Eli

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—Déjame cortarte el cabello, linda.—mire de manera acusatoria a Eli, por utilizar su belleza, en las pobres chicas de la escuela.

La chica embobada, asintió, mientras lo veía, como si fuera un ángel o algo parecido.

Yo iba a decir algo, pero mi teléfono, vibro en mi bolsillo trasero, haciendo que lo sacara rápidamente.

Mire quien era el que me había escrito.

Era Sally, diciendo que Yenna no paraba de llorar y que en casa ya no sabían que hacer.

Me levanté bruscamente de la silla, tecleando un simple: "voy para allá"

Guarde mi teléfono, y mire a Eli, quien me miraba extrañado por mi comportamiento.

—¿Que sucede?

—Es Yenna.—al escuchar su nombre se acercó rápidamente a mi, lo tome de los hombros, haciendo que me mirará a los ojos.—Tranquilo, yo voy, tu quédate aquí, no es nada malo, yo me encargó.

El miró mi rostro, asintiendo, el sabía que Yenna me hacía más caso a mi, que a él.

—Esta bien, pero si sucede algo me llamas ¿Okey?

Yo asentí, para salir, de el salón de clases rápidamente.

[...]

Me encontraba con Yenna, en mis brazos, tenía su pequeño dedito en sus labios, mientras me miraba con sus grandes ojos cafés, brillando.

Yo solo la miraba con adoración, mientras le sobaba la cabeza y le cantaba una canción.

—Siento que sobro aquí.— sonreí divertida al escuchar las palabras de Sally, levante la mirada para ver como nos miraba con una sonrisa.—¿Como lo haces? Ella no se calmó con nada de lo que hicimos.—Warren, junto con risitas y o sea, asintieron de acuerdo con lo que Sally decía.—Pero cuando te vio, pasar por la puerta, se calmó.

Iba a contestar, pero un apurado Eli entro a la habitación, buscando de manera desesperada a su pequeña hija.—Dios, ahí está.

Se acercó a pasos rápidos, en nuestra dirección y cuando iba a tomarla en sus brazos, Yenna me tomó de la mano, mirando mal a su papá.

Eli, me miró sorprendido, a lo cual yo le devolví la mirada, él solo nego con la cabeza de manera divertida, y se puso a la altura de su hija, que todavía se encontraba en mis brazos.—Yenna, al menos saluda a papá.

Ella lo miro, y le dio una sonrisa, para después voltear su cabecita y meterla en mis pechos, como si fuera los más cómodo del mundo.

—Pequeña suertuda.—Eli hablo tan bajo que casi no lo escuché, casi.

—¿Como dices?

Él me miró apenado, para luego voltear a ver a las chicas y Warren que seguían en la habitación, se acercó a ellos con la excusa de saludarlos, para luego salir de la habitación con el rostro como un tomate.

Solté una pequeña risa, y volví a mirar a la pequeña castaña en mis brazos.

No sabia si la quería más a ella o a su padre.

O tal vez, los quería por igual.

[Lookism]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora