𝗢𝗰𝗵𝗼

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El timbre sonó, indicando al alumnado que ya podían salir al receso

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El timbre sonó, indicando al alumnado que ya podían salir al receso. Era viernes, quedaban tres clases –igual de tediosas que las dos primeras, de ese turno tarde–, y sinceramente Jimin no tenía ánimos de nada.  El trabajo de psicología que estaban preparando con YoonGi había consumido todas las energías que le hacían desenvolverse con normalidad. Eso, sumado a todo lo que conllevaba ser el más popular de casi toda la escuela. Las miradas, las invitaciones, los interesados que se le acercaban solo para llevarlo a la cama, la envidia…

En verdad estaba harto.

—¿No vienes?—preguntó extrañado. El rubio había tomado la costumbre desde el inicio de semana, cuando no se quedaba jugando fútbol con los demás muchachos alfas, de perseguir a Min donde sea que se dirigiera. La primera vez, el día lunes, el omega le amenazó con lanzarle una roca que tenía cerca y Jimin se terminó marchando apenado por que la chica que acompañaba al mayor había comenzado a reírse. Los días siguientes, YoonGi solo suspiraba en cuanto notaba que él caminaba detrás suyo y dejaba que hiciera lo que se le viniera en ganas, después de todo Moonbyul había comenzado a juntarse con unas chicas nuevas y ellos dos debían practicar para la exposición.

—No estoy de ánimo—murmuró—, ¿Por qué me preguntas?. Nunca te ha importado lo que hago.

El menor se sentó en una silla a su lado, sin importar que no fuera la suya –de milagro, Park había tenido que sentarse junto a otro compañero–.

—Sí, ese es un muy buen punto—movió la cabeza de arriba a abajo en afirmación—. Pero tenemos que seguir practicando.

Existía una razón más. Sin embargo, YoonGi era capaz de salir solo a caminar por los pasillos de la escuela por no aceptar que se había acostumbrado a su presencia, y hasta sentía que le hacía falta para no aburrirse.

—Oh, por favor no. No me lo recuerdes—murmuró, tirando con fuerza de sus cabellos. Necesitaba olvidarse de eso de alguna manera, pero incluso estar en la escuela le hacía invocar el tormentoso pensamiento de que debía continuar estudiando porque presentía que les iba a ir mal.

YoonGi se quedó en silencio unos segundos, confundido por la actitud del rubio. El ya le había notado un poco decaído, pero no le estaba prestando atención realmente.

—¿Qué sucede, Jimin?

—Quisiera desaparecer por un momento—suspiró, apoyando primero sus brazos sobre la mesa para después dejar reposar su cabeza ahí.

No hacía falta que dijera algo más, por que Min comprendió al instante. Se había sentido tantas veces de la misma manera, agotado mentalmente, y era algo que no le deseaba ni a su peor enemigo.

—Oye… ¿Alguna vez saliste de la escuela antes de tiempo?

El rubio frunció el ceño con confusión, y tras pensar unos segundos, comprendió a lo que se estaba refiriendo.

¡ʜᴇʏ, ᴍɪɴ ʏᴏᴏɴɢɪ!  ꒰ ᴊɪᴍsᴜ  ◍ ver.²꒱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora