Capítulo O2: Duda

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Nota de la autora:

No soy dueña de estos personajes, pero sí de los errores. ¡Disfrutar!

Capítulo 2: Duda

Mansión Malfoy 1984

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Mansión Malfoy 1984

Comenzó con un susurro.

Una desgracia.

Draco se sobresaltó por el sonido de una voz desconocida. Cuando se dio la vuelta, se encontró cara a cara con una mujer mayor de aspecto muy severo. Se sentó en un sillón negro con respaldo con las manos remilgadamente colocadas en el regazo y sacudió la cabeza con una expresión en el rostro como si oliera algo podrido. No era la primera vez que Draco veía un retrato de uno de sus ancestros de hace mucho tiempo, por lo que la pintura en movimiento no lo asustó. Lo que sí lo asustó fue la idea de ser atrapado deambulando solo por la mansión.

A los cuatro años, Draco pasaba la mayor parte de sus días bajo la atenta mirada de su institutriz, Madame Dubois. Ella era una bruja de mediana edad que solo le hablaba en francés y se enfadaba bastante con Draco si no usaba el idioma preferido de su herencia familiar.

Se las había arreglado para escabullirse de su institutriz y aprovechó la oportunidad para explorar un pasillo desconocido. Después de solo estar fuera de su vista durante diez minutos, Draco pudo escucharla llamándolo.

Draco! Où es-tu?

Draco corrió en la dirección opuesta a su voz chillona, ​​tropezando con alguien. Su pequeño cuerpo se congeló cuando reconoció los fuertes brazos que lo envolvieron y lo levantaron.—Tú no puedes estar aquí—dijo una voz baja. Luego, sin decir una palabra más, su padre lo llevó de vuelta por donde vino, pasando junto al retrato. Los ojos de la anciana los siguieron todo el camino.

La siguiente vez que Draco se encontró en el extraño pasillo, el retrato ya no estaba.

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Mansión Malfoy, 1986

Draco miró el vidrio roto con los ojos muy abiertos.

Empezó cuando Madame Dubois se negó a dejarle comer galletas antes de la cena. Le había dado un ataque y pisoteado, gritándole a propósito en inglés.

¡No era justo!

Con un pisotón atronador, el espejo detrás de su institutriz se hizo añicos, causando que la mujer gritara mientras Draco miraba en estado de shock.

¿Había hecho eso?

La idea de que finalmente estaba mostrando signos de magia hizo que Draco se olvidara de las galletas mientras miraba los fragmentos rotos esparcidos por la sala de estar. Madame Dubois sacó su varita, enderezó el espejo y llamó a Dobby. El extraño elfo apareció con un pop.

Hijo de muggles [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora