¿Qué puede pasar?. 06

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Megan

Era jueves y por consiguiente; me tocaba clase de etiqueta.

Triste.

No diré que las clases de etiqueta eran malas, o que no me gustaban, es solo que... eran muy aburridas y a veces sobre pasaban los limites de lo psicológicamente normal.

Y hablo en serio.

La Sra Murphy-Mi profesora- era algo obsesiva con el orden, la limpieza y las apariencias en general.

Si, Estaba algo loca.

Pero, básicamente padre había decidido que sería mi profesora, ya que fué la misma que le enseñó a su hermana-La tía Janet-Cuando era joven.

Y podría decirse que la Tia Janet, es otra de las personas más insoportables con respecto al tema.

Ah, pero yo no pretendía terminar igual que ella, no señor.

Nunca digas nunca.

El punto es que se me era impuesto asistir, ya que debía aprender a ser una buena princesa y una buena esposa.

Así que, ahora me dirigía a la sala que estaba junto a la biblioteca, había sido idea mía que esa sala fuera el lugar de mis estudios, así al menos, estaría cerca de mi sala favorita del castillo; la biblioteca.

Por eso siempre que terminaba mis clases, me dirigía a la biblioteca, para leer y aclarar ideas, esparcir mi mente, olvidarme de la deprimente realidad.

Si, amaba leer, era de mis pasa tiempos favoritos y uno de los métodos mas efectivos para sentirme en paz.

Además, me gustaba imaginar que yo era la protagonista de cada libro que leía, así vivía la vida a través de otras y terminaba olvidándome de mis propios problemas.

Las historias ficticias eran lo máximo, eso sí.

Volví a centrarme, cuando llegué a las puertas del salón de estudios y toqué. Escuche un -Entra- y pasé.

-Buen día, princesa-Dijo mi tutora.

-Buen día, Señora Murphy-Respondí intentando no sonar antipática, pero no lo conseguí, como siempre.

Ella levanto una ceja, mirándome -Está despeinada-Me apuntó.

Me apresure a acomodarme el pelo-Lo siento, es que corrí de camino aquí.

Ella abrió los ojos de par en par, alarmada.

Arg.

Ahí viene la bronca.

-¡¿Correr?! ¿No le he dicho que las princesas no deben correr, jovencita?- Me regañó-No puede ser, si sigue así no va a mejorar... ¡Mire el aspecto con el que llega! ¡Es inaceptable!

-Bien, bien Señora Murphy... lo siento-Intenté calmarla.

-¡Es señorita Murphy, aún estoy muy joven!-Me reprochó.

Por Dios, tenía 70 años, la señora.

Quién sabe si más

-¡Vaya a sentarse!-Demandó y termine obedeciendola, no quería más escándalo por una tontería.

¿Ya dije que sobrepasaba lo psicológicamente normal?

Bueno, lo hacía.

-Hoy, quiero que repasemos la postura, vamos levantese- Dijo mientras me colocaba unos libros en la cabeza para que caminara sin que se me cayeran.

Bestia [El peligro que te acompaña]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora