2. ¿Me estabas esperando?

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—Sí, p-perfectamente, pero no te acerques... así.

—¿Exactamente cómo? —El robot ladeó la cabeza.

—Me hago una idea —Gregory se fijó en lo siniestro que ciertamente es Freddy cuando, visto desde su posición, se inclina de esa forma—. Mucho mejor si dejas de inclinarte así, la verdad —desvió la mirada a Evan: escondido y más a la defensiva que nunca.

Gregory dejó caer sus hombros mientras suspiraba pesadamente, sin duda alguna estos serían los veinticinco minutos más largos de su vida.

Un momento. Veinticinco minutos... Cinco minutos cinco veces. Lo que tardaba en prepararse para el colegio. Tenía ese tiempo para salir de ese lugar o...
Rápidamente se acercó a Freddy con horror reflejado en su cara. Este, extrañado, quedó estático, a la espera del siguiente movimiento del niño.

—Si no conseguimos salir antes de las doce, ¿qué pasará?

—Oye... deja de hablar como si nos fuéramos a morir por quedarnos un poco más de lo permitido en una pizzería —Habló Evan, en parte intentando auto-convencerse de que las cosas no irían mal.

—Bueno —Freddy no parecía tener respuesta—, siempre que llegan las doce, ya estoy en mi punto de carga y no despierto hasta que llegan las seis de la mañana, así que no sé qué ocurre con exactitud después de esa hora, pero ten por seguro que toda salida posible es cerrada por precaución...

—En ese caso, no sé qué hacemos hablando aún, en marcha.

Freddy asintió y ambos miraron a Evan, quien tenía la vista fija en un punto detrás de la máquina de arcade.

—Aquí está.

Antes de dejarles siquiera preguntar a los otros dos, Evan presionó un botón con el icono del animatrónico y una puerta; la de mantenimiento, se abrió al momento.

—Bien hecho Evan —felicitó—, hay un conducto abierto en esa sala, tendréis que moveros por el sistema de ventilación y liberarme desde fuera.

—Vale, vamos —ordenó Gregory encaminándose a la sala mientras se colocaba el reloj.

—No quiero.

—¿Qué dijiste? —fingió (deseó) haber escuchado mal.

—Que no quiero ir —repitió, aún detrás de la máquina—. Puedes hacerlo tú solo de sobra, no me necesitas para nada.

Gregory paró en seco.

—Ni de broma iré solo, tú vienes conmigo o te dejamos aquí.

—¡No! Yo ni siquiera sé qué hago aquí, tú en cambio te colaste porque quisiste —apretó inconscientemente a su peluche.

—Bien, tampoco voy a insistirte, es tu decisión —retomó su camino—. Pero luego, cuando necesites mi ayuda, no esperes nada. —Dejó la sala, dejando que solo se escuchara el eco de sus pasos alejándose —Les dejó completamente solos.

—Venga chicos, ¿cómo vais a salir de aquí con esa actitud? —intentó ayudar el animatrónico— Evan, por favor, no le dejes solo. Te necesitamos, ¿acaso no viste lo rápido que encontraste el botón para sacarnos de aquí? Con tu ayuda es mucho más seguro que consigáis salir.

Evan pareció pensarlo, pero luego se escondió aún más.

—¿Y cómo sé que puedo confiar en lo que dices? Se supone que eres de los malos, él nunca me mentiría con eso.

—¿Que yo soy de los malos? ¿Por qué piensas eso? —Freddy se acercó lentamente para no volver a alarmar al pequeño— ¿"Él"?

—Mi padre, él sabe de lo que habla...

『Tomorrow is Another Day ★ Gregory & Evan』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora