†CAPITULO 6: HORA SAGRADA†

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†CAPITULO 6: HORA SAGRADA†

Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. (Galatas 5:24)

Pattaya 1960

|Mediados de octubre|

¿Cordura? Por Cristo Jesus, ninguno de los dos poseía la cordura necesaria para alejarse de ese beso. Jeff nunca antes había sentido algo tan... vigoroso, cada una de las células de su cuerpo podían sentir la lengua ágil y húmeda de Barcode, cada terminación nerviosa estaba delicada ante su tacto, y lo único que deseaba en ese preciso momento era que el mundo se detuviera y que ellos pudieran seguir besándose hasta que Dios decidiera acabar con cualquier forma de vida pecadora, no le importaría morir en ese momento, no mientras estaba en una dulce neblina. 

Barcode se abrazó a él, se restregó contra su cadera flexionada, un casi gemido brotó de sus labios pero lo detuvo cuando escuchó que alguien entraba al otro lado, justo donde Barcode había estado sentado hace minutos. 

Jeff dejó los labios de Barcode, se estiró rápidamente y cerró la cortinilla azul, con la respiración agitada miró los ojos muy abiertos de su joven acompañante.

– Padre, he pecado – dijo el feligrés entre un llanto agónico – ¡Vengo a exponer mis pecados con la ambición de que usted puede darme el perdón, padre!

Jeff tragó saliva, sentía los labios ardiendo e hinchados. Miró a Barcode, se veía o pensó que se vería igual a él, sorprendido, con la respiración entrecortada, sus rostros estaban demasiado cerca.

– Mm... – Jeff carraspeó – ¿Si, hijo mío? T-te escucho

– Bueno, es que... ¿cómo lo digo? em...

Jeff y Barcode se miraron de reojo, a Jeff le entraron ganas de decirle al feligrés: Dime lo que sea, hijo mío, no es tan malo como lo que yo estoy haciendo ahora mismo. Pero se lo ahorro porque estaba en transe, todavía sintiendo el beso sobre sus labios.

– Te escuchó – replicó Jeff, exasperado

– Padre, verá usted... – carraspeó – Soy un hombre que... le gusta otro hombre.

Jeff parpadeó, incrédulo y sorprendido a la vez. ¿Era enserio, señor Jesus? ¿De verdad...? Era alguna clase de prueba. Barcode hinchó sus mejillas para no reír, y aunque estuvo a punto de abrir la boca, Jeff rápidamente colocó el indice encima de sus labios y le hizo señas de que no hablara en lo absoluto.

– C-continue – pidió Jeff mirando a Barcode

El joven le sonrió y plantó un besito en su dedo, Jeff bajó los hombros... abatido. Retiró el dedo seguro de que su acompañante no diría nada.

– Es que... me gusta un joven, va a mi escuela y... – se escuchó un sollozó – De hecho, su padre sabe que es homosexual y lo tortura, puedo oír su llanto porque es mi vecino. Se llama Barcode Tinnasit, padre...

Barcode dio un respingo encima del regazo de Jeff. ¿Había escuchado bien? Jeff arrugó ligeramente el ceño inclinándose hacia la rejilla del confesionario.

– ¿Dijiste Barcode Tinnasit? – preguntó el sacerdote

Hubo silencio - No se si hice bien, pero se que... viene de seguido al templo en contra de su voluntad, usted es joven, padre, se que es difícil lo que le pediré pero, ayúdelo para que se acepte, no quiero que nada cambie en él, lo he amado en secreto y su padre quiere hacer de él una persona diferente pero... él ya es hermoso.

Barcode tenía la boca abierta de par en par, Jeff parpadeaba... ¿qué clase de... día era este?

– Padre... ¿usted sabe quién lo está ayudando aquí? –

– No puedo darte esa información, lo lamento – contestó Jeff obligando a su voz sonar... normal, aunque no estaba seguro.

El joven sollozó débilmente – Siempre lo he amado, padre... ¿podría ayudarme? No quiero que vuelva a este lugar si va a ser cambiado.

– ¿Disculpe? – preguntó Jeff con indignación, inconscientemente apretando la cintura de Barcode hacia él como si temiera que pudiera arrebatárselo.

Se escuchó una respiración profunda – Lucharé por él, padre. Lucharé por Barcode, solo necesito tiempo para que él pueda sentirse por fin amado, se lo merece, padre y usted, ni nadie puede tratar de cambiarlo porque ya es perfecto tal cual es. Si me disculpa.

El hombre no dijo nada más... abandonó el confesionario. Jeff aflojó el agarre que cernía sobre Barcode, el chico exhaló bajando sus manos por el pecho de Jeff que subía y bajaba erráticamente.

– Eso fue extraño – comentó Barcode mirando la ventanilla

Jeff no era capaz de hablar.

Barcode se mordió el labio... las palabras de ese joven no tan misterioso para él porque ahora sabía quien vagamente era, su vecino Malee... el hijo de la modista... lo dejaron pensativo y no porque de repente sintiera amor, o necesidad de verlo con otros ojos, era porque... por primera vez alguien decía en voz alta que él era... perfecto, que su homosexualidad no lo hacía diferente y extraño.

– ¿Tu vecino? – preguntó Jeff después de un momento.

Barcode lo miró con una sonrisa – Si. 

[Créditos&notas]

¿Les está gustan la historia? Recuerden que es una inspiración de una que leí hace un tiempo (RELIGARE I) , y decidí retratar algo con temática cristiana y pecaminosa a nuestro JeffCode que amamos tanto. 

¿Quien será el admirador de Barquito? ¿Que hará nuestro sacerdote Jeff? 

Pdta: ¿Si pueden escuchar las canciones? 



TAKE ME TO CHURCH - JEFFBARCODE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora