𝗦𝗲𝗶𝘀

384 55 5
                                    

Por una casualidad llamada lluvia, Min había tenido que tomar un ómnibus que le dejaba justo en frente de su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por una casualidad llamada lluvia, Min había tenido que tomar un ómnibus que le dejaba justo en frente de su casa. Aunque no parecía, y quizá se contradecía con sus dichos, caminar le gustaba. Iba solo, disfrutando de la brisa chocar con su rostro. Pero la lluvia cada vez se volvía más intensa y prefería gastar un par de wones antes que llegar empapado a su casa.

Y para colmo de males, su queridísimo acompañante de asiento no podía ser otro más que el rubio odioso de Park Jimin. Eso ya no había sido casualidad, más bien, era causalidad. Sin embargo, como siempre, Min lograba ignorarlo olímpicamente.

—YoonGi—llamó a su nombre, era casi la quinta vez desde que se habían sentado y no paraba de insistir—, ¡Yoonie-ssi!

—¿Qué demonios quieres? —bufó, mirándolo de mala gana. Lo tenía harto, ya había aguantado nueve horas sentado a su lado en la escuela, YoonGi quería un respiro—. Y deja de decirme YoonGi-ssi, por dios, nos conocemos desde hace años.

—Me gustas—soltó como si estuviera diciendo la hora, tenía una tonta sonrisa plasmada en los labios —, y te llamo de esa forma porque suena lindo, no por la formalidad.

—Deja de molestar, Park. ¡Quiero cinco minutos de paz mental, y solo lo conseguiré si cierras la puta boca!—elevó varios tonos la voz, sin querer. Estuvo a punto de disculparse por ser así de impulsivo, pero sorpresivamente, el rubio asintió con la cabeza y guardó silencio.

El peli-negro cerró los ojos, no buscaba dormirse ni mucho menos para no pasarse de su parada, simplemente estaba cansado de la gente a esas horas de la tarde. Los días que tenían contra-turno en la escuela solo ansiaba llegar a casa y descansar tirado en el sofá.

Pero, como dicen por ahí, lo bueno dura poco. Cinco minutos más tarde, la voz de Jimin volvió a llegar a sus oídos.

—Yoon…

—¡Maldita sea!—se quejó, cubriéndose el rostro con las manos. Abrió los ojos de mala gana y se dignó a mirarle después—. Dime qué necesitas, y que sea algo interesante de verdad o juro que esta vez si te golpearé.

Un leve sonrojo atacó las mejillas del rubio, que asintió con la cabeza.

—Deberíamos juntarnos mañana por tarde aprovechando que es sábado, para empezar a estudiar—murmuró, un tanto temeroso porque no sabía nunca con las ocurrencias que el otro podía llegar a tener—. Sabes que la profesora Kim es muy estricta con todo, tenemos que saber explicar bien nuestros temas.

Oh, bueno. Era la primera vez que algo que no fuera solo “que lindo eres”, ”te vez hermoso” o algún coqueteo disimulado salía de su boca. Tal vez porque jamás lo dejaba terminar de hablar, pero no era importante.

—Está bien—musitó—, ¿tienes aire acondicionado en tu casa?

Por muy extraña que era aquella pregunta, el peli-negro la estaba haciendo en serio porque no toleraba para nada las bajas temperaturas.

—¿Qué…? Sí, claro—se rió un poco—, los ambientes de mi casa son bastante fríos.

—Perfecto, entonces te veré ahí—YoonGi sonrió levemente y volvió a acomodarse bien en su asiento, a la espera de que el colectivo llegara al lugar donde debía bajar.

—Perfecto, entonces te veré ahí—YoonGi sonrió levemente y volvió a acomodarse bien en su asiento, a la espera de que el colectivo llegara al lugar donde debía bajar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

¡ʜᴇʏ, ᴍɪɴ ʏᴏᴏɴɢɪ!  ꒰ ᴊɪᴍsᴜ  ◍ ver.²꒱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora