Toc.. Toc... (Camren G!P)

El viaje

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Guarde un poco de esto y un poco de aquello en la maleta, el único problema es ¿Con quién dejar a Rocky? Anoche cuando accedí a enviarle un texto a Camila para preguntarle si conoce algún lugar para que Rocky pueda quedarse simplemente recomendó a sus padres. El problema que no es problema, considero yo, es que me parece un abuso dejárselos a ellos por lo que sean los días en que debería estar fuera de la ciudad, es atrevido y algo abusivo.

No es un chico revoltoso pero igual, siempre me parece un abuso, cuando tienes una mascota es tu responsabilidad pero ¿Dejarlo solo en casa? Vaya, eso sí que es negligencia, es por ello que ahora estoy conduciendo hacia la casa de los padres de Camila, con mi vergüenza a tope.

Entre una cosa y otra considere que si puede ser lo mejor, además de que Camila me había dicho que ya le había comentado a sus padres y ambos estaban encantados de tener al cachorro en su casa por unos días. Algo además de eso dijo, si, que estaban emocionados, sobre todo su pequeña hermana, y aunque me pareció un poco desconcertante que les dijera antes de decirme que les diría, pero no pude hacer nada más.

Así que sí, estoy de camino aún más temprano de lo que puedo para dejarlo, cuando diviso la casa de sus padres me doy cuenta que se ve bien solitario a comparación de las veces que he venido y esta topado de carros, imagino que así es su día a día.

Estaciono cerca de la acera y saco a Rocky del auto, busco el pequeño bolso en donde están algunas de sus cosas y además el empaque de unos cinco o seis kilos de comida para perro. Tampoco les dejare toda la responsabilidad a ellos, es más si necesita más, espero que me lo digan.

Lo hago caminar por toda el camino hacia la entrada de la casa de los señores Cabello y toco la puerta. Deben ser aproximadamente las 6 de la mañana, debo estar en el aeropuerto a eso de las 8 o un poco antes, aunque antes es mucho mejor que llegar tarde y terminar corriendo con la familia que aparece en la película de mi pobre angelito o solo en casa, ¡Jah! Que buen título el que recuerdo.

Escucho unos pasos caminar hacia la puerta y en eso se abre, veo a la madre de Camila, la señora Sinuhe, me acerca a sus brazos para darme uno de esos abrazos efusivos que ella suele darles a las personas y si no es así, puedo considerar que me los suele dar a mí.

Luego de separarme le paso el pequeño bolso, siento ese sentimiento por dentro de que no lo quiero dejar, creo que por eso me había decidido a no tener perros, estaba tan bien sola que no estaba teniendo sentimientos por nadie a mi alrededor, es por ello que salía de viaje o lo que sea muy seguido, sabía que no había nadie en casa y tampoco tendría a nadie para recibirme.

-Buenos días- escucho a la madre de Camila, asiento en su dirección –Le cuestione a Camila la primera vez que me dijo que era de muy pocas palabras- confesó riendo mientras tomaba la mochila de cachorro –Pero a medida que te he visto más por aquí creo que siempre tuvo la razón- una sonrisa adorno sus labios luego de comentar aquello.

Asentí en su dirección –Cuídenlo, por favor- comenté antes de agacharme y traerlo a mis brazos –Te quiero chico- le deje un beso en su melena antes de devolverme todo el camino que recorrí y subirme al auto.

Agite mi mano en despedida y luego arranque el auto, pude ver por el retrovisor como la señora estaba entrando a la casa.

Deje soltar un suspiro, siento mi corazón un poco vacío, creo que eso es lo que hacen los animales en nuestra vida, les un poco más de vida, un poco más de color y un poco más de sensibilidad.

Nunca me pensé ver en la situación de que una lagrima de tristeza baje por mi mejilla a causa de dejar a Rocky unos días, sé que estará en buenas manos hasta que lo vuelva a tener en mis manos. Tomo un respiro y entro a la autopista principal de camino al aeropuerto.