𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 : 𝙼𝚘𝚛𝚒 𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎 𝚎𝚗 𝚝𝚞𝚜 𝚋𝚛𝚊𝚣𝚘𝚜

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Pasado.
Nueva York.
6:45 PM

El gemelo menor organizaba meticulosamente su cabello ansioso de poder consumir una noche más junto a Emma. Quién no solo era su estilista, sino también su pareja sentimental; La jóven lo tenía marcado, su vida había avanzado desde que ella llegó. Sus problemas de ira habían prácticamente desaparecido y la bebida había dejado de ser su refugio, en su lugar estaba ese exquisito cuerpo lechoso que ya le había pertenecido.

La noticia había impactado tan fuerte que se catalogó como: 'La mejor pareja nunca vista' en todas las revistas tanto en Alemania, Londres, Europa y Estado Unidos. Cómo de costumbre, fué el pan cada mañana luego de haberse confirmado por el mismo Bill gracias a una pregunta de una fan. Así, hoy se cumplen ocho meses desde que ambos decidieron formalizar su romance. Por esto, el gemelo preparó una hermosa noche para celebrar con Emma, dando un paseo por las calles de Nueva York y luego una deliciosa cena en uno de los mejores restaurantes. Pero por desgracia, la cosa no resultó tan bien.

Bill antes de salir de su habitación del hotel recibió un mensaje anónimo en dónde se encontraban algunas fotografías y una nota explicando y deseando que el joven abriera los ojos de su pareja.

El pelinegro ante aquellas contundentes pruebas no aguanto ni un segundo más y fue en busca de respuestas; él no dudaba de ella, que va, se había vuelto creyente de cosas inexistentes por Emma, pero esto tenía que tener alguna explicación lógica, pero en momento de rabia, nada hacía que Bill cambiará de opinión, y la suya se comenzaba a formar oscura y negativa hacia ella.

Entonces al llegar abrió la puerta tirando de ella y encontró a Emma casi lista amarrando sus zapatos.

La joven al verlo ahí parado ingenuamente sonrió y arqueó una ceja pues no esperaba verlo ahí, si no en recepción tal y como habían acordado.

—¿Déjate algún mensaje? no lo he visto, solo déjame ir por mi bolso y nos vamos —Dijo sin despegarse de la sonrisa de sus dulces labios—. ¿Bill? —Añadió cuánto no vio acción alguna en su novio.

Y antes de que ella pudiera caminar y tomar su mano como lo había imaginado, Bill explotó.

—¡¿Puedes explicarme esto!? —Exigió en un grito.

Aunque deseaba que fuera un error, su enojo lo comenzaba a segar lentamente. Provocando una lucha constante dentro de sí mismo. Por parte de Emma la cosa no resultó distinta. Al tenerlo entre sus manos la sangre se le volvió gélida, su boca se desencajó y el dolor azotó su pecho.

—¡¡EMMA!! —La tomó de los hombros y la removió con necesidad. Pero ella no le daba respuesta. Solo un silencio horroroso que correspondía a su teoría.

—Bill —Tartamudeó segundos después dejando caer el sobre con su contenido, enfocándose solamente en el chico delante de sus narices.

—No es lo que parece. ¡Esto no es real! —Soltó alterada, necesitaba sonar convincente, pero su acción solo hacía que el se sienta engañado y decepcionado.

—No digas nada. Ya no quiero volver a verte. Estas —Con el nudo en la garganta sofocándolo, con el desgarrador y amargo sentimiento empujó el aliento sacándolo por la boca—. Despedida, Emma —Masculló entre dientes, había tanto resentimiento que no le importaba si la lastimaba con sus viles palabras.

Sin dejarse explicar, el joven salió del hotel. Decidido irse tan lejos que nunca más volvería a saber de ella. Bill es de los que cuando decide algo lo cumple, y esto no sería la excepción.

𝗩 𝗘 𝙎 𝗧 𝗜 𝗚 𝗜 𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora