⚜ 5. This Love

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Siempre había visto en películas americanas como las cafeterías estaban repletas de estudiantes y nos mostraban a la típica chica nueva adaptarse a ello. En este caso yo estaba nuevamente siendo esa chica.

Formé la fila de alumnos que estaban pidiendo su almuerzo. Al parecer todos tenían sitio asignado, con mucha naturalidad caminaban a mesas que solo faltaban algunas personas. ¿Sabía a dónde ir? No.

—Buenas tardes —saludé a la señora—, un sándwich sin queso, y picante, por favor.

—Tomate, cebolla...

Tenía clase, por más que me guste la cebolla me negaba a comerla este día.

—Sin cebolla, y tampoco kétchup, ah, y sin mostaza.

—El niño le quita la diversión a la comida —dice la chica de mi costado.

No le tomo importancia, y mientras preparan mi orden, paso a buscar una bebida. Lleno el vaso con jugo de manzana y de postre tomo una tarta de piña. Formo otra fila para recibir la orden y agarro los cubiertos con la servilleta.

—Lo siento, olvidé preguntarte tu nombre —regresa la señora con mi pedido y un lapicero.

—Alonso.

—Bien Alonso, tu almuerzo.

Ahora es momento donde me doy la vuelta y camino al fondo de toda la cafetería en una mesa libre donde solo está una rubia con un lazo azul oscuro mirando a la ventana. En el camino algunas chicas hacen espacio entre sus mesas y tratan de llamar mi atención agitando las manos.

—¿Está ocupado?

Amelie se atora con la comida cuando me ve parado a su costado.

—Oh, lo siento, señorita, no quería causarle la muerte con una piernita diminuta de carne.

Se ríe mientras bebe jugo de pera.

—Le estaba guardando asiento a Lyra, pero supongo que puedes ocuparlo, no somos un gran grupo.

—¿Así que también tienes un grupito como todos ellos? —Muerdo mi sándwich mientras me acomodo y dejo mi bolso de Harry Potter a un lado.

—No es así, solo somos ella y yo, y a veces Maven cuando decide alejarse de su grupo de fútbol.

—¿Es capitán?

—Ya quisiera, el capitán es ese muchacho de último año que no deja de mirarme desde que llegué aquí. —Lo señala con disimulo como si se limpiara los dedos.

Puedo ver a un chico castaño, con ojos de rasgos asiáticos, pero el resto de la cara es de rasgos franceses. Bebe su jugo o lo que sea que tome en una lata y desvía la vista cuando me ve.

—Es el típico tarado que no sabe que decirme o solo se la pasa como idiota observándome y ya lo acusé demasiadas veces con mi hermano.

—¿Cómo se llama?

—Jax Holder, el flamante capitán de fútbol que no sabe hacer nada más que ir corriendo detrás de un balón en un campito verde y si no gana está de mal humor toda la semana. Hombre promedio —Sonríe con sarcasmo y le da un mordisco fuerte a su sándwich.

—Con la descripción que diste puedo saber que me cae mal.

No soportaba a los hombres que por un juego sin mucho sentido para mi poca habilidad en deportes, se enojaba.

—De hecho, hay una canción de Taylor Swift que lo explica.

—¡¿Escuchas a Taylor Swift?! —Las mesas que están cerca nos voltean a ver.

Amor a la antigua ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora