Cinco horas antes del torneoEl pelinegro repasaba el historial de su contrincante; Sebastián, más conocido como Tarzán, es un japonés de veinticinco años, acumulaba más de dieciséis medallas por todo el mundo catalogándolo como el rey de los rings. Tan solo con verlo se le iba el aire como olla a presión. Era tan grande, brazos trabajados y con piernas firmes que sabía perfectamente que moriría con solo pisar un escalón, pero la necesidad de su corazón lo arrastraba contra vientos y mareas. Su gemelo mayor no podía quedarse ahí postrado en una cama de por vida. Por tanto, sentía la obligación sobre sus hombros. Era él, o nadie haría algo al respecto para salvar la vida de su joven hermano. Con el corazón encogido y decidido a hacer justicia por Tom, tomó su teléfono y marcó el ya tan conocido número. Un segundo bastó para que alguien tomara la llamada.
—Diles que sí, ahí estaré.
Fue suficiente para comprometer su vida para siempre, siendo honestos, morir era lo que menos le preocupaba a Bill.
La noticia corrió tan rápido que se les permitió a los chicos de la prensa. La lucha contra Tarzan y Corazón de acero llenó los periódicos, las taquillas se colapsaron y las entradas fueron vendidas.
Una hora antes del torneo.
—Georg está afuera, Bill.
—¿Qué hace aquí?
—Me ha pedido que les de un minuto, será algo importante.
—Bien, que pase —Bill se empezó a preparar las manos, algo de talco y las vendas lentamente acomodados mientras admiraba como su ex-entrenador entraba en la pequeña habitación.
—Así que lo harás —afirmó paseando sus ojos verdes por encima de las manos del menor.
—¿Tengo de otra? —preguntó con mala gana.
—Claro que sí
—¿Si? —Frunce el ceño—. ¿Cómo cuál?
—Yo puedo prestarte este dinero, te salvarías de esta barbaridad
—¿Y deberte toda la vida?
—Claro que no —caminó un poco más—. Y tienes razón, usé muy mal este término —Bill lo miró confundido—. Quiero decir, te daré el dinero. No será prestado, te lo regalaré —Corrigió su voz, ahora había mucha necesidad—. Y si sientes que sería algo malo, podrás trabajar conmigo por un tiempo.
—Es mucho dinero —Miró sus manos—. Y no es tu obligación, es mía. Por eso, quiero ganarlo y está es la oportunidad —dijo junto una voz baja, pero a su vez clara y contundente.
—Lo puedes ganar de otra forma
—Para mi, está es mi salida más efectiva Georg. Espero que lo respetes.
Georg asintió varias veces y ya se había dado por rendido, Bill no cambiaría esto por nada, incluso si le podían el dinero en sus manos, él seguiría adelante con la loca idea de luchar está noche.
—Te juzgue —Se corrigió—. Os juzgue sin ni siquiera tener el derecho.
—Tengo presente que nadie salvo Tom entenderán lo que sucedió entre los dos —Suspiró—. Quiero encontrar esa palabra que escriba la magnitud de la situación, pero solo puedo decir que le amo, que nací para ser parte de él. No lo dejaré morir por lo que sea que pienses o sí el resto de la sociedad me llame enfermo men...
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𝗩 𝗘 𝙎 𝗧 𝗜 𝗚 𝗜 𝗢
Fanfiction𝗛 𝗨 𝗘 𝗟 𝗟 𝗔 ┃ Se estima desde hace mucho que debemos permanecer en nuestra de zona de confort para así no experimentar el dolor y sus malestares. Aunque, ¿eso será del todo cierto? Junto a los distintos integrantes de la banda de rock más acl...