*ੈ✩‧5˚⊹♡

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NARRADOR OMNISCIENTE.

PARALELO.

La castaña alzó un poco la cabeza, a sabiendas de que no estaba en su habitación, ni mucho menos en un lugar conocido; sino que estaba entre cuatro paredes, para ser más específica, en un hospital. Su mirada fija en la pared, y sus manos apretadas en puños.

Sus ojos rojos por la colera, y su mirada perdida. Estaba intentando razonar, y llegar a una conclusión entre tantos problemas. Su mente no estaba lo suficientemente capacitada para estos momentos tomar una decisión.

Y menos después de todo lo que estaba ocurriendo con ella y las personas de su alrededor. Pensó en como puedes tener todo, el mundo en tus manos, y por una sola mentira, por una sola, se te viene el mundo abajo. Y ya nada es lo mismo que antes.

Ese miedo, ese pavor a volver siquiera a decir una mentira se hace veridico. No quieres más de esas en tu mundo, prefieres un mundo con la crueldad de la verdad. Que por más que duela, es la realidad.

Jennie pensó en todo lo que ocurrió por el simple hecho de mentir. Una mentira que para su cabeza era insignificante, se tornó peligrosa, con personas que no buscan más que hacerle daño. Ya su mundo parecía ser uno ficticio, uno donde ella no tomaba las decisión.

—Jendeukie —la voz de Jisoo, sacó de sus más profundos pensamientos a la castaña—. La pregunta será estúpida, pero ¿cómo te sientes?

Con ganas de suicidarme. Pensó la más baja.

Y no mentía. Las ganas de Jennie aumentaban con el paso de los segundos, sus ojos se empañaron y la crisis volvió a ella. Soltó un grito desgarrador, empezando porque los recuerdos de aquella noche retornaron. Y su mente se llenó de aquellas asquerosas manos rodeándola, y de aquel hombre penetrándola en contra de su voluntad.

Del incendio. Del asco que le daba siquiera verse al espejo, y saber que su cuerpo ya ni siquiera le agradaba. Ella misma se daba asco.

Quería vomitar al verse.

Era una de esas tantas crisis, y ella evitaba que ocurriera frente a alguien conocido, pero esta vez fue inevitable. Pateaba y lloraba.

Sabía que tenía moretones por todas partes, que su cuerpo ocultaba una que otra cicatriz. Que su corazón estaba roto, y su mente la culpaba y repetía imágenes de esa noche. Jisoo no tardó y corrió a abrazarla. Era extraño ver a la mayor llorar, y por más que quiso mantener la cordura, ver a su mejor amiga llorar era mucho más fuerte.

Ambos corazones rotos, uno con cicatrices y otro con malos recuerdos de una noche lluviosa. Ninguna de las dos podía saber con exactitud cual estaba más rota. Pero Jisoo podía sentir que a Jennie le tomaría tiempo confiar en otra persona. Que no la lastimen, y que pueda tener su final feliz.

—Me odio... —lloró contra Jisoo, sollozando y dejando salir todo lo que hoy día la mata por dentro—. No quiero vivir, Jisoo... no quiero.

Jisoo acariciaba el cabello de la más baja. Dejó un beso en su corona y susurró que todo estaría bien, sin la certeza de que eso fuese real. Sólo lo soltó, quería que su amiga tuviese algo de paz. Cosa que en estos momentos no es seguro ni comprable.

La realidad no está comprada, y la ficción tampoco.

—Sé que no ayuda mucho pero... todo estará bien —se separó un poco y buscó la mirada adormilada de su amiga—. Te prometo que terminaremos con esto, Jennie. Te prometo que todo esto terminará.

Both (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora