『Tomorrow is Another Day ★ Gregory & Evan』

9. No me subestimes

★

La luz tintineó de nuevo y, al igual que la última vez, tardó unos segundos de más en responder correctamente.

Al paso al que iba, solo era cuestión de tiempo que, en uno de esos fallos de luz, esta no volviera a responder.

—¿Necesitáis otro mapa? Tengo más mapas, tomad un mapa —interrumpió el Mapbot casi por segunda vez en ese silencio que empezaba a durar unos instantes de más—. Por favor, tomad otro mapa-

—Freddy, no te quiero ofender ni nada, pero ahora creo muy seriamente que deberías de revisar tu base de datos o lo que sea que te dé esa información —dijo, ignorando al Mapbot.

El color subió hasta las pálidas mejillas de Evan, quien trataba de procesar las connotaciones que esa conversación tenía.

Es 1983.

Tiene que ser 1983.

Si no, ¿qué año iba a ser?

¿Por qué Gregory parece no dar crédito a tal información tan básica?

¿De qué están hablando?

¿Qué está pasando?

—Gregory, esta red de datos no la controlo yo ni nadie que tenga relación con el Mega Pizzaplex —explicó, pareciendo incomodarse con el curso que tenía esa conversación—. Esta es una red externa a la que tenemos acceso, sí; pero no tenemos capacidad de modificarla.

—Pues tiene que ser un fallo de registro, le habrá tocado a un policía negligente a Evan y ya está —justificó, girándose hacia su compañero—. A que sí, Evan.

El mencionado le miró, aludido. ¿Qué quiere que diga? Ni siquiera termina de entender en qué debería de darle la razón.
El que, de hecho, estaba equivocado era el propio Gregory.

Pues ¿en qué se equivocó el policía?

Espera, con el ajetreo de su mente en cuanto al tema de su fecha actual, no había caído en cuenta aún: ¿"Desaparecido"?

¿Tanto tiempo llevaba allí? Él está seguro de que el último lugar donde estuvo antes de aparecer en ese local fue la pizzería dónde trabaja su padre.

Hasta ahora, no se había molestado en pensarlo con fijeza, por lo que inconscientemente había llegado a una explicación rápida y provisional: se desmayó en esa habitación de mantenimiento por la falta de sueño y el exceso de ansiedad acumulados.
Minutos u horas después los amigos de su hermano y él consiguieron encontrarle.
Y, como venganza, lo dejaron en otro local para que aprendiese la lección.

Antes, Gregory y Freddy le confirmaron que él nunca salió de Boston...

Porque Michael nunca se arriesgaría al castigo que esto supondría, ¿verdad?

Además, su padre era alguien bastante influyente y tenía un capital que no dejaba nada que desear. Junto a eso, poseía diversos contactos que harían que lo encontraran en menos de diez horas.

Sin embargo, según algunos de libros sobre casos históricos policiacos que había leído estos últimos dos años, las desapariciones solo podían ser reportadas 24 horas después del último avistamiento del individuo.