♱ 𝐈𝐝𝐞𝐚 𝟏𝟎 ♱

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Haruko

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Haruko

Inesperadamente, una mano tocó mi hombro, lo que hizo que estuviera cerca de sobresaltarme, pero por el tamaño y la calidez que proporcionaba, supe que era de él.

—¿Terminaste?— le pregunté mirando por encima de mi hombro, haciendo que al parecer, se sobresaltara y colocara su mano frente a su boca en forma de puño para carraspear.

—¿T-Terminar? ¿Terminar de qué?— desvió la mirada con algo de preocupación. ¿Qué mierdas le pasa ahora?

—...Terminar de hacer lo que fuera a lo que fuiste, no conozco tu casa a si que no sé dónde fuiste, me tienes que hacer el tour pendejo— le di un puño flojo en el hombro, haciendo que reaccionara como hacía normalmente de una vez.

—Oh, eso, cierto, ya voy señorito. ¿Acaso tienes prisa de examinar mi casa?— se acercó con picardía a mi cara con una amplia sonrisa, subiendo y bajando las cejas.

Suspiré y coloqué sin cuidado mi mano en su cara para alejarle y miré hacia el lado contrario, ya que inevitablemente me había contagiado la sonrisa, pero no iba a permitir que lo viera. No tiene ese privilegio... aún.

—Déjate de mamadas y hazlo para poder ir a cenar, ando con hambre— salí de la terraza y caminé hacia las escaleras. —Y cuando salgas de la terraza cierra, hay corriente— indiqué cuando ya estaba en el primer escalón.

Cuando bajé, regresé a la entrada y esperé a la llegada de mi guía, que afortunadamente tardó poco en llegar a mi encuentro.

Se colocó a mi lado y se rascó la nuca, probablemente pensando en por dónde empezar. De repente, comenzó a caminar hacia el sitio por el que había entrado antes, a la derecha; por lo que no me demoré en colocarme detrás de él.

—Esto es la sala de estar. Acá a mi derecha está la sala con el altar de mi madre y a mi izquierda, está el baño— empezó a señalarlo todo mientras lo nombraba. Efectivamente, su sala de estar era prácticamente tan grande como mi casa. Bueno, más o menos.

—Oh, entonces, dos cosas— levanté dos de mis dedos y Taiju simplemente asintió, indicando que hablara. —Okey, pues lo primero es... lamento lo de tu madre, no lo sabía— hice una reverencia en muestra de respeto.

—Gracias, no te preocupes. Seguro te hubieras llevado bien con ella— miró hacia la relativamente pequeña sala en donde me había dicho que tenían el altar con toques de anhelo y una sonrisa ladeada. Tendré que ir luego a presentarle mis respetos a la señora Shiba.

—Y lo segundo. ¿Antes habías ido al baño entonces?— señalé con el pulgar y volvió a sobresaltar cuando mencioné este lugar. Creo que lo que estoy pensando... es acertado.

—¿Se puede saber por qué te importa eso?— se cruzó de brazos a la defensiva, frunciendo el ceño.

—Ah, no, mera curiosidad— levanté los hombros y sonreí tras confirmar mis sospechas de lo que pudo pasar. —¿Continuamos con el tour?

Ideas para conquistarle || Taiju Shiba x Male OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora