Hasta el día en que te vayas (NIALL HORAN)

Capítulo 83 "Never Enough"

Él Empire States siempre había sido el lugar más mágico que había visitado, y Jane hizo subir a la plataforma a Niall para admirar la ciudad cada noche, durante su estadía allí. No sólo veía las luces de la ciudad que tanto le gustaba sino que también al anochecer, admiraba las estrellas.
Es por eso precisamente que Niall había escogido ese lugar para dar el gran paso.

El gran día había llegado.

Y la había llevado allí con la excusa de celebrar que Jane había sido aceptada en la UCL para estudiar periodismo y fotografía.

-¿me trajiste a Nueva York solo para celebrar esto? -río por lo bajo
-sabes que todo me gusta en grande -Niall la tomo de la mano -¿te gusta?
-me encanta
-además hoy puedo decir que mi novia será una de esas universitarias sexys
Jane enarcó una ceja -¿y qué los demás chicos me vean en minifaldas y blusas provocativas? -él borro la sonrisa de su cara
-cariño....creo que debemos contratar a un profesor particular ¿no te parece?
-he escuchado que hay uno muy bueno en Cambridge que....
-olvídalo rubio...no le haría caso a nadie ni aunque estuviese frente a mí el hombre más guapo del mundo
-creí que yo era el hombre mas guapo para ti -bromeo
-lo eres, por eso será imposible que me fijé en alguien más -beso su mejilla

El ascensor se detuvo en el famoso mirador del edificio, y Jane pensó que habría un montón de gente caminando por los alrededores pero...no era así. No había nadie, muy por el contrario el lugar lucia increíblemente mágico. Era como volver al tiempo y regresar a aquella primera cita con Niall en aquel techo de un edificio.
Todo el lugar estaba adornado con luces de Navidad de colores cálidos, y había una alfombra que les indicaba que caminarán por una dirección en específico, también había arreglos florales abundantes y música....

-hay Niall -no podía creerlo -cielos! No-no puedo creer que hayas echo todo esto
-mereces esto y más -susurro mientras caminaban, y si, las luces de la ciudad eran impactantes desde allí
-¡mi amor¡ -salto a sus brazos y lo abrazo con todas sus fuerzas -no era necesario
-ya se, pero créeme...esta noche será especial -le guiño un ojo que casi la derrite

Ambos se encaminaron por la rehilada de flores que se esparcían en el camino, rosas amarillas, sus favoritas. Y también olía muy bien, algo dulce pero picante a la vez.

-¿de qué es ese olor? -preguntó olfateando
-es un platillo internacional con queso
-no me digas....¿pizza?
-sip

Llegaron a la mesa, una mesa elegante con dos asientos, uno frente al otro y con velas y más flores sobre ella, ya habían platos servidos y dos copas con un vino listo para servirse a un lado.

-esto es sorprendente, pensé que los chicos como tú se habían extinto
-soy uno en un millón -la guió a su asiento y le tendió la silla -y tienes suerte de que este contigo
-¡qué humildad! -río, sabiendo que a Niall le daban ciertos ataques de bufón cuando estaba nervioso ¿estaba nervioso? -pero en todo caso tienes razón, soy afortunada de tenerte
Niall se sentó a su frente y la luz de las velas iluminaban su rostro, haciendo ver a sus ojos aún más profundos y hermosos que de costumbre.
-no...-negó rotundamente -aquí el único afortunado soy yo
-¡me harás sonrojar!
-ya lo estás -señaló, ella se tapó las mejillas -¡hey! Te ves linda
-pues tú te ves lindo con tu piyama de duende pero no por eso saldrías así a la calle
-¿quieres apostar? -Jane alzo las cejas
-bien ¿cuándo?
-cuando encuentre un trébol de cuatro hojas
-ja-ja -ironizó
-ok cambiemos de tema
-claro....
-abriré esto -señaló la botella de vino -es tu favorito ¿ves?

Jane asintió mientras lo observaba, le gustaba observarlo, era relajarte ver a Niall.
También noto su guitarra a un costado, yaciente en espera de que los dedos de su novia la tocasen para una melodía.
La comida ya estaba en la mesa y sonaba música en tono algo bajo, la voz era conocida, parecía ser Chris Martin cantando algo como "Death all has Friends".
Niall abrió la botella y con sumo cuidado vertió el líquido rojizo en cada copa, pero Jane podía notar cómo sus dedos temblaban.