Venganza

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Capítulo 6.

Estaban preparándose para ir a la cama. Tweek se había quedado en casa de su novio para pasar la noche, y aunque siempre preferían hacer las pijamadas en casa de Tweak, (porque el cuarto de sus padres estaba lo suficientemente alejado del suyo como para que tuvieran un poco de privacidad), ese día por la mañana los padres de Tweek fumigaron la casa; y ellos decidieron rentar una habitación de hotel, prefiriendo que su hijo no durmiera con ellos al ya estar bastante "mayorcito", según sus propias palabras.

De cualquier manera, ambos ya estaban recostados y bajo las mantas. Casi siempre el rubio conciliaba el sueño primero y no se levantaba hasta la mañana siguiente, pero esta vez tenía un plan. A pesar de estar bastante cansado, la sensación en su estómago por el nerviosismo de su travesura no lo dejaba tranquilo.

Esperó a que el otro chico estuviera profundamente dormido, hasta escuchar su respiración volverse pesada y algún que otro ronquido. Sonrío para sí mismo y se metió bajo las sábanas, acomodándose entre sus piernas y comenzando a masajear su entrepierna con la palma de su mano.

Sabía que si intentaba algún movimiento mientras estaba despierto, de alguna manera el otro terminaría negándose por sus padres, pero él tenía en mente su encuentro anterior y no planeaba dejar que el otro lo "humillara" así, (aunque no podía negar que le había gustado). Piensa en eso mientras comienza a depositar besos en el bulto que poco a poco despertaba.

El leve aroma que comenzaba a desprender por la excitación lo encendía, y olfatea contra la tela permitiéndose tomar su tiempo. Bajó la tela de los pantalones del pijama y la ropa interior hasta que el pene del otro estuvo fuera de su prisión.

Escuchó la voz del otro chico y levantó la vista alarmado, pensando en que había sido atrapado antes de lo planeado, pero sólo estaba balbuceando dormido. Tomó la longitud con su mano, acariciando la piel hasta que estuvo completamente endurecido, y comenzó a lamer y chupar aquel falo, sintiéndose satisfecho conforme escuchaba su respiración agitándose y algunos gemidos roncos escapando de su boca.

No pasa mucho tiempo antes de que Craig abra sus ojos, pestañeando varias veces y notando la ausencia de su novio a su lado, sintiéndose confundido por sentir cierto calor en su zona íntima, pues no recordaba haber tenido un sueño sexual en lo absoluto. Ahoga un gemido cuando siente una oleada de placer recorrerle desde la pelvis hasta su vientre, y une los puntos en su cabeza. Levanta la sábana, echando un vistazo y descubriendo a su novio chupándolo.

—¿Qué haces? Mis papás están dormidos en la habitación de al lado —murmura, jalando sus cabellos color oro en un intento de apartarlo, pero arquea su espalda cuando siente que el otro succiona hasta llegar a la base, tomándolo todo en su boca. Estaba más sensible que de costumbre por estar prácticamente aún medio dormido, y Tweek toma nota mental de eso.

—Es mi venganza —dice, una vez lo saca de su boca, y lo acaricia con un ritmo constante, manteniendo una sonrisa de superioridad en el rostro.

Craig se incorpora, sentándose aún con el otro chico acariciándolo, y lo empuja por los hombros mientras se muerde el labio, intentando nuevamente apartarlo. Se veía nervioso, algo poco común en él, y Tweek sube a su altura para unir sus labios. Craig corresponde, aferrándose a su nuca y profundizando la muestra. Es un beso feroz pero breve, y cuando se separa Craig lo mira con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados.

—Te follaré la boca hasta que te tragues mi semen y después me dejarás dormir... No puedo cogerte aquí —habla con voz baja, en un tono que hace que a Tweek se le erice la piel, y le encantaría complacerlo y seguir sus órdenes pero niega con la cabeza. Su plan le parecía mejor, y su pene ya estaba lo suficientemente duro como para que le doliera y no pudiera conformarse.

—Hoy soy dueño de mis propias acciones —le dice, con voz provocativa, sacándose la camisa holgada que llevaba y sonriéndole. Craig siente su miembro palpitando, exigiendo atención, pero se decide a ser paciente y ver hasta donde llevaría eso su novio.

Tweek se toma un momento para sacar el resto de sus prendas, dejando su ropa interior y acomodándose encima del otro chico, besándolo nuevamente. El rubio mueve su cuerpo, estimulando el miembro del moreno con su trasero, y lentamente se iba humedeciendo la tela de los calzoncillos con el líquido preseminal que Craig prácticamente estaba chorreando. Ambos jadeaban, Tweek empuja a Craig por el pecho para que se recostara nuevamente en la cama, y se despoja de su única prenda, tomando un momento para alcanzar un preservativo y entregárselo a Craig para que se lo colocara. Craig sonríe, desenrollando el látex sobre su propio pene y asintiendo una vez estuvo listo. Tweek se sentó en su abdomen, acariciando la piel de sus brazos, pecho, hombros y cuello con lentitud.

Craig estira sus brazos para jalar a Tweek a su altura y comenzar un nuevo beso, y el menor se acomoda para comenzar a introducirse la longitud en su interior. Le cuesta un poco, debido a que no se había estirado recientemente, pero cuando por fin entra todo, suelta un suspiro de alivio. Mira a su novio, y piensa en que se ve realmente encantador y atractivo admirándolo de esa forma, saber que lo encendía tanto lo excitaba. Craig permitiéndole tener el control a pesar de saber que en cualquier momento podría dominarlo, dejándolo hacer lo que quisiera.

—Bien, chico empoderado, ¿puedo tocar tu cuerpo o también me negarás eso? —pregunta irónico, y el otro le sonríe, accediendo.

Craig estira sus brazos y acaricia la cintura del otro, moviendo sus manos de arriba abajo con cariño, provocándole escalofríos y sintiendo las estrechas paredes de su novio apretándolo. Baja la caricia y se aferra a las caderas del rubio, mirándolo a los ojos y esperando a que se moviera. Tweek se burla traviesamente.

—¿Qué? Me moveré cuando yo quiera —dice éste, y Craig rueda los ojos, levantando con un movimiento brusco las caderas del otro lo suficiente para que su pene saliera casi por completo, y después lo embiste con fuerza, provocándole gemir por la sorpresa.

—¿Necesitas que te enseñe a respetarme? —pregunta con voz dura, apretando las nalgas del otro, casi enterrando sus dedos en la piel. Le golpearía el trasero tan fuerte hasta que sus pompas estuvieran completamente rojas, pero no podía permitirse hacer demasiado ruido. Tweek lo sabe, y de imaginarlo su pene se contrae.

Tweek se rinde negando con la cabeza, comenzando a brincar sobre la polla del otro conteniendo lo mejor que podía sus gemidos, llevando un ritmo rápido pero cuidadoso para no provocar el típico ruido de "aplauso" por el chocar de sus pieles. Muerde el dorso de su mano para acallarse por el placer que le daban sus propios movimientos, sintiendo el miembro de Craig golpeando justo al lado de su próstata, en un punto especialmente sensible.

—Te ves tan lindo montándome —dice Tucker, acariciando esos muslos que aún conservaban sus marcas—, Dios, déjame grabarte —le pide su consentimiento, alcanzando su celular que estaba al lado de su almohada. Tweek se ruboriza, pero asiente con la cabeza; nunca se lo diría, pero le fascinaba la idea de su novio masturbándose cada noche pensando en él, sólo en él.

Craig no pierde ni un segundo. Abre la cámara y comienza a grabar al otro chico, y aunque el rubio estaba intentando cuidar sus expresiones faciales y movimientos para el filme, conforme se acercaba al clímax dejó de importarle.

Sus respiraciones agitándose mientras intentaban regularlas, y los brincos volviéndose descuidados indicaban lo cerca que estaban ambos en el límite. Con un quejido ahogado Tweek se corrió, manchando el abdomen del otro y salpicando hasta la cámara del móvil. Craig dejó de grabar ante esto, sintiendo la excitación en su máximo punto y desesperadamente cambió las posiciones, follando al otro con fuerza para por fin correrse en su interior, sin importarle que al final hubieran sido demasiado ruidosos.

Ambos se recuestan en la cama con sus respiraciones agitadas, jadeando y recuperando el aliento. Tweek se queda profundamente dormido, y Craig suspira limpiándolos a ambos con algunos pañuelos y acomodando sus prendas para finalmente dormir también. 

Café CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora