Capítulo 12

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2 semanas antes de que Goten se mudara a la casa de sus abuelos.


La mañana siguiente no se despertó para acompañar a mamá a la cafetería, prefirió quedarse en casa igual que el día anterior para ayudar con el aseo y otras labores que había que hacer en las tierras que cultivaban.

Además no quería fastidiarla con su presencia, había guardado en su corazón las palabras que por la noche ella le había susurrado al oído pensando que estaba dormido, él había entendido que sí lo amaba pero necesitaba tiempo para aceptarlo y la conocía tan bien que sabía que sería un tiempo considerable, así es que lo mejor era comenzar a darle su espacio.

Aún así se despertó en cuanto escuchó que ella se marchó pues pretendía apurarse para hacerla feliz terminando todo lo que generalmente solía hacer su padre en el campo, quien por fortuna regresaba en un par de días. Goku hacía que la situación entre ellos fuera menos tensa.

Milk le había dejado preparado el desayuno, se había acordado de él y eso llenaba de felicidad su corazón.

Después de un día de arduo trabajo en el campo regresó a casa, se sentó un momento a descansar y antes de que llegara mamá se metió a bañar para después acostarse, con la intención de que nuevamente lo encontrara "dormido".

Pero no calculó bien el tiempo, así es que mientras terminaba de ducharse escuchó el auto de mamá. Se apresuró a terminar, secó su cuerpo y salió lentamente de la ducha tratando de hacer el menor ruido posible.

Y no funcionó. A medio pasillo se topó frente a frente con su madre.

–Hola mi amor –dijo ella con aquella tranquila y delicada voz que tenía cuando estaba relajada.

–Buenas noches mami –contestó Goten tímidamente, con la cabeza agachada, tratando de evitar su mirada. Su madre podía transformarse de un ángel a un demonio en instantes y trataba de evitarlo. Así es que caminó lento hacia su habitación.

–¿Cenaste Tennie? –preguntó.

Goten esbozó una leve sonrisa y afirmó con la cabeza.

–Descansa cariño –dijo Milk al notar que su hijo no mostraba ánimos de hablar.

Pero antes de que Goten entrara a su habitación recordó la cita con Trunks.

–¿Mami? –llamó inseguro el muchacho; Milk le puso atención –Trunks me invitó mañana a un concierto. ¿Crees que pueda ir? Me dijo que podía pasar por mi a la cafetería y por la noche me traerá a casa él mismo.

Milk suspiro insegura –Esta bien Tennie –contestó.

–¡Gracias! –dijo Goten con un tono ligeramente animado.

Había sido más fácil de lo que creyó.

Generalmente hubiera tenido que rogarle un par de horas para tratar de convencerla o comprometerse a duplicar sus horas de estudio, pero extrañamente no fue necesario. Ella había accedido a la primera petición.

Goten entró sonriendo a su habitación. Por fin las cosas comenzaban a acomodarse y la dicha invadía su alma dejando esa sensación de calidez en su pecho. Ya toda aquella pesadilla comenzaba a quedar atrás.

O eso fue lo que sintió por lo menos unos minutos.

Se puso la pijama y antes de acostarse buscó su celular para darle la noticia a Trunks como solía hacerlo. Pero este se había adelantado en enviarle un mensaje.



–Lo siento mucho Tennie. No podremos vernos mañana. Después platicamos.



Y si los últimos días los sentimientos de Goten habían estado por los suelos, en ese instante descendieron kilómetros más.

Nunca había sido adicto a las redes sociales, en primer lugar porque su mamá no lo dejaba, y en segundo porque, aunque alguna vez había abierto un Facebook que muy rara vez revisaba, con los últimos acontecimientos derivados del bulling escolar, los mensajes agresivos no dejaban de llegar, y eran tantos que se había visto obligado a eliminar la aplicación de su celular.

Pero esa noche la curiosidad lo venció, así es que instaló nuevamente la app y buscó el perfil de Trunks Brief.

No tuvo que stalkear mucho, en su más reciente publicación encontró lo que sospechaba.



Lista para el concierto privado de DjMask de mañana. Así se siente tener al mejor novio del universo. Te amo @TrunksBrief.



Decía el mensaje de Mai en el que había etiquetado a Trunks hacia un par de horas atrás.

El primer like obviamente era de Marron.

El celular cayó de su mano y ni siquiera se tomó la molestia de levantarlo, se tiró en su cama, abrazó su almohada y se soltó a llorar.

Odiaba a Mai, jamás había odiado a alguien en serio, era un sentimiento nuevo para él. Maldijo el día en que la conoció, aquel día cuando la vio por primera vez sentada en la cama de Trunks y le pareció inofensiva, deseo que jamás hubiera llegado aquel trío a su vida.

No entendía por qué la vida lo trataba de esa manera, no sabía qué era lo que había hecho mal para que debiera pagar con todo aquel sufrimiento.

Como venía siendo costumbre no logró conciliar el sueño, y al par de horas de que lo había logrado fue despertado por el alboroto de su madre que peleaba por teléfono con un proveedor de la cafetería que al parecer no le había respetado los precios acordados.

Goten se vistió y buscó a su madre para avisarle de su cambio de planes, pero ella seguía colérica después de aquella llamada.

–¿No podrá Trunks? ¡ES LÓGICO GOTEN! teniendo a su lado a una chica tan bonita ¿por qué te querría invitar a ti!? –gritó Milk.

El corazón de Goten terminó de hacerse polvo.

–¡¡¡TAL VEZ SI POR LO MENOS PUDIERAS MANTENER CON ÉL UNA PLÁTICA INTERESANTE!!!, ¡¡¡SI POR LO MENOS FUERAS LA MITAD DE LO QUE ES TU HERMANO!!!

Las lágrimas del muchacho ya comenzaban a mojar sus mejillas.

–¡Y SERÁ MEJOR QUE TE QUEDES AQUÍ! CADA DÍA ME CANSA MAS VERTE –Recalcó.

Milk era así. Siempre había sido de esa forma, era un ángel que los protegía pero cuando se molestaba no medía sus palabras y hería, realmente hería.

LA VÍCTIMA NÚMERO OCHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora