Estás Perfecta. 10

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Megan

Clarissa estaba atada a una silla, golpeada y con su ropa rasgada, aún estaba despierta, a duras penas pero lo estaba. Al verla se me partió el corazón y me llené de ira por el bastardo frente a nosotros, quise hacer lo mismo con él, no merecía vivir feliz y mucho menos contar con todos los lujos que poseía.

Necesitaba calmarme, estaba empezando a hiperventilar.

Peter estrechó mi mano, dándome aliento.

—¿Por qué se quedan tan callados? ¿Qué cara es esa, preciosa?—Dijo, sonriendo—Te dije que a las de mal carácter las acomodaba, tu amiga es muy buena, pero se le fué el rollo hoy en la mañana y mira las consecuencias.

—Pedazo de machista, eres un imbécil.—Solté, desdeñosa.

Él arrugó el rostro—Que feo, pero mira que hay que limpiarte esa boca, alteza, ¿no te enseñan modales en el palacio, princesita?

Abrí los ojos como platos.—¿Q-que?

—Oh sí, hay mucho que no sabes Melissa, o debería decir ¿Megan?. Verás, sabemos todo sobre ti, aún cosas que ni tu misma conoces, no te creas que escapas.

—¿Tú y quienes más?—Preguntó Peter, participando por primera vez en la conversación.

—Ah, pero sí tienes lengua, creí que solo sabias dar golpes a lo simio. Pues, yo y mis colegas por supuesto, todos vigilamos a Megan...—Dijo y volteo a mirarme, la malicia tatuada en todo su rostro— aunque el interés también puede ir un poco más allá del trabajo, no estás nada mal—Insinuó, inspeccionandome.

Bastó y sobró para que a Peter se le volaran los tapones, y estallara en furia. Se abalanzó sobre Nick, atinandole un golpe en la boca, que lo hizo escupir sangre a un lado.

Aproveché el momento para correr directo a donde se encontraba Clarissa, y luché por desenredar la soga que la ataba, el nudo era muy fuerte, hice todo mi esfuerzo, pero cuando Peter notó que no lo lograba, me lanzo su daga por el suelo.

—Vamos a sacarte de aquí, clari.—Dije cortando la cuerda.

—Te has venido con el cazador, que cosa.—Susurró con la voz rasposa, a penas se le oía.

—Luego te cuento eso, ven.

Sostuve a Clari en mis brazos y a duras penas, la saque de la casa, dejandola en el portal principal.

Regresé a asomarme en la puerta y vi que los golpes entre Nick y Peter eran constantes y veloces, se movian como dos profesionales en un ring de pelea, pero esto iba enserio y en verdad me creí que todo iba bien, porque Peter le lanzaba golpes más fuertes que lo desestabilizaban, pero entonces, sucedió lo que temía.

Nick se hartó, y juntó sus manos frotandolas, para que al despegarlas y apuntar hacia Peter, descargaran una tremenda energía, que envió al pelinegro contra las escaleras, tosiendo y sosteniendo su pecho.

Era un ser de magia oscura.

—¡Peter!

Nick empezó a hacer algo con las manos, y cuando las cerró en puños, Peter tosió con desesperación y buscó aire, intentando respirar, parecía que no encontraba el oxígeno, como si se estuviera asfixiando, porque su rostro empezó a tornarse morado poco a poco.

El miedo me inundó.

Respira.

Las palabras de Peter vinieron a mi mente, "No dejes nunca que el miedo te detenga", era mi momento.

Entre el pánico y la adrenalina, empuñe la daga con fuerza y corrí hacia Nick, decidida.

Aunque jamas había hecho esto y me aterraba pensar en hacerle daño o matar a una persona, Peter me necesitaba, y de alguna forma encontré valor para abalanzarme y clavarle la daga a un lado del cuello a Nick, bajando por el para cortar lo mas que pudiera, la sangre que brotaba me mancho las manos y cerré los ojos para no mirar aquel desastre.

Bestia [El peligro que te acompaña]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora