𝗨𝗻𝗼

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Miércoles

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Miércoles. Él odiaba los miércoles.

Su molesta e irritante  madre –a la cuál claramente amaba con toda su alma-, le obligaba a asistir a un gimnasio por que “nunca hacía nada”. Y es decir, no estaba equivocándose en lo absoluto, pero le ponía de tan malhumor tener que salir del colegio y caminar hasta el gimnasio, para luego caminar el doble hasta su casa y…

—¡Hey, Min YoonGi!.

Oh, sí. Y tener que encontrárselo a él, acababa totalmente con su paciencia.

Se lamentaba no haber desviado una cuadra antes, puesto que algo muy dentro le decía que se lo toparía, por que, bueno…, el chico vivía justo en esa cuadra.

YoonGi inhaló aire para soltarlo en un suspiro, rodando los ojos para voltear su cuerpo cansado en dirección al joven parado en la misma vereda, solo que unos metros detrás. No quiso mirarle mucho, pero le fue imposible notar su ouffit de casa; chanclas en los pies, remera blanca que parecía ser dos tallas más grandes que su cuerpo, el cabello desparramado y una bermuda gris.

Se veía… se veía lindo.  Aunque jamás lo admitiría en voz alta.

Park Jimin era uno de sus tantos compañeros, que como el resto, se comporta a como un completo idiota al que le encantaba llamar la atención. Por alguna razón, desde niños, Jimin tenía una obsesión por querer acercarse, y YoonGi por su parte, de alejarse.

—¿Ajá? ¿qué quieres, Park?—la sonrisa en el rostro del mayor terminó de desconcertarle por completo.

—¿Me darías un beso?—preguntó como si fuera algo natural, algo que usualmente las personas decian así de la nada..

Por dentro Min estaba asombrado, pero su rostro no lo reflejaba. No entendía cómo ese chico rubio podía ser así de descarado.

—¡Por supuesto que no, idiota!—le respondió dándole una mirada de arriba abajo, frunciendo la nariz.

Se dio media vuelta para seguir con su camino, moviendo los pies lo más rápido posible. ¿Parecía que huía? Pues al diablo, que Park pensara cómo y lo que quisiera, pero no quería quedarse un segundo más y que notara como su rostro se pintaba con un sonrojo.

Jimin se quedó ahí parado, sin moverse, hasta que le perdió de vista. Se permitió saltar de alegría, por más infantil que pareciera, ¡estaba realmente feliz!. La relación que mantenía con Min, ni siquiera se basaba en un simple “Hola” y “adios”, era incluso menos que eso; ahora al menos le había dado una respuesta más larga.

A partir de ese día, Park Jimin estaba seguro de algo: ese año no se daría por vencido tan fácil. No hasta poder tener a Min YoonGi como su novio.

 No hasta poder tener a Min YoonGi como su novio

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©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5 💛

¡ʜᴇʏ, ᴍɪɴ ʏᴏᴏɴɢɪ!  ꒰ ᴊɪᴍsᴜ  ◍ ver.²꒱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora