I - NAYEON

2.1K 234 33
                                    

Para Nayeon, Tzuyu es un misterio demasiado difícil de resolver. Parece que la taiwanesa provocaba a cada una de sus compañeras con su cuerpo y encantos ocultos.

A todas, menos a ella.

Y tampoco le importaba, tenía un chico el cual la satisfacía cada que tenía oportunidad. Era hermoso y bien dotado, ¿qué más tenía para pedir? Aunque no podía evitar sentirse un poco molesta por el hecho de que la menor la ignorara. Que no la mirara con unos ojos más allá de una compañera.

Eso es algo que como una mujer "completamente" heterosexual le cuesta admitir para sí misma. Miró los labios lastimados de la taiwanesa, resultándole un poco atractivos con esa tonalidad roja; pero jamás lo admitirá en voz alta. Sería humillante.

La miraba desde una de las esquinas de la sala, observando en todo momento como Momo, Jihyo y Sana molestan a Tzuyu con bromas subidas de tono y toqueteos incómodos. Observaba perfectamente cómo la chica se ponía incómoda e intentaba alejarse, pero las tres seguían atosigándola.

"Peor que una puta" no podía evitar pensar para sí misma.

Volteó hacia la otra esquina del lugar, ahora viendo a Son Chaeyoung; esta tenía una mirada triste.

Se aguantó una carcajada, se reía demasiado de esa pobre chica. Estaba totalmente perdida al estar enamorada de la taiwanesa, muriéndose por dentro al ver a sus compañeras universitarias tener sexo con su amor imposible. Era imposible no reírse de su situación.

Para Nayeon era algo estúpido, pues ahora Chaeyoung tenía un punto débil muy vulnerable.

Caer enamorada por la más descarada y fácil del lugar era simplemente chistoso. Era evidente el final que tendría si fueran una pareja: infidelidad y arrepentimiento por parte de Tzuyu. La chica no podía ser consciente de lo que le rodea, se la vive perdida en sus pensamientos de una cualquiera. Puede ser la "desestresante" pero tampoco puede entrar a la mente de las otras chicas para saber cuando la necesitarían y cuando la deseaban. No podía percatarse del amor que tenía Chaeyoung por ella.

No puede seguir pensando por la interrupción de su burla. — Tzu, ¿quieres que te ayude? — La dulce y calmada voz de una surcoreana llena el laboratorio. La menor solamente asiente mientras le extiende unos paquetes de gasas y otro material quirúrgico.

Nayeon está sentada en uno de los bancos que tiene el lugar, recargada en la pared mientras que suspira alguna que otra vez al no poder descansar de su cabeza. La medicina sí que agotaba todos sus sentidos y fuerzas.

En un dado momento siente la presencia de alguien más cerca, así que abre sus ojos y no espera encontrarse con Tzuyu la cual le extiende una botella de agua. — Nayeon-unnie, tome su agua. — Chou se acerca más y le ofrece el agua que no tardó en quitarla de su mano.

No agradece y la ignora completamente. Tzuyu entiende a su mayor, no quiere pelear con ella. La surcoreana no le había dirigido palabra alguna desde ese día en la oficina del director; simplemente se da media vuelta y lleva el resto de botellas a sus compañeras.

Entonces Im le observa el trasero. Suspira e intenta ignorar lo que acaba de hacer.

Había algo que le llamaba la atención que se encontraba en Tzuyu, ese algo la hacia sentir enferma y degenerada. Surge un gran problema cuando piensa en tener sexo con Tzuyu, solo siente esas sensaciones cuando pasa por su mente esas cosas.

— ¿No te parece raro? — Pregunta a Sana, esta sin entender responde.

— ¿El culo hermoso de Tzuyu? — Responde la pregunta, Nayeon oculta un grito en su garganta.

— ¡No! ¿Qué te pasa por la maldita cabeza? — Dice exaltada. — Me refiero a Chaeyoung, cómo está embobada con Tzuyu a pesar de que a ella la usan diariamente para satisfacerse.

La japonesa alza los hombros, sin prestarle atención. — No me importa, ya no le pongo mucha atención; simplemente me acuesto con Tzuyu e ignoró su tristeza. Sigo con mi trabajo. — Responde sin más y observa con una sonrisa burlona como Jihyo y Momo molestan a la taiwanesa con chistes de doble sentido. — La chica hace un buen trabajo después de todo.

— ¿Por qué piensas eso?

— Porque además de ser la desestresante del cuarto es una buena alumna. — Explica de forma sencilla. — Ayer tuvimos relaciones dos veces, luego de eso se puso a estudiar para el examen de hoy y por lo visto salió con una buena calificación.

— ¿Te gusta tener sexo con ella, Minatozaki? — Le da una mirada incrédula pero a la vez curiosa.

Sana asiente. — Claro que sí. Si fuera por mí ahora mismo lo tendría con ella, pero no la quiero atosigar tanto por sus exámenes y sus energías. Aunque Momo no la ha dejado descansar en lo absoluto, tengo entendido que todos los días tiene sexo con ella, ayer, antier y todos los días anteriores escuche gritos de Tzuyu en su habitación.

El timbre avisó que tenían que volver a sus labores en el hospital, así que resignadas y cansadas se levantaron de sus asientos para seguir con su trabajo.

Camina rápido para llegar a su área: Medicina Familiar.

Cuando finalmente llega a su lugar se da cuenta que no hay nadie todavía además de las recepcionistas y algún que otro enfermero, así que se apoya en el escritorio qué hay ahí; sin prestarle demasiada atención a las personas de su alrededor.

No puede evitar pensar nuevamente en la menor de sus compañeras de cuarto. Piensa de nuevo en su cuerpo sudado cuando corre por el hospital para llegar a las emergencias, piensa en sus labios lastimados por los maltratos que sufre por los de las tres chicas.

Nayeon quería tener sexo con Tzuyu. Lo tenía que admitir, y no podía evitar sentirse enferma por eso.

desestresante » tzuyu haremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora