—¡Hey, Min YoonGi
El peli-negro estaba de espaldas, pero Jimin podía reconocerlo a la perfección. Las curvas en su cuerpo eran únicas, únicas de YoonGi, porque él siempre había sido diferente a todos los demás. Su cintura era pequeña, tenía las piernas largas, los muslos a penas rellenitos, caderas que levemente se redondeaban y la inconfundible línea de sus hombros que daban la sensación de que descansaban.
YoonGi dejó de caminar, maldiciendo al rubio, y a sí mismo por siempre caer ante sus llamados. ¿Porqué no seguía caminando y ya? Era algo que no comprendía.
—¿Qué demonios quieres, Jimin?—preguntó con frustración, dándose media vuelta para encararlo.
Vestía de negro por completo, y aunque era extraño verlo con ese estilo, se veía lindo.
—Te diría que perdí a mí amiga y cuando te vi fuiste algo así como mí salvación, pero no vas a creerme.
Jimin no era fanático de las convenciones de anime a pesar de que había visto unos cuantos y leído otro par, pero su amiga Solar lo había arrastrado para no estar sola. Y ahora, quién estaba solo y perdido entre tantos Otakus, era el mismo Jimin. En cuanto había notado que YoonGi estaba en el lugar, lo había seguido para poder hablarle más de cerca y no hacer un show entre la gente.
—Oh, claro que te creo, eres tan tonto que de seguro te pierdes hasta en los pasillos de la escuela—soltó una pequeña risa, acercándose un par de pasos hacia el menor—. ¿Por qué estás en todos los lugares a los que voy?—se quejó, expresando su molestia al golpear a Park en el hombro.
Jimin se encogió de hombros, sonriendo como de costumbre. Le despeinó el cabello para disfrutar de sus quejas.
—Es el destino, quizás. Nuestro destino.
Las mejillas de YoonGi no tardaron en pintarse de un suave rojo. El creía en que las cosas pasan por una razón, y su mente hizo una especie de click. Por más que trataba de ignorar y alejar al rubio, de una forma u otra, terminaba a su lado otra vez.
Pero no iba a hacerle saber sobre eso a Jimin, o haría de aquello un cuento de amor en su cabeza loca.
La gente avanzaba en sentido contrario a donde se encontraban ellos dos estancados, y el tumulto los obligó a moverse. YoonGi, dudando de si estaba bien o no, lo tomó por el brazo para no perderlo hasta llegar al centro del establecimiento, donde unas pocas personas compraban cosas en los puestos.
—¡Moonbyul!—exclamó alegre el peli-negro, mirando a su amiga—, al fin te encuentro.
Jimin observó a YoonGi con duda, "¿él también estaba perdido?"
—Siempre estuve por aquí, tonto. Tú te fuiste siguiendo a...
—¡Si, si! Cómo sea—miró a su amiga de una manera que decía "cierra la boca o estás muerta", y ella solo soltó una pequeña risita.
Moonbyul se acercó al rubio, mirándolo con cierta picardía, aún si él estaba concentrado en otra cosa.
—¿Jimin, buscas a Solar?
Park dejó de mirar al peli-negro, quién parecía interesado en unos prendedores para ropa, y puso sus ojos en la chica que le estaba hablando.
—Oh, sí, ¿sabes dónde está?
—Cerca del escenario, dijo que te esperaba allí.
—Gracias, noona—sonrió, juntando las manos frente a su pecho mientras levemente se inclinaba haciendo varias reverencias para ella—, ¡YoonGi-ssi, no olvides que mañana es mí fiesta de cumpleaños!
Tras avergonzar al peli-negro de aquella ruidosa manera, Jimin se fue en busca de su amiga.
—¿Así que, la fiesta de Jimin, eh?—lo abrazó por la espalda, observando con él los prendedores que quería comprar—. ¿Te vas a subir al castillo inflable con él y lo vas a besar por accidente? Oh, que adorable suena eso~
—¡C-cállate, cállate, cállate!—intentó quitarse a su amiga de encima, pero ella no dejó de abrazarlo y tuve que resignarse a que le susurra cosas estúpidas que lo hacían hervir de la pena.
El turno de avergonzar a YoonGi ahora era de Moonbyul.
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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¡ʜᴇʏ, ᴍɪɴ ʏᴏᴏɴɢɪ! ꒰ ᴊɪᴍsᴜ ◍ ver.²꒱
Fanfiction─❛Jimin quería un novio, y no cualquiera. Quería a ese lindo chico que lo tenía embobado desde hace tantos años. Jimin quería a Min YoonGi como su novio. Y si tenía que bajarle la luna como cortejo, seguro lo hacía❜ ꒰◍◍◍꒱ {Contenido} ⌦ Jimin top...