Tzuyu jadeó cuando la alarma sonó por todo su cuarto, hundió su cabeza en la almohada; muriendo por el dolor en su cuerpo. Quería llorar otra vez.
Se enderezó en su cama, normalmente era la que primero se levantaba así que podría hacer su aseo personal con tranquilidad. Caminó hasta al baño, donde no tuvo que desnudarse puesto a que anoche se quedó así.
Miró fijamente su cuerpo frente al espejo: marcas de mordidas estaban repartidas por todas partes, además de chupetones y lugares rojos por la fuerza que las manos de Jihyo aplicaron. Estaba horrible.
Quería llorar otra vez.
Su garganta ardía como mil infiernos, sentía que no podía ni siquiera formular una palabra sin quejarse del dolor. Igualmente su entrepierna, todo le dolía y era inaguantable. No fue preparada correctamente y eso sí que le estaba costando en estos momentos.
Metió su cuerpo a la regadera; abriendo ambas llaves hasta que llegara a una temperatura media. Afuera estaba un clima fresco, así que no tenía problemas.
No pudo evitar estar más de diez minutos bañándose, intentando quitarse la amarga sensación de las manos ajenas sobre su figura.
Volvió a tardar aproximadamente diez minutos en cambiarse y lavar sus dientes. Salió de su habitación; no sin antes tomar un profundo respiro para encarar a sus compañeras, aunque no se sorprendería si estas aún no están despiertas.
Se sorprendió en grande al verlas todas reunidas en la sala de estar, al parecer todas concentradas en una plática que Momo y Jihyo estaban entablando. Cuando se dieron cuenta de su presencia ambas chicas rieron.
— Les estábamos contando como eres en eso. — Dijo la japonesa con burla. — Les describí el oral que me hiciste, cada detalle.
Tzuyu siente un nudo en su garganta. Sentía su orgullo ser pisoteado y la poca dignidad que le quedaba irse al bote de basura.
Se dio media vuelta y caminó hasta la cocina, se prepararía un cereal antes de volver a clases e ir al hospital a apoyar a sus profesores. Ahora mismo no se sentía de humor para aguantar las tonterías de sus acompañantes.
No se percató de que cierta chica le siguió hasta la cocina, no hasta que sintió unos brazos rodear su cintura. — Vamos... No me gustó que muchas cambiaron de opinión con respecto a usarte; ahora tu boca podría estar algo sucia. — Su tono se escuchaba algo disgustado. — Aunque Chaeyoung me miraba demasiado raro... esa enana rarita me saca de quicio a veces.
— No la llames así. — Su voz sonó grave. — No merece que le digas así, no te ha hecho nada malo.
— Tsk... lo que tú digas.
La taiwanesa quitó las manos de la mayor; no le gustaba la sensación que le daban. No se encontraba cómoda con su toque.
Se le fueron las ganas de desayunar, así que volvió al salón donde ahora solo se encontraban Jeongyeon, Sana y Chaeyoung.
— Buenos días.
— ¡Buenos días, Tzuyu-yah! — La única que le devolvió el saludo fue la surcoreana de baja estatura, sonriéndole en grande. No tardó en levantarse del sofá para ponerse a su lado. — ¿Quieres que vayamos juntas? — Le preguntó, refiriéndose a las clases que tenían en pocos minutos.
— Suena bien, solo acompáñame por mi mochila.
Chaeyoung asintió y siguió a la menor hasta su habitación, al entrar inmediatamente se percató del estado desordenado del lugar; y ella sabía perfecto la razón por la cual se encontraba en esa forma. Pero prefirió callar.
Cuando Tzuyu se agachó para recoger su mochila, al todavía no llevar su bata el uniforme médico que portaba se levantó un poco; dejó a la vista marcas rojas y lo que parecían ser mordidas.
— Ya está, ¿nos vamos?
Entonces Chaeyoung no pudo evitar sentirse mal por la chica frente a ella. La antiestrés del grupo.
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desestresante » tzuyu harem
Fanfiction트와이스 + 쯔위 | tzuyu harem Tzuyu amaba a todas sus compañeras, compartir carrera universitaria y habitación con ellas en aquella enorme escuela. Ella las veía como sus hermanas mayores. Eran una familia. Tzuyu las protegería. Tzuyu las apoyaría. Tzuyu...