𝗢𝗻𝗰𝗲

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—Mamá, ¿crees que me veo bien?

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—Mamá, ¿crees que me veo bien?

La mujer recostada en la cama de su hijo, lo miraba a los ojos a través del espejo. Llevaba un polo negro con estampa de palabras con distintos colores, un jean de color celeste con algunas roturas y zapatillas blancas.

-Claro que si, Jiminie, estás hermoso, hijo mío. ¿Por qué te preocupa tanto?

Jimin no contestó, siguió observando su reflejo, buscando alguna imperfección si es que la había. Sentía que el tinte que su amiga Solar había insistido en ponerle en el cabello era el principal de sus problemas, pero ya no podía hacer nada con sus cabellos de chicle.

El timbre resonó en cada sitio de la casa por sobre la música que se reproducían en los parlantes en el patio trasero, y el cumpleañero sentía que las manos le temblaban. El primer invitado que llegaría, era YoonGi, y lo sabía ya que le había dicho solo a él que el horario era a las nueve, cuando en realidad, aún faltaba media hora más.

-Voy a ver quién es-le avisó a su madre, quién solo le sonrió mientras buscaba su celular.

Ella se quedaría dentro de la casa mientras su hijo y sus amigos podían festejar con tranquilidad en el patio trasero, después de todo, conocía a la mayoría de los invitados y tenía la tranquilidad de que nada malo ocurriría.

Jimin bajó las escaleras, contando números mentalmente para tratar de tranquilizarse. Le rogaba a todos los dioses no comenzar a sudar como un cerdo asqueroso, mientras giraba el pomo de la puerta.

Un Min YoonGi que vestía un jean oversized con roturas en ambas mangas, y solo una remera negra metida en la parte de adelante dentro del pantalón, apareció frente a los ojos de Jimin.

-¡¿Qué le hiciste a tu cabello?!

-¡¿Qué es esa manera de vestir?!

Ninguno supo ocultar su asombro. Parecían dos muchachas fangieleando, ahí en la entrenada de la casa.

-¿Rosa? ¡¿Rosa pastel?!-preguntó, sin creer lo que veía. Se acercó a Jimin, tanto como para sentir su colonia, y tocó con curiosidad sus cabellos ahora de color rosa, eran suaves, incluso más que antes-, luce como crema rosa.

Jimin se sonrojó, no sabía dónde colocar sus manos. YoonGi estaba prácticamente pegado a el, pero tenía miedo de que lo tocaba, volvería a imponer la misma distancia de siempre.

-Te vez muy guapo-musitó con suavidad. El chico lo miró a los ojos, aún tocando su cabello-, lo digo de verdad.

YoonGi bajó las manos, pasando por detrás de las orejas del ahora peli-rosa, trazando con la yema de sus dedos un camino hasta sus hombros. No había sido intencional, pero tampoco es que se arrepentía. Le sonrió a Jimin con dulzura, y dando un paso hacia atrás colocó sus manos en las correas de la mochila que traía.

El peli-negro habría querido decirle que él también se veía muy bien, que todo lo que se pusiera le quedaba perfecto. Pero otros invitados comenzaron a llegar y se sintió tímido al ver quiénes eran.

¡ʜᴇʏ, ᴍɪɴ ʏᴏᴏɴɢɪ!  ꒰ ᴊɪᴍsᴜ  ◍ ver.²꒱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora