CAPÍTULO 10 "TESTIMONIO"

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Me tuvieron encerrada en una celda que era muy asquerosa. Temía mucho lo que pasaría, yo no maté a Devon y mucho menos lo envenene.
Todo esto era una confusión muy tenebrosa que me ponía los pelos de punta. Yo sería incapaz de hacerle algo a ese tipo... Además tmfue demasiado rápido todo. Tal vez era un plan de alguien para calumniarme.

-Quiero hacer una llamada. -Me pegué a los barrotes de la celda y le dije al detective.

-Señorita Brooke debo decir...

-Por ley tengo derecho a hacer a una llamada y a tener un abogado. -Dije molesta.

El detective me miró y rodó los ojos.
Me saco de la celda y me llevo a un teléfono que tenían.

-Tiene tres minutos.

Pensé rápido y no sabía a quien llamar. No conocía a ningún abogado y no sabía a quién acudir, literalmente estaba sola. Hasta que recordé a alguien y me tuve que tratar mi orgullo y llamarle.

Narra Hanna
Desperté al oír mi celular sonar varias veces así que lo tomé y era un número desconocido. Al principio dude en contestar, pero mi instinto me dijo que lo hiciera.

-Dios. -Frote mi ojo derecho.

Llamada telefónica
-¿Hola?.

-Hanna... Hanna. Soy yo. Casey. -Dijo la voz del otro lado casi temblando.

-¿Qué sucede?. -Frote mis ojos.

-Estoy en la delegación de policía. -Dijo al borde del llanto.

-¿Qué?. -Di un salto, y me levante de la cama por la impresión.

-Me están culpando por la muerte de Devon.

-¿Devon esta muerto?. -Abrí mis ojos de la impresión.

-Si. Te contare todo, pero ahora solo necesito que me ayudes, por favor. -Sollozo.

-Okey, okey. Tranquilízate. Deja me cambio y voy rápido para allá.

-Gracias Hanna, mil y un gracias.
Fin de la llamada telefónica

Narra Casey
Estaba con los nervios a flor de piel. No quería ir a prisión y mucho menos quedarme ahí por un crimen que no cometí.

No quería recostarme, estaba cansada y quería descansar, pero no me sentía segura con el vestido.
Me senté en el suelo y recargue mi cabeza en las rejas. Era demasiado incómodo.

(...)
Desperté ya que un oficial me llamó. Abrí los ojos y vi a Hanna del otro lado, me levante de inmediato y me acerque a ella.

-Hanna...

-Lo siento Casey. Anoche no podía entrar a verte, apenas pude entrar.

-No te preocupes. -Sonreí. -Tenías razón. Soy una estúpida, Devon es un maldito imbecil... -Dije entre lágrimas.

-Casey. Calmate. -Me tomo de las manos y me miró fijamente. -Todo va a salir bien... Prometo buscar un buen abogado.

-Hazlo rápido. La prensa empezara a señalarme y se dirán muchas cosas malas de mí. -Dije en desespero.

-Casey, ahora solo preocuparte por salir de aquí... Después veremos lo que le dirás a la gente.

-Haz todo lo posible por secarme de aquí cuanto antes. Paga lo que necesites al abogado, tú tienes acceso a mis tarjetas y a mi cuenta bancaria.

-Si. Ahora mismo buscaré en un bufete de abogados al mejor que pueda ayudarte en tu caso. Porque todo apunta a que tú fuiste quien lo enveneno.

-Hanna ¿En serio ne crees capaz?.

-Claro que no. Pero seguirán investigando hasta saber que fue lo que pasó. Porque no hay otro sospechoso.

(...)
Estaban interrogandome y por más que negaba haber hecho tal cosa, los agentes se aferran a que si.

-¿Entonces qué fue lo que te llevó acometer ese acto?. -Preguntó la oficial.

-Por milésima vez le responderé. Yo no hice nada.

-Bien.

La oficial abrió un cajón de la mesa y sacó una bolsa con un frasco.

-Este es el producto que se virtio en la copa  de Devon...

-Devon se sirvió el mismo. -La fulmine con la mirada.

-¿Entonces dices que él tomó la decisión de  suicidarse para luego inculparte?. -Cruzo los brazos.

-Yo no sé quién lo enveneno. Yo solo sé que Devon se molesto mucho cuando le dije que estaba embarazada. Porque según él no podía tener hijos... Pero él fue el último hombre con el que estuve.

-¿Y sabes exactamente cuantas semanas de gestación tienes?. -Arqueo una ceja.

-No. -Negué.

-Se ha corrido el rumor de que tuviste algo con el productor Harold Coleman... ¿No será de él el bebé?.

-Harold ya es un hombre mayor. -La miré fijamente y con cierto coraje.

-Eso no quita que sea un hombre infertil.

Mis dudas eran más y más... Me negaba a hablar del amigo de Devon y lo que pasó el día de la cena. No quería más embrollos, además de que no sabía si quería tener el bebé. Todo estaba más que confuso, ahora con la posibilidad de que mi hijo sería de Harold, o de Devon, o de su amigo.

BROOKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora