Interrogatorio

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Inko estaba en casa preocupada, esperando a su hijo, el cual estaba tardando más de lo habitual

Se habría retrasado en algo?

Pero entonces porque no la había llamado?

Luego de un tiempo indefinido sonó el teléfono.

- Diga?-

- Es usted la señora Midoriya Inko?-

- Sí, que pasa?-

- Su hijo está aquí, en el hospital general de Mustutafu.-

- QUE? QUE LE HA PASADO?- dijo la peliverde echando a correr hacia el lugar.












- Que paso allí?- le volvió a preguntar el agente

El chico frente a él seguía callado, sin decir nada.

- Chico, sabes las consecuencias que esto te traerá, no?-

- Sí - respondió cabizbajo.

- Entonces, vamos, colabora -

El chico de 12 años suspiro antes de volver la vista al agente frente a él. Como explicaría lo que sucedió? Que fue un accidente? Que no quería dispararle a él sino a otra persona por pedido de....?

No , harían demasiadas preguntas, posiblemente hasta volverían a dar con la banda, y obvio ellos irían a por el al haberla cagado.

Había oído los rumores de que habían conseguido cargarse a un novato que fastidio un negocio de 2.000.000 de yenes, también que tenían contactos dentro y fuera de las cárceles.

Que le pasaría a él? No iba a arriesgarse aún más confesando todo

Preferiría callarse y aceptar otra vez una condena en el centro de menores.

Recordaba una y otra vez  lo que pasó en aquel aseo, la voz del peliverde, el forcejeo, el tiro, la sangre que empezó a brotar y su propio pánico que se apoderó de él.

Porque se tuvo que meter? Porque? La angustia y la culpabilidad le recorrían el cuerpo, quería siquiera preguntar si estaría bien, si se recuperaría.....

Tan sumido estaba en aquellos pensamientos que no se dió cuenta de que había entrado otro inspector en la sala.

- OYE - le dijo levantando la voz y chasqueando sus dedos en frente de su cara - vamos...dinos que pasó....-

Realmente podía? No sin consecuencias a corto plazo. Se maldijo entre dientes por no haber huido de su barrio, pero es que no sabía a donde más podía ir.

- Mira, chaval, ahora mismo hay un estudiante de heroísmo luchando por su vida en el hospital.- Estudiante de heroísmo? Cierto, aquel uniforme que llevaba....- Tú estabas ahí, había una pistola con dos pares de huellas dactilares, y hemos comprobado que las tuyas están ahí. Que paso ahí?-

Daban siguió en silencio, pero su voluntad se iba resquebrajando. Tenía la mente echa un lío, y uno tan gordo que no sabía que hacer.











- Doctor, como está...?-

- No se preocupe, Señora Midoriya, su hijo ha podido ser estabilizado, va a ponerse bien.- la calmó el médico.- ahora mismo está sedado,necesita descansar.

Centro Kawasaki. Rehabilitación y reinserción de menores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora