†CAPITULO 24: PECADORES†

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†CAPITULO 24: PECADORES†

Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.(Juan 2:26)

Pattaya 1960

|Mediados de Diciembre|

Ambos se reían suavemente mientras corrían hacia la salida trasera del templo, justo por los jardines, ninguno de los dos deseaba miradas inoportunas. Jeff tiró de su brazo y lo besó en los labios como despedida, Barcode le rodeó el cuello con sus brazos y sonrió contra su boca.

– Me gusta el rubor de tus mejillas – musitó Barcode acariciándole los pómulos altos – Parece como si estuvieras tímido

Jeff sonrió suavemente – Es porque soy tímido

– ¿Con esa cogida eres tímido? – preguntó burlón

El sacerdote abrió sus ojos y le dio un golpe inocente en el pecho.

– Calla –

– Te amo – dijo Barcode mirándolo a los ojos

Jeff sonrió, golpeó otro beso en sus labios y luego otro en su frente.

– Y yo te amo a ti – admitió contra su piel – Y estoy seguro, que Dios no nos condena por amarnos, él no castiga el amor, Code.

Barcode le sonrió de forma brillante y después, caminó hacia su casa con aquella sonrisa acompañándolo. Cuando llegó al jardín de su casa, entró por el marco de la ventana hacia su habitación, se tumbó en la cama y llevó una almohada a su pecho, gritó de júbilo en ella y luego se giró para quedarse dormido no sin recitar dulcemente el nombre de Jeff, su Jeff.

El padre se quedó un momento en la puerta hasta que Barcode desapareció de su vista, imploró a los cielos que llegara a salvo a casa, y luego cerró bien el templo, justo cuando se giró para ir hacia las escaleras detrás de la sacristía, se encontró al padre Mile viéndolo con la boca semi-abierta y las manos a los costados de su cuerpo.

Jeff se detuvo en seco – Mile – llamó – ¿Qué hace aquí? Es tarde... – preguntó, tratando de esconder el temblor en su voz.

– ¿Enserio me preguntarás eso, Jeff...? – preguntó Mile con voz tensa – Evidentemente, me acabo de dar cuenta de cómo profanas el templo del señor, ¡Eso hago acá!

Jeff sintió nauseas, las piernas débiles y unas infinitas ganas de llorar.

– Puedo explicarlo... – dijo rápidamente – Ese beso fue... es mi culpa, fue mi culpa, no acuses a ese jovencito, yo soy responsable.... – dijo de forma atropellada

Mile abrió mucho los ojos – ¿Qué beso, Jeff? ¡Cuál beso! El beso es lo menos importante aquí – señaló con su mano a todo el templo – ¡Escuché los gemidos y gritos, por amor a Dios! Estaba sentado en la capilla, no podía dormir... temía que el ladrón regresara... y luego escuché semejante alboroto, ¡en el templo de Jesucristo!

Jeff cerró instantáneamente los ojos. No quería derramar ni una lágrima, no se arrepentía de nada.

– Mile, no es lo que tu crees...

– ¿No? ¿De verdad? ¿No estabas fornicando con un hombre en el templo, Jeff? ¿Estoy demente acaso? ¿Viendo alucinaciones? – preguntó, mordaz.

Jeff cerró los ojos con fuerza – Sí, lo estaba... yo estaba haciendo eso.

TAKE ME TO CHURCH - JEFFBARCODE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora