Fetiches

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Capítulo 13.

El más alto sale del interior del rubio, tirando el preservativo, después de haberle hecho un nudo, al suelo, y acomodando sus prendas, notando que Tweek continuaba en la misma posición. No sabe si es porque está recuperándose, o porque espera una nueva orden de su parte. Como fuera, acaricia sus glúteos y espalda con cariño, para después levantarlo y acomodarlo de nuevo en el sillón, con la parte superior de su cuerpo recargada en los cojines y sus piernas sobre los hombros del mayor.

Tweak seguía jadeando, aunque se escuchaba más tranquilo, aún estaba agitado por la intensidad de su anterior orgasmo. A Craig no le importa demasiado, y comienza a introducir su lengua en el agujero, provocando que el más bajito apretara sus piernas y soltara un gemido por la sensación tan abrumadora. Mantiene sus ojos cerrados, suspirando cuando llegaba a rozar algún punto sensible. No demora en ponerse duro de nuevo.

Craig se toma su tiempo y lo hace lo mejor que puede, rodeando las paredes, introduciendo y sacando el musculo. Amaba comerse a su amante, pero sobre todo, amaba escuchar que lo disfrutaba.

Las lamidas poco a poco subieron a los testículos, e hizo succión. Soltó algunas risas burlonas al escuchar la manera en que Tweek poco a poco enloquecía por el placer que le causaba con su boca.

Con su lengua hace el recorrido desde la base hasta la punta, tomándolo y rodeándolo con su cavidad, regocijándose con sus ruidos. Lo saca de su boca y vuelve a introducirlo, sintiendo sus mejillas ahuecándose y saboreando el líquido preseminal. El rubio se estaba acercando rápidamente al clímax, siendo más ruidoso y alterándose, pero Craig lo nota y aprieta la base de su miembro, dejando de estimularlo y evitando que pudiera llegar.

—¡Ngh! ¡Estaba muy cerca! —se queja impotente y ansioso, olvidando por la desesperación cualquier obediencia, acercando sus manos a su miembro pero siendo éstas atrapadas por la mano libre del otro. Mueve sus caderas, en un intento de poder alcanzar el orgasmo pero fallando. Craig sonríe de lado, guardando la escena en su mente.

—No tienes permitido venirte aún —ordena, y Tweak casi se desvanece por el tono de voz que usó. Agradece en su mente, entonces, que continuara apretándolo, porque de no ser así muy probablemente no habría podido respetar su petición.

Se calma un poco, sintiendo su miembro doliéndole por la necesidad de liberación, pero entonces Craig se incorpora, dejándolo ahí, y se pone de pie enfrente suyo.

—Quiero que me chupes —pide, y el rubio se ruboriza, pero asiente con la cabeza, arrodillándose enfrente de su entrepierna y liberando su erección.

Hizo contacto visual con el más alto, volteando su cabeza hacia arriba, y se relamió los labios en un gesto de pura seducción, Craig ante esto le sonrió y acarició su mejilla tan suavemente que apenas sintió el tacto, y mirándolo de una forma tan amorosa que le hacía recordar que todo ese trato no era más que puramente sexual y porque a él le encendía. Saber que ese chico jamás se atrevería a hacer algo que no quisiera, sólo lograba prenderlo más.

Comenzó a chupar y lamer, jugando con el falo y rodeando el glande, saboreando el pre-semen que brotaba de la hendidura y usando sus manos para estimular el resto. Poco a poco va introduciendo en su boca la longitud, sintiendo que se ahogaba tras haber pasado un poco más de la mitad, pero relajándose para poder tomar más de él. Siente que la caricia de su mejilla subió a su cabello, aferrándose a las hebras doradas. Craig gimió, un gemido largo que motivó a Tweek a ser bueno. Ignora entonces la sensación de arcada y lo mete todo en su boca, respirando ruidosamente por su nariz en un intento de acostumbrarse.

Comienza entonces a hacerle un garganta profunda, succionando el alma de Tucker por su miembro, provocando que el moreno soltara constantes gemidos, jadeos y maldiciones. Jamás había sentido un placer así, y no sabe si será capaz de volver a masturbarse pensando en nada más que en esa maravillosa mamada.

—L-lo haces m-muy bien, pequeño putito —dice Craig, intentando sonar igual de firme que antes, pero su voz se rompe en un gemido, se estaba acercando—. Mierda, ¿Dónde lo quieres? —pregunta, con su voz agitada, aunque no le da tiempo de responder al otro chico cuando tira de su cabello para sacar su miembro, derramándose en su rostro y boca que seguía semiabierta. Tweek cierra los ojos y abre más la boca, sacando la lengua, y siente las líneas de esperma cayendo en su rostro, manchando su pálida piel con perlas blanquecinas.

Craig suspira cuando su clímax se tranquiliza, y de nuevo alcanza su teléfono, sacándole una foto al rostro de su chico lleno de su semen. En definitiva, sabe que después de ver eso, jamás podría volver a acostarse con nadie que no fuera Tweek. Se arrodilla para quedar a su altura, acercando un poco de papel al rostro de éste, pero sus ojos no pueden evitar dirigirse a su entrepierna, notando que el más bajo había llegado sin tocarse. Sonríe con orgullo para sí mismo, y limpia el rostro y miembro del más bajo. Tweak no había dicho ninguna palabra, pero se sentía muy avergonzado por ese hecho.

—Después te castigaré por eso, cariño, por ahora, ¿Estás bien? ¿Quieres que nos duchemos? —le pregunta, con un tono de voz amoroso, y Tweek une sus labios para después asentir con la cabeza. 

Café CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora