*ੈ✩‧15˚⊹♡

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NARRADOR OMNICIENTE.

REALIDAD.

—No puedo creer que me encontré a la mismísima Kim Jisoo —Rosé caminó hasta el mostrador, notando que Jisoo esperaba pacientemente por su café—. ¿Se paga por ver su hermosa cara, señorita?

Jisoo se giró hacia Rosé, notando cierto humor en su tono de voz, pero también cierta felicidad en sus ojos al mirarle. Como aquellos brillaban con un toque especial, y no se equivocada. La rubia estaba feliz de tener nuevamente a aquella chica frente a ella.

Pero no lo quería dejar ver demasiado, para no pasar por exagerada, o quizás acosadora, a sabiendas de que se había atrevido a llamar a Jennie para preguntarle por Jisoo. La castaña diciéndole un poco de lo que hacía Jisoo casi todas las mañanas.

Y que su rutina pocas veces variaba, como esta mañana, que seguía siendo la misma. Rosé después de aquel beso se propuso una sola cosa, no rendirse con Jisoo, porque lo que sintió ahí, ella estaba segura de que no lo iba a sentir por un largo tiempo.

—Muy caro, por eso mismo es mejor mantenerse lejos de mí —volvió hacia el chico que le estaba tendiendo el café—. Muchas gracias.

—Yo también quiero uno, exactamente igual que ella —pidió Rosé con rapidez, antes de que el chico se marchara.

—Esto ya se salió de control —se mofó la otra— Ahora quieres hasta del mismo café que tomo.

Rosé se encogió de hombros, —¿Es malo eso?

—Muy malo. Es acoso.

Rosé se rió, —Muchas gracias —le dijo al chico dejando el pago—. Pero no... no es acoso.

—Sí lo es.

—No. Porque pude haber llegado hasta aquí por casualidad, a tomarme un rico café y disfrutar de este hermoso día —comentó—. No obstante, encontré a una hermosa chica. Que de vez en cuando caen del cielo.

Una boba sonrisa se instaló en los labios de Jisoo.

—Ya. Con tu labia barata crees que me vas a convencer. Muy mal ahí —caminó hasta la puerta, buscando distancia con Rosé. Pero la rubia no se quedó atrás y fue con ella.

—No es así —negó—. Es más una forma de querer llegar a ti. Saber que piensas.

—Pienso en muchas cosas, pero tú no eres ninguna de esas —aseguró la coreana—. Deja tus vagos intentos.

—Eso... —Rosé se posó al lado de Jisoo—, es imposible de que ocurra.

—Eres muy insistente y necia –mencionó—. Es mejor que te retires, y me dejes en mi paseo.

—Sí. Será cuando me digas que sí a una cita.

Jisoo se detuvo, —¿Perdona?

—No, no te perdono, no me has mirado mucho a los ojos y encima de eso, me dices que soy necia —Rosé chasqueó la lengua—. Mal ahí, Pequeña Jisoo.

—Tengo el presentimiento de que estás confundiendo las cosas. Desde aquel beso yo te olvidé, ni siquiera significó nada —dijo restándole importancia.

Rosé ocultó una sonrisa, —Bueno, eso no te lo cree nadie. No es por alardear, pero soy la mejor boca que has besado.

Jisoo soltó una sonora carcajada, —No puedo creerlo, eres el ser más egocéntrico del mundo.

Both (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora