Elly del Imperio Bizantino, hija de Poseidón, Reina de las Amazonas y prima de Isabel "La Católica", ella se embarcará en un viaje en donde demostrará a todos los que no creen que ella puede ser una buena reina, demostrará y defenderá en todo lo que...
Gonzalo siguió a Elly en los pasillos del palacio, tomó su mano suavemente e hizo que lo volteara a ver: - ¿A que se refería Aquiles? ¿Qué os han hecho en Castilla? Elly suspiró, no puedo mirar a su esposo a los ojos, "Maldito Aquiles, es un hosicón". - ¿Recuerdas cuando...me arrestaron en Sevilla?-Gonzalo asintió-Isabel y Fernando me encerraron, me sometieron a todo tipo de tortura, me dejaban solo una hogaza de pan y agua para comer...yo... -¿Os tocaron, os...? -No, no, solo...me dieron con el látigo, me golpeaban, me escupían...pero jamás...eso. -Bien...-Gonzalo la abrazó y Elly se sentía segura en sus brazos, sentía que no podía pasarle absolutamente nada, mientras estuviera con él. - ¿No piensas hacer una locura? Gonzalo tomó la cara de su esposa entre sus manos, la miró con una ternura que Elly sentía que se podía derretir ahí mismo "Hera seguro está celosa, de que Zeus no la quiere tanto como Gonzalo a mí" se atrevió a pensar. -Haremos lo que vos decidáis, yo os siguiere, cualquiera que sea vuestra decisión. -Te amo. -Yo a vos más-Gonzalo besó su frente.
Los días pasaron, y finalmente, después de muchas insistencias, Isabel y Fernando firmaron un acuerdo con Elly y Gonzalo, llamado "El Tratado de Constantinopla" en el que tanto Isabel como sus sucesores, renunciaban al trono de Castilla y se irían a Aragón, en el exilio y jamás podrían poner pie en Castilla de nuevo, ya que si lo hacían, el castigo sería la muerte. - Han tomado la decisión correcta, se ha evitado un gran derramamiento de sangre-dijo Elly satisfecha, tanto Isabel y Fernando la miraban con cara de pocos amigos, pero era lo Justo.
El barco de Isabel y Fernando partió al día siguiente, Elly y Gonzalo miraban desde el muelle. -Se lo merecían-dijo Cale-nadie que toca a mi hermana vive para contarlo. Pero te viste muy buena con ellos. -No soy la misma que era antes, pero no me voy a rebajar a su nivel. -Lo sé, te conozco-Calle besó su frente. -Bueno, yo digo que celebremos, hay mucho que celebrar-dijo Anton. -¿Cómo que Pulgoso?-pregunto Elly. -Como que me caso con la Duquesa Elodie de Orleans-Elly se abalanzó hacia su amigo y lo envolvió en un gran abrazo. -¡Estoy tan feliz por ti! Pero si la haces llorar date por muerto. -¡Dioses, tranquila fiera!-rio Anton y todos regresaron al castillo entre risas.
Los meses fueron pasando, la boda de Anton tuvo lugar en Rusia, una ceremonia hermosa, y al cabo de unos meses Cale y Juliana dieron las noticias de que estaban esperando otro hijo. Todo parecía ir bien. Todo parecía ir en calma. -Majestad-dijo el físico-tengo vuestros resultados. -¿y bien?-preguntó Elly. -Positivo-ella salió corriendo de ahí y fue a buscar a Gonzalo, después de preguntar a muchas personas dónde estaba, finalmente lo encontró en las caballerizas. -Te estaba buscando. -Estáis de suerte, está por ir a pasear al pueblo, ¿queréis venir? -Hay...algo que debo contarte antes... -¿Todo bien? Parecéis nerviosa. -Todo está bien...es solo...estoy embarazada.
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Gonzalo no cabía de la emoción, sonrió y tomó a Elly en brazos, le dio vueltas en el aire y la besó. -Olvidaos de ir al pueblo, vos no vais a moveros-la cargo en sus brazos. -Puedo caminar, ¿lo sabes? -No importa-dijo sonriendo y gritando a todo pulmón decía-¡La emperatriz está embarazada, voy a ser papá! Lo decía a cualquiera que se cruzara en su camino, quien felicitaba a la pareja, Elly solo podía reír ante la reacción de su esposo, parecía que todo estaba cayendo en su lugar y no podía ser más feliz.
Los meses pasaron y pronto llegó el día del alumbramiento de la Emperatriz, se la había roto la fuente en la tarde cuando paseaba con Aquiles y Cale por el jardín, ambos hombres se apanicaron tanto que no supieron que hacer más que entrar en pánico: -¡No se queden ahí parados inútiles, vayan por el médico! -Si, si-tartamudearon y salieron disparados. -¡Falto yo!-grito Elly, mientras que Cale regresaba por su hermanan y Aquiles iba por el físico, llevó a la Emperatriz a su habitación.
El físico ya estaba adentro de la habitación, se escuchaban los gritos de Elly en el pasillo. - ¡Un poco más Majestad, usted puede! Ella se limitaba a gritar y maldecir en griego a Gonzalo, mientras este fuera de la habitación agradecía no entender una palabra, porque estaba seguro de que no eran palabras bonitas.
Pero no podía aguantar más, necesitaba entrar, pero no se lo permitían, hasta que el físico salió: - ¿Como esta?-pregunto Juliana. - Majestad-hizo una reverencia. - ¿Que sucede?-pregunto Cale -¿está todo bien? - No, la emperatriz Elly está teniendo complicaciones, está muy débil-dijo. Gonzalo no escucho mas, salió de la habitación, y trato de entrar al cuarto que compartía con su esposa. - Necesito pasar-dijo. - Lo lamento majestad, pero no es posible-dijo otra enfermera, el rey solo podía escuchar los gritos de dolor de su esposa, y odiaba que se sintiera así. - ¡Necesito verla! - Si sabéis bien que hacer, os quedaréis aquí, ella estará bien.
Él la miró, y solo pudo asentir, Juliana colocó una mano en su hombro. - Estará bien, ella es fuerte, es de las personas más fuertes que conozco. - Espero que tengáis razón Juliana. Luego de lo que parecieron horas, el llanto se oyó, la partera salió: - Es una niña y un niño-dijo, Gonzalo entro de inmediato, solo para ver a su esposa cargando a los bebés en la cama. - Hola-sonrió ella débilmente, Gonzalo besó su frente, y luego la de sus hijos. - Es preciosa-luego miró a Elly-igual que su madre. -Y él es igual de guapo que tú-Sonrió Elly a su esposo. - Parece que te convertiste en madre antes que yo, pensé que sería al revés, es más pensé que nunca te casarías-Dijo Anton entrando a la habitación, Elly rodó los ojos. - Chistosito Pulgoso-dijo ella. - ¿Cómo les pondrán a mis sobrinos?-pregunto Juliana ambos se miraron, como si ya supieran la respuesta. - A la niña Venus y al niño Álvaro-dijeron ambos al mismo tiempo. Todos se pusieron a celebrar el nacimiento de ambos niños, en especial Cale y Anton que bailaban de alegría, porque al fin tenían sobrinos, y nadie Javi ganso la apuesta que habían hecho la primera vez. - Le enseñaré a luchar-le dijo a su amiga. - Sobre mi cadavér Anton Pulgoso de Rusia, además soy mejor que tú-le dijo su amiga. - Por favor El, cuando sea grande, ¿si? Además eres la mejor sueñista del mundo -su amiga le fulminó con la mirada. - Bien...pero le haces un rasguño, y juro que desearás no haber nacido y que quede claro que solo fue por el cumplido exagerado que hiciste.-su amigo trago saliva. - Bien. - Bien. - Bien. - Que maduro Pulgoso, siempre queriendo la última palabra-rodó los ojos. - Al menos no somos amargados-dijo Anton, su esposa le dio un codazo. - ¿Gonzalo? - ¿Si querida? - Te iba a pedir algo...pero mejor olvídalo. - ¿Por que?-estaba por reír. - Porque debo hacerlo yo. - ¿Y que es? - Cuando salga de esta cama, que será en poco tiempo, me encarare de ustedes dos-señaló a Anton y Cale ambos tragaron saliva. - Corran-susurró Juliana. - Tienes toda la razón querida-le Dijo Cale, le dio un beso en la mejilla, ella rio-corran amigos. - Si nos buscan estaremos en Australia-hablo Anton. - Así que mejor no piensen en buscarnos, en especial tú, El,hay arañas gigantes a donde vamos-salieron corriendo de la habitación después de que Cale dijera esto último, todos soltaron una carcajada.
