Cuerdas

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Capítulo 16.

Cuerdas.

Era 24 de Diciembre, y Craig había invitado al rubio a salir a una cita. Ninguno de los dos chicos estaba particularmente emocionado por la fecha en sí, pero era la excusa perfecta para poder regalarse cosas el uno al otro, lo cual hacía que no pudieran esconder las sonrisas en sus rostros mientras se terminaban de preparar. Como se les había hecho costumbre, cada uno hablo con sus padres para poder ausentarse la mayor parte del día, y aunque los adultos ya comenzaban a sospechar que sus hijos pudieron haber comenzado su vida sexual, preferían mantenerse al margen del asunto.

Tweek había preparado galletas de chispas de chocolate para Craig, le había comprado una camiseta original con el logo de la NASA, y llevaba en el fondo de la mochila unas sogas; idea que se le ocurrió en una de sus tantas noches solitarias, pues había visto un filme porno donde un hombre con la complexión de Craig amarraba a un chico fino, delgado y rubio, y no había podido sacarse la idea de la cabeza al reemplazar en su imaginación aquella porno. No sabía aún con certeza si proponer la idea, pero podía sentir cierto revolotear en su estómago por fantasear con un escenario donde sí sucedería.

Craig, por su parte, le había comprado un suéter azul, muy parecido al que solía usar siempre cuando era un niño; un par de guantes de lana y un termo con una imagen de ellos para que pudiera llevar ahí su café (sin adulterar, claro). Sentía que no era suficiente, pero era lo que se había podido permitir. Pensaba pronto en conseguir un trabajo a medio tiempo para poder ir ahorrando y así ir construyendo un futuro juntos. Suspira estando bastante enamorado ante ese pensamiento; sólo Tweek y él.

De cualquier forma, Craig se encontraba parado fuera de la casa de Tweek, esperando a que saliera para ambos caminar a algún sitio. No tenían muy claro de cómo pasarían su tarde, pero ambos sabían que querían estar juntos. Tweek salió de la casa, y Craig no pudo evitar sentir sus mejillas ruborizarse al verlo. Siempre que lo observaba, admiraba su belleza, pero ese día lucía diferente. Tweek había hecho un intento por peinarse, llevaba un cuello de tortuga color mostaza y unos jeans azul oscuro que permitían admirar su composición, no como la ropa holgada que siempre vestía.

El rubio miró al más alto, y Craig se sintió un poco tonto. Él no se veía tan bien, pensó: llevaba una chamarra azul, un pants gris y su usual gorro. "Al menos me hubiera peinado", maldijo en su mente, pero cualquier rastro de pensamiento negativo fue borrado cuando sintió los labios de Tweek presionando su mejilla. Inhaló el aroma de la colonia de Tweek cuando estuvo cerca, y se fue a la luna y regresó a la tierra en una fracción de segundo.

—Hola, Craig —saludó, con un tono de voz tímido.

—Hola, Tweek —saludó de vuelta, sonriéndole, y miró la pequeña mochila que llevaba colgando de su hombro—. Umm, ¿quieres que lleve eso por ti? —preguntó.

Por la forma en la que tiembla su voz, Tweek nota que está nervioso, y no puede evitar reírse—. No, gracias, Craig —dice, y el moreno no hace más que sentirse aún más tonto. Ni siquiera cuando regresaban de clases se ofrecía a cargar la mochila de Tweek ¿Había sido demasiado obvio?

—No te rías, sólo quería ser caballeroso —replica avergonzado.

—También soy un chico, Fucker —se sigue riendo, pero una palmada en su nalga derecha hace que se sobresalte.

—Oh, eso lo sé muy bien —contesta, divertido, y las mejillas de ambos se tiñen de un tierno color rosado.

—¿Vamos al parque? —propone, y el moreno asiente con la cabeza.

Ambos chicos se ponen en marcha, caminando hombro a hombro. Craig no sabía por qué se sentía como en sus primeras citas, estaba tan nervioso que daba pena. Tweek lo notó, y abrazó el brazo del más alto, acercando su pecho como haría una chica, Craig piensa en cuantas veces lamió ese pecho desnudo, y el contacto enciende tanto su cuerpo como un adolescente.

Café CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora