*ੈ✩‧3˚⊹♡

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LALISA MANOBAL.

PARALELO.

Regresas al presente. Dejando atrás una realidad que pudo ser más no fue, de esas donde tiene que detenerte por un segundo a analizar las cosas.

Donde no entiendes nada. Pero quisieras entender todo.

Con la mirada extraviada en la pared, suspiré. Pero no sin dejar mis lágrimas de lado, la cual eran de puro dolor. Se abrazaban a mi cara con la esperanza de que todo terminara, así como yo me abrazaba a la idea de que todo esto fuera mi imaginación, pero no. Era la realidad.

Sentí un chasqueó de dedos frente a mi cara. Despabilé de forma inmediata encontrándome con Jisoo, la cual frunció los labios y lanzó un argo y cansado suspiro. No sé quien estaba más propensa a volverse loca, si ella o yo.

Me coloqué de pie, sorbí mi nariz y sequé aquellas lágrimas de mi rostro. Para no dar otra mala impresión, aunque dicho todo lo otro, creo que ya la di. Después de todo, me costó mucho conseguir la fianza para poder salir de la cárcel. Y sin poder siquiera asistir al funeral de mi mejor amiga.

—¿Todo salió bien? —pregunté sin ánimos.

Jisoo asintió, —El funeral de Rosé fue doloroso —se remojó los labios, debido a que su garganta se cerró al mencionar el nombre de Rosé.

—¿Cómo está Jennie? —quise saber.

Pero sin abandonar ese deje de timidez que se apoderó de mi voz, y de mis ojos. Mirando fijamente a Jisoo, la cual se encogió de hombros y rompió a llorar, apoyándose de mí. En estos momentos, la vida nos estaba cobrando todas la que no hicimos, o por lo menos no recuerdo haberlas hecha.

Mi corazón estaba destrozado. No quería volver a mi departamento o a la empresa, ya yo no pertenecía a este lugar, pero ahora más que nunca cumplía con el deber de quedarme. De saber bien las cosas.

De averiguar toda la verdad, aunque aquello me costara. Ya no podía confiar ni en mi propia sombra.

Tenía que aprender a caminar sin nadie. Que los recuerdos y rencores del pasado queden donde pertenecen; en el pasado.

Pero dichos errores nos han traído a donde estamos ahora.

—Permiso —uno de los oficiales entró a la sala. Jisoo se separó de inmediatos, colocándose a mi espalda. El oficial frunció los labios—. ¿Lalisa Manobal?

—La misma —dije.

—Queda usted en libertad. Su compañera a de haberlo comentado pero... —miró a los lados—, disculpe que le pregunte, pero ¿por qué la arrestaron?

—Sospechan de mí —respondí—. ¿Usted es nuevo?

—Más o menos, y perdone la intromisión pero... aquí no veo nada grave —señaló—. No pueden acusarla sin pruebas contundentes, debido a que...

—¡Mingyu! —una voz fuerte detrás del chico, provocó que todos en la sala nos sobresaltáramos—. ¿Le entregaste los papeles a la señorita?

Entrecerré la mirada. Y analicé la situación con suspicacia.

El chico estaba verdaderamente asustado, e incluso me presentó los papeles con algo de timidez. Los acepté para después darle las gracias. Aquel hombre el cual estaba con la mirada en nosotras, se alejó a paso lento. Dejando otra vez al chico ahí.

—Lo-lo siento.... no era mi intención, no las conozco —se disculpó, haciendo una corta reverencia.

—No, no te preocupes —habló Jisoo—. Al contrario, nos interesa lo que vas a decir.

Both (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora