†CAPITULO 2: EL CORO CELESTIAL†

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†CAPITULO 2: EL CORO CELESTIAL†

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón. (Santiago 4:8)

Pattaya [1960]

|Mediados de Septiembre|

Fue el domingo, justo después de terminar la eucaristía que el señor Tinnasit regresó al templo con su hijo, de nuevo como la primera vez, arrastrándolo del brazo. Jeff divisó un hematoma violáceo en su mejilla, inmediatamente su espíritu se entristeció, no era justo.

Pero él también había actuado mal con Barcode. Muy mal. 

– Lo he reprendido – fue la excusa que Jeff no pidió – Bendición, padre

A duras penas, Jeff lo persignó – Dios te bendiga –

– Fue testarudo – tiró de Barcode – Dile al padre Satur que lo sientes por haber sido altanero.

Jeff inmediatamente alzó la mano moviéndola

– No es necesario – objetó

– Claro que lo es, si usted lo reprendió fue por algo – replicó el hombre, rojo por la ira – Se lo merecía, este niño va por los oscurecidos caminos de satanás, padre.

Barcode miraba hacia la puerta dandole de primer plano visual su mejilla morada.

– No creo que sea así – dijo Jeff con más fuerza – Barcode es un... buen joven.

Rápidamente, Barcode giró la cabeza hacia él con el ceño fruncido.

– Viene para inscribirse al coro – dijo el padre después de unos segundos – Le agradezco que haya podido persuadirlo, padre Satur.

Jeff prefirió no discutir más con el hombre y asentir. El señor Tinnasit le beso la mano, y luego volvió a empujar a su hijo, bajó su sombrero de ala para cubrir media frente y se marchó.

No podía negar lo extraño que se sentía volver a estar con Barcode a solas en una habitación, especialmente con el chico herido y cabizbajo mirando las formas en su escritorio.

– Barcode, lamento lo que ocurrió la otra noche – dijo Jeff detrás del escritorio – Cometí un error y será Dios quien juzgue mis acciones, pero te pido una disculpa y espero que, podamos comenzar de nuevo, quizá si trabajamos juntos y con la ayuda de Jesucristo, las cosas mejoren.

Barcode bajó los hombros y señaló con su dedo el papel en frente de él.

– ¿Debo firmarlo? – preguntó

– Si, es para asegurar tu puesto en el coro parroquial – contestó Jeff

Barcode tomó la pluma y firmó – No puedo volver a casa hasta que haya hablado con usted. – se sentó en el sofá, de nuevo.

Jeff observó la silla en frente de Barcode y luego, se fijó en la habitación y en la situación que se habían encontrado hace una semana.

– ¿No quieres dar un paseo por los jardines del templo? – preguntó Jeff – Afuera hace una tarde preciosa, y hay varias aves revoloteando por ahí.

Barcode no pareció pensárselo, se colocó de pie y asintió. Jeff continuó su camino y fue alcanzado por el joven una vez estuvieron afuera.

– ¿No le da calor con esa bata puesta? – preguntó Barcode cuándo salieron al jardín

TAKE ME TO CHURCH - JEFFBARCODE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora