†CAPITULO 10: REVELACION†

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†CAPITULO 10: REVELACION†

Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.(Corintios 3:17)

Pattaya [1960]

| Mediados de Noviembre|

Jeff se levantó sudando, dudando mucho si en algún momento iba a recobrar el sueño. Llevaba días que se levantaba a mitad de la noche, y a duras penas volvía a dormir hasta las cinco de la madrugada, el sueño comenzaba alcanzarlo poco a poco. Se incorporó en la cama con su pantalón de dormir y una camisa suelta blanca, el cabello se lo tiró hacia atrás y se encorvó de hombros mirando la luna travez de la ventana del tercer piso, la brisa despejaba un poco sus pensamientos... embargado por la desesperación, se talló la cara:

– Padre, tu que todo lo ves... sabes de mis pecados pero también sabes de mi fé, dime que debo hacer – susurró mirando el cielo oscuro – Dime si esta penitencia debo pagarla solo, dime que debo hacer con este dolor...

Se tocó el pecho, durante las noches sentía que no podía respirar, sentía que se ahogaba y tenía que bajar a las cocinas para tomar agua, no era normal... sentía unas inmensas ganas de llorar acurrucado en su cama y no levantarse al día siguiente, ¿como es posible que se sienta de esa manera?

No podía seguir así, buscó una gabardina en su ropero, se la coloco y buscó la copia de llaves del templo. Necesitaba caminar, era muy tarde pero en ese pueblo jamás sucedía nada extraño así que podía dar un paseo a la luz de la luna, quizá así... la angustia clavada en el pecho, mengua.

Caminó por las calles vacías, iluminadas por la luna y algunos faroles, mientras caminaba pensó en la única persona que ha estado revoloteando en sus pensamientos, ese joven desvergonzado de hermosa sonrisa y ojos llamativos. Pensaba en todo. En como era, en su vocabulario soez, en su forma tan... colorida de ver la vida a pesar de las dificultades, de los sueños y ambiciones, eran tan diferentes... y aun así Jeff le intrigaba tanto conocer que pasaba por la mente de ese jovencito, le gustaría poder sentarse hablar horas y horas con él, escuchar su melodiosa risa, escucharlo cantar...

Pero todo eso se veía tan ajeno, pertenecía a una vida que no era suya. Tragó saliva, sentía el dolor de nuevo en la parte interna del pecho, justo encima del corazón, era una presión sofocante, en cualquier otro caso hubiese visitado al médico, pero en ese momento, aunque no sabía exactamente porque no lo ha vivido antes, tiene la vaga idea de que estaba sufriendo por una sola cosa: amor.

– Señor, dame una señal – susurró Jeff con las manos en los bolsillos de la gabardina –

Se detuvo al escuchar unos sollozos, y luego unos gritos y burlas, eran varios y venían del interior del parque, Jeff troto hacia los sonidos, y lo siguiente que vio hizo que su presión bajara pero que una inminente ira irracional se apoderara de su alma.

– ¡¿Qué creen que están haciendo?! – gritó acercándose

Los cuatro jóvenes lo miraron, cada uno con diferentes expresiones de miedo.

– ¡Es el padre Satur! ¡Corre, corre! – se empujaron entre sí y salieron corriendo en varias direcciones.

Jeff se fijo en el hermoso ser que estaba hecho una bolita encima del pavimento del parque, la sangre manchaba sus mejillas, se abrazaba las costillas y lloraba haciendo un puchero con el labio inferior agrietado. El sacerdote corrió hacia él.

– ¡Dios mío! – exclamó, agachándose – Barcode...

El joven apretó los ojos. – Jeff... – musitó, apenas fue un hilo de voz. – No van a parar hasta matarme... hasta dejarme como Ta...

TAKE ME TO CHURCH - JEFFBARCODE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora