Prologo "Forever Young"

509 19 3
                                    

-Jane...cariño, no tienes que marcharte
-ya se -se encogió de hombros, sonriendo y marcando eso hoyuelos tan característicos que había heredado de su abuela -pero quiero hacerlo
-¿estas segura? -preguntó de nuevo, pensando que podría cambiar de opinión al ultimo instante -estarás sola

El viento removía su cabello de forma tan natural, y sus mejillas estaban rosas por sonreír tanto. Mary había preparado café para una despedida cálida y había horneado galletas por primera vez desde hace ya 10 años.

Jane apenas resistió abrazarla de nuevo - pero regresare -murmuro - y cuando lo haga estarás frente a frente con la editora en jefe de alguna revista o periódico -asintió entusiasmada - oh no! quizás podría ser la fotógrafa principal de National Geographic, encargada de fotografiar a los hipopótamos saliendo del agua...mmm o quizás esté escribiendo algún guión para alguna película importante

Mary sonrió negando con la cabeza, preguntándose de donde había sacado a una hija con tanta esperanza e ilusión, aun la sorprendía que Jane no tuviera miedo. Sin embargo eso era lo único que podía hacer para ayudarla, darle alas y la libertad para que Jane cumpliera lo que sea que tuviera en mente y la hiciera feliz.

-solo asegúrate de tener cuidado y nunca rendirte -le dio un cálido beso en su frente, mientras Jane sonría de lado a lado sin aguantar mas las lagrimas. La opresión en su pecho y la inquietud de marcharse, lo retenía todo como si de un paro cardiaco se tratase.
-te extrañare, pero no te preocupes mucho madre, todo va a estar bien!

Una vez más el viento azoto su cabellera, el silbido vacilante y silencioso de la tristeza.
Ella se dio la vuelta.
Lo ultimo que Mary vio de su hija fue su delicada y delgada espalda, con ese suéter largo color negro que tenía desde los 16, su cabello suelto y revuelto hasta los hombros y sus botas largas alejarse junto con su maleta color vino de ruedas siendo arrastrada por el camino de tierra. No pudo evitar que las lagrimas salieran disparadas de sus ojos. Su hija solo tenía 21 años, quería vivir el sueño de una profesionista exitosa, pero por ahora solo se preparaba para ir servir a un cargo del que su madre no sabia. Pero Mary creía en Jane, después de todo, su hija era conocida en el vecindario como la chica mas entusiasta, la que siempre sonreía. La que no se rendía.

Después de todo, ella sería joven por siempre.

Hasta el día en que te vayas (NIALL HORAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora