumbledore se entere de esto... ¿Cómo ha podido marcharse Mundungus? Se suponía que estaba de guardia hasta medianoche. ¿Dónde se habrá metido? ¿Cómo voy a explicarle a Dumbledore lo que ha sucedido? Yo no puedo aparecerme.
Sele:Tengo una lechuza; si quiere, puedo prestársela —se ofreció selene, quien luego emitió un gruñido y se preguntó si su columna vertebral acabaría partiéndose bajo el peso de Dudley.
Figg:¡No lo entiendes, cariño! Dumbledore tendrá que actuar cuanto antes porque los del Ministerio tienen sus formas de detectar la magia hecha por menores de edad; ya deben de saberlo, te lo digo yo.
Sele:Pero si estaba defendiéndome de unos dementores..., tenía que usar la magia. Seguro que les preocupará más saber qué hacían unos dementores flotando por el paseo Glicinia, ¿no cree?
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la aventura de Selene iris Potter Gaunt
Ficção CientíficaTom riddle y James Potter se casaron y de ese amor tuvieron una hija decidieron llamarla Selene iris Potter Gaunt ahora es su turno de tener aventuras en hogwarts y talvez meterse en problemas ***************************************** Harry Potter n...