Un problema muy gordo

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Daban acababa de terminar su condena en el centro.

Los adultos le daban la despedida cálidamente, le aconsejaban que no se metiera en más líos, etcétera etcétera.

Sabían que solo podían hacer eso, dar consejos y tratar de ayudarlos a salir adelante, pero la situación de Daban era complicada.

Tampoco tenían forma de ayudarlos luego de terminar de cumplir condena.

Una vez fuera, tenían que apañárselas como pudieran, y si no tenías un hogar estable, eras adicto o carecias de algún sistema de apoyo eran más las probabilidades de reincidencia.







- Así que ya te han soltado, eh?-

- Que es lo que quieres?- pregunto el chico de 12 años con desconfianza.
No por nada se había pasado casi 2 años en ese centro a causa de el trabajo que le encomendó.

- Vamos, no te pongas así -

- Mira chaval, tenemos un trabajo para tí , uno que seguro te va a gustar....-









Un chico de 14 entró al servicio público, y segundos después apareció en escena Daban armado con una pistola.

El chico se giró lentamente al oír entrar a alguien.

Y casi se meó encima del susto

- Oye, pero que-

Sin embargo, antes de que el pudiera decir algo, una persona salió de una de las cabinas del baño

Y no cualquier persona.

- Daban, que...?- pregunto un sorprendido Izuku al encontrarse esa escena- que estás haciendo?-

Daban simplemente se quedó en blanco, aterrorizado, sin saber ahora que hacer, pero sin soltar el arma.

Siguió apuntando, con mano temblorosa, al que era su objetivo.

- Daban, porque estás haciendo esto?-

- T-Tengo que hacerlo -

- No, no tienes. No tienes que hacer esto -

- NO TENGO ELECCIÓN -

- Mira, no se porque crees que estás obligado a hacerlo, pero sea lo que sea no es cierto - continuó el peliverde, acercándose al chico - Vamos, tu eres un buen chico...-

- NO, NO ES CIERTO, NO ME CONOCES

- Daban, mírame - le pidió Izuku - se que te conozco, puede que no tan bien como otros, pero se que no eres malo, has trabajado muy duro para salir, no lo tires por la borda.-

Al chico de 12 le empezó a temblar aún más las manos, quería llorar en ese momento.

- T-Tu no sabes... Porque estoy haciendo esto -

- Entonces dime porque. Dime porque, y así podré ayudarte -

Hubo un momento muy tenso, la angustia y el miedo se palpaban en el aire.

Daban miró de nuevo al peliverde

En verdad podía confiar en él?

Ya estaba en una situación delicada, más ahora que había cagado el trabajo.

En ese momento, el desconocido se lanzó y agarró el arma que aún sostenía el otro.

Empezaron a forcejear, e Izuku trató de intervenir

- NO HAGÁIS- el arma se disparo y el pecoso empezó a caer al suelo, llevándose las manos a la parte derecha de su abdomen.

Entonces las cosas empezaron a acelerarse.

El desconocido huyó

Izuku empezó a sangrar

Y Daban se derrumbó en ese mismo instante.

Centro Kawasaki. Rehabilitación y reinserción de menores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora