—Alonso, puedes pasar un momento a mi oficina, por favor.
Seguí a la maestra Aela, mientras Amelie trataba de saber que quería, pero lo mismo me preguntaba yo. No tenía clases hoy con ella, lo que lo hizo más extraño. Siempre había sido correcto con las presentaciones de los trabajos, con el tiempo y la ortografía.
Cuando entré vi cuatro escritorios, ella se sentó en uno que tenía su nombre.
—¿Hice algo mal? Que recuerde le entregué a tiempo los trabajos.
—Sí, de eso quería hablar. Tus trabajos son muy buenos, son mejor que todo tu curso, ¿dónde aprendiste a redactar las cosas de modo tan correcto?
—Creo que la lectura me ayuda bastante en eso. Además, estoy en una escuela y los trabajos son temas serios, no trato de bromear con las tareas.
—Bueno, me alegro oír eso. Siempre cito a algunos alumnos para hablar sobre sus trabajos o cosas por el estilo que noto que impiden su esfuerzo en el curso. Este caso es contrario, no nos conocemos, no nos hemos presentado formalmente.
Alcé una ceja. Nunca en mis otras escuelas me habían citado para hablar de mi vida personal, tampoco me gustaba.
—No quiero ser chismosa o que te crees esa imagen de mí. Tu madre y yo fuimos grandes amigas en esta escuela. No supe nada de ella desde...
—Mi madre está bien, no vive conmigo, yo estoy solo con mis abuelos.
—Supongo que trabaja en otra ciudad. Siempre fue muy aventurera, se saltaba clases y se escondía por la escuela para que no la encontraran.
—Sí, soy lo contrario a ella.
Nunca me gustaba hablar de mi madre, con mis abuelos no tocábamos el tema y si la mencionamos todos tratábamos de cambiar rápido la conversación.
—Seguro sacaste esa tranquilidad de tu padre.
—Tal vez.
—Me gustaría hablar con tu madre un día, no solo para saber cómo está, sino para decirle que tiene un hijo muy responsable con sus trabajos.
—Se lo haré saber. Y no quiero ser grosero, pero mi abuelo me está esperando a la salida.
—Ah claro, sí. Lo siento, puedes irte. Me saludas a Rose y Calen.
—Está bien, hasta mañana.
Me levanté y caminé a la puerta.
—Alonso, ¿qué tal te va con mi hermano? Es tu maestro del club de lectura.
—No he tratado mucho con él, nos tiene redactando un guion aburrido sobre Romeo y Julieta, no le diga que dije que es aburrido. Se escabulle mucho de la biblioteca y casi no habla, se ve que trata de hacernos entender las obras, pero por el momento me resulta aburrido lo que hacemos.
—Le diré que cambié su lista de libros aburridos.
—Si pudiera usted llevar el club de lectura, estaría muy agradecido.
Se empezó a reír y solo asintió con la cabeza.
—Lo tendré en cuenta, gracias.
—Nos vemos mañana —dije saliendo lo más rápido de ese lugar.
⚜
Mi abuelo me había estado dando clases de manejo desde que llegué y me apuntó en la escuela de conducción a la que iba todos los sábados muy temprano. Supongo que los ricos podían hacer que sus hijos saquen el carnet de conducir bajo su responsabilidad. En un mes tenía el examen de conducir, por eso tenía que llevar a Amelie caminando a dónde quería.
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Amor a la antigua ✔
Teen FictionAlonso acaba de mudarse con sus abuelos, y los rumores de aquel nuevo chico atendiendo en la librería más concurrida llegan a oído de todos. Ahora todas las chicas compran cualquier libro con tal de acercarse a él, pero los intereses de Alonso no es...