Avances significativos

143 24 10
                                    


-El caso está avanzando estupendamente, Nolan. Te felicito- dijo Jack cierta tarde, cuando ya estaban juntando sus cosas para irse. Nolan, sin entender, lo miró fijo.

-¿Por qué me felicitas a mí? No he hecho nada. La policía es quien está al frente de la investigación. 

-No seas modesto, hombre, que ya sé todo. Cosgrove me comentó que fue tu opinión lo que terminó de inclinar la balanza a favor del departamento de policía en lugar del FBI, y en agradecimiento ellos te han pedido consejo y te han mantenido informado de cómo marchan las pesquisas. Ya han descartado a mucha gente, ¿no? Eso es bueno. El cerco se va estrechando.

-Sí, bueno, si lo dices así… tienes razón. He hecho lo que correspondía. Este caso tiene que terminar pronto, ya ha corrido demasiada sangre. Si el FBI hubiera metido sus manos en este caso habríamos perdido valioso tiempo en ponerlos al corriente, así que mejor fue quitarlos de en medio. 

-Y los detectives han demostrado mucho empuje en esta recta final. Dime, ¿a quiénes ya han eliminado de la lista de posibles sospechosos además del doctor Lecter?

Nolan se sobresaltó un segundo antes de responder, como le pasaba cada vez que Hannibal salía en la conversación. Todavía no se había sincerado con Jack y Samantha sobre su peculiar relación con el psiquiatra, y temía que tardaría mucho más en hacerlo. Estaba avergonzado en cierto sentido, por haber despotricado tanto contra él y ahora tenerlo de pareja (o casi). Tampoco sabía cómo se tomarían sus colegas que estuviera enamorado de un hombre al que hasta hace poco consideraban posible culpable de homicidio.

"Se los diré cuando llegue el momento", fue su escueta conclusión, que tomó camino de su casa. "Quizás cuando el caso se haya resuelto. Entonces todo será más fácil y Hannibal ya estará completamente libre de sospechas…"

Sabía que un hombre de su edad no debería ser tan cobarde e indeciso, pero no podía evitarlo. Nunca había imaginado que se enamoraría de una persona tan complicada y en circunstancias tan poco favorecedoras, así que las dudas y miedos sobre el qué dirían otros eran muy fuertes en su cabeza. Temía también que todo fuera una gran burbuja, que estallaría en su cara en cualquier momento. Para calmar un poco su conciencia, en cuanto llegó a su departamento llamó él a Hannibal; era la primera vez que tomaba la iniciativa en sus conversaciones, y eso agradó sobremanera al psiquiatra.

-No hay palabras para describir lo mucho que me alegra oír tu hermosa voz, Nolan querido. Pero dime, ¿a qué debo el milagro de esta llamada? 

-A nada en particular. Solo quería saludarte- mintió, pues no tenía ganas de ponerse a explicar el complicado proceso mental que lo había llevado a llamar.- He logrado hacerme unas horas libres y, bueno, pensé que te agradaría charlar un rato.

-Y tienes razón, me encanta que me llames. Yo también estoy libre, más bien lo estaré dentro de un rato. Dime algo, ¿considerarías apropiado que pase por tu departamento entonces?

-¿Tú? ¿Venir a verme?- preguntó Nolan sorprendido, pero no demasiado. Conociendo a Hannibal le extrañaba que no se hubiera aparecido por su puerta antes.- No lo sé, es un poco… pronto, ¿no lo crees?

-Amor mío, no tienes que tener miedo de quedarte a solas conmigo- lo tranquilizó el mayor, reclinándose en su asiento e imaginando lo bonito que debía de verse Nolan en esos momentos.- Me gustaría pasar a verte para que conversemos mejor, quizás para que bebamos algo y poco más. No tiene por qué pasar nada más fuerte… a menos que quisieras. En ese caso te complacería sin dudarlo.

Nolan enrojeció por completo al entender la indirecta, porque a pesar de los fuertes sentimientos que tenía por Hannibal la idea de acostarse con él todavía no se le había ocurrido. Sin embargo no quería seguir quedando como un tonto ante el mayor, así que cambió su respuesta sobre la marcha y aceptó que fuera a tomar un café después de atender a su último paciente.

-Pero solo a tomar un café, ¿de acuerdo? Sé que eres un hombre muy pasional, pero recuerda que estamos yendo despacio así que no estoy preparado para nada más allá de los besos. Me gustaría que respetaras eso si quieres que sigamos adelante.

-Se hará como tu digas, encanto. Nos vemos dentro de una hora- se despidió Hannibal, eufórico por los avances logrados con su amado. Hasta hace poco Nolan lo repudiaba, lo quería ver preso y huía de él como de la peste; ahora estaba dispuesto a recibirlo en su hogar para compartir un café y una charla íntima, y quien decía una charla decía unos abrazos y unos besos. Si bien eso parecía poco, tratándose de su complicada relación era muchísimo. Cierto que cuando estaba cerca del menor ardía en deseos de devorarlo, de dejarlo desnudo y hacerlo suyo en todas las posiciones posibles, pero le había dado su palabra de ir despacio y debía cumplirla. Si quería ganarse el respeto y el amor de Nolan Price debía demostrarle que era alguien confiable.

Buen Juicio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora