Pasaban las horas, y con ellas un día y más y más días. No quería seguir aquí. Todos me miraban de una manera asquerosa, algunas personas me reconocían y murmuraba pestes de mí y de más. Me sentía en un circo, donde todos me veían como el león que hace acrobacias y lo critican por si hizo bien o mal su espectáculo.
Después de mucho, Hanna llegó con un hombre.-Hola, mi nombre es Sebastian. -Me extendió su mano atraves de la celda.
Estreche su mano y no pude evitar verlo. Tenía unos ojos hermosos, de un color que llamó mi atención, quedé embobada. Además sus labios eran carnosos e incluso no dudaría en darle un beso. Sus manos, su cuerpo... Admiré todo de él, realmente quedé encantada. En su mano tenía un tatuaje que miré con atención y wow, de verdad que era un hombre demasiado atractivo... Podría ser un stripper o algo, ¿Pero abogado?.
-Hola, soy...
-Casey. Casey Brooke Jensen. Su amiga ya me tuvo al tanto. Y ya me informe más sobre su casó. Debo decir que es algo delicado, porque a las declaraciones que diste, tenías un motivo válido para hacer lo que hiciste.
-Yo no soy una asesina. -Lo miré sería. -Yo sería incapaz de matarlo.
-En tu testimonio dijiste que él negó ser el padre del hijo que estás esperando. -Dijo leyendo una hoja que tenía en sus manos, adentro de una carpeta.
-Pero el ya había tomado la copa de vino. ¿No crees qué si hubiera querido matarlo lo hubiera hecho después de darle la noticia?. ¿Y si se alegraba de qué yo estuviera embarazada y yo lo hubiera envenenado?.
-Okey. Por ahora están investigando cada rincón de tu casa. -Guardo su carpeta en su portafolios. -Están analizando las grabaciones de las cámaras de seguridad. Pero lo malo es que no encuentran pistas de ADN de otra persona que haya entrado a tu casa o de la persona que vacío el líquido a la botella de vino. Porque ya analizaron y fue en la botella, no en la copa.
-Probablemente era alguien que quería matarlos a ambos. -Dijo Hanna.
-¿Y quién querría matarnos a ambos?. -Frunci el ceño.
-Es lo que están investigando. Interrogaran a Harold, pero esta fuera del país y no saben cuando volverá.
-¿Harold? Por Dios... Cada vez estoy más jodida.
-No digas eso. -Me tomó Hanna de la mano.
-Aunque tengo una mala noticia. -Dijo Sebastian. -Mañana serás trasladada al penal de máxima seguridad de Los Angeles.
-¡¿Qué?!. No, no, no. Debes evitarlo, para eso te pagaré. -Dije algo alterada.
-Casey. Es inevitable, deben llevarte hasta que el juicio terminé. -Explicó Sebastian.
-¿Y cuánto durará el juicio?.
-Puede variar el tiempo, pueden ser meses o incluso un par de años... O más.
-Me niego a ir a prisión y mucho menos pasar meses allí. -Los miré a ambos con enojo.
-Casey, no podemos hacer nada, así es la ley y debe ser cumplida. -Dijo Hanna
(...)
Me habían llevado a una prisión casi fuera del estado. Estaba aterrada, no sabía como sería la vida en prisión, yo no quería siquiera llegar.
El camino fue muy rápido y al llegar había mucha gente que estaba tomando fotos en cuanto el camión entró al penal.
Baje del camión y escuché a todos preguntar a gritos porque había matado a Devon, porque había hecho eso, que si creía volver a ser la misma después de eso.Lo único que quería era despertar de esta maldita pesadilla de una vez por todas.
Me dieron un uniforme color gris espantoso. Me hicieron tomarme fotos y tomaron mis huellas táctiles y de más cosas.
Todo era demasiado tedioso y espantoso para mí. Tenía miedo de como serían las demás reos de ahí o incluso las oficiales.Me llevaron a mi celda y todas las mujeres de ahí me miraban como bicho raro.
Evite sus miradas y solo me resigne a que me llevarán a mi celda.
Al llegar me quitaron las esposas.
Había solo una litera y un retrete. Además de que era un espacio minúsculo, no podía siquiera hacer del baño sin que me complicará bajarme los panties.Había una chica acostada en la cama de abajo, cuando me vio llegar se levantó y se acercó.
-Soy Tatum. -Sonrió.
-Casey. -Respondí sin darle importancia.
-Si quieres te dejaré elegir tu cama es solo que yo...
-Tranquila. Tampoco espero quedarme aquí por mucho tiempo. -Dije mientras dejaba mi toalla y otras pocas cosas en la cama de arriba.
-¿Y eso?. ¿Vienes de pasó?.
-No. Solo esperare a que mi abogado me saque de aquí.
-Si claro. Como todas aquí... Lastima que ninguna vuelve a ver las calles. -Dijo mientras volvía acostarse en su cama.
-Pues yo si lo haré. -La mire algo molesta.
-¿Eres hija de Barack Obama o qué?. -Rio.
-¿Acaso no me conoces?. -Solté una risilla y cruce mis brazos.
-Ni puta idea. -Negó.
-Casey Brooke. La de la película de Mandy Harrison. -Negó con la cabeza. -Soy la imagen de la revista Vogue del mes de agosto.
-Pues querida amiga, aquí no eres nadie más que una simple convicta. No eres ni más ni menos. Ni por salir en Vogue, ni por salir en el programa de Ellen DeGeneres.

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BROOKE
RandomElla soñó con ser una actriz reconocida y lograr tener premios y reconocimiento. Pero la dura realidad es que tuvo que sacrificar mucho para poder tener un papel importante, hasta llegar a las manos de un productor que le arruino la vida de por vida...